Collares satelitales siguen los rastros de osos y tapires en Ecuador
Nueve collares satelitales, uno de ellos con cámara, han sido colocados a varios osos de anteojos, tapires y zorros de páramo para conocer sus hábitos y amenazas.
Oso de anteojos con un collar satelital en el parque Llanganates.
Cortesía-Victor Quinchimba
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En 2019 el Banco alemán de Desarrollo KFW donó a Ecuador 22 collares satelitales (6 de ellos con cámara) para monitorear a grandes y medianos mamíferos.
Hasta el momento se han colocado nueve: cuatro en osos de anteojos, cuatro en tapires y uno en un zorro de páramo. Pero el objetivo es instalar los restantes en futuras salidas de campo, explica Jorge Brito, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio).
Según explica Brito, esta acción es parte del “Proyecto Experimental para Rastreo y Movilidad de Especies Focales Mediante el Uso de Collares Satelitales”. Uno de los objetivos del proyecto es fomentar investigaciones de conservación y uso sostenible de las especies.
Además, la herramienta es útil para estudiar la ecología, población y cómo interactúan estos animales en su hábitat natural.
"Tenemos una topografía bastante irregular con bosques densos y nubosos, hay que esperar un tiempo para ver cómo funcionan los collares".
Jorge Brito, investigador
Interacción de osos y humanos
El avance de la frontera agrícola y ganadera es uno de los factores que han destruido el hábitat de los osos andinos.
Por ello, según Brito la colocación de los collares también permitirá identificar las principales amenazan que existen entre osos-humanos y viceversa.
"Tenemos reportes de que los osos atacan al ganado, gracias a la información que emiten los collarines avisamos a los comuneros que los mamíferos se están acercando y que tengan cuidado", dice el investigador.
Un tapir con cámara
De los seis collares con cámara, la fundación Oso Andino e Inabio solo han colocado uno. Se lo instaló a un tapir macho en la zona del Parque Nacional Llanganates, que cumplía con las condiciones de peso y tamaño para llevarlo.
"Con esta herramienta podemos ver cómo se mueve o qué tipo de plantas come", dice Brito.
Además, el rastreo permitirá saber el tiempo que estos mamíferos permanecen en "zonas humanas", es decir las fincas. De esta forma se conocerá si los tapires compiten con el ganado por el alimento, ya que es una especie herbívora.
Primera investigación publicada
La historia del zorro de páramo, capturado por los especialistas para colocarle el collar satelital, terminó en una publicación científica. Pero tras siete meses de monitoreo el animal murió con moquillo.
Brito cuenta que al momento de instalar el artefacto se tomaron muestras de sangre para hacer estudios y saber cómo estaba su salud. Los resultados no fueron positivos, el zorro tenía moquillo, y según el investigador un perro pudo contagiarlo.
"Lamentablemente, el zorro falleció, pero pudimos obtener los datos de cómo era su día a día, su interacción con otros animales y cuáles eran sus trayectos", señala Brito.
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