El costo de la inmortalidad: una medusa guarda el secreto de la vida eterna
Científicos españoles analizan a una medusa, de apenas cuatro milímetros, que ha probado que tiene capacidad de autoregenerarse.
Imagen ampliada de la medusa Turritopsis dhornii, en el mar Mediterráneo.
Tomado de Ciencia Infinita
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La búsqueda de la inmortalidad ha estado presente desde el siglo 3 antes de Cristo, cuando el emperador chino Qin Shi Huang ingirió un ‘elixir de la juventud’ hecho con mercurio. Pero no le fue tan bien y murió.
Desde entonces, decenas de filósofos y científicos han tratado de conseguir la inmortalidad, sin éxito hasta ahora.
Lo que sí ha sido posible es extender la esperanza de vida de los seres humanos, a través de fármacos y tratamientos médicos. Por ello, la industria de la longevidad está valorada en USD 610.000 millones.
Y en esa búsqueda de vivir más años, los científicos de la Universidad de Oviedo (España) han encontrado una medusa con la capacidad de ser inmortal.
La medusa de la especie Turritopsis dhornii es más pequeña que una uña, vive en el fondo del Mediterráneo italiano, y en su interior tiene genes con el secreto para vivir más de 100 años.
Cómo es la medusa inmortal
En un reporte, publicado en la revista científica The National Academy of Sciences, los investigadores españoles explican que la medusa inmortal tiene genes duplicados que le permiten repararse y autoregenerarse.
“A diferencia de otros microorganismos, la medusa Turritopsis dhornii es la única especie capaz de regenerarse repetidamente luego de la reproducción sexual, haciéndola biológicamente inmortal”, escribieron los autores en la investigación.
Y agregan que en el interior de la medusa han identificado genes asociados a la réplica, a la reparación del ADN, la comunicación intercelular, y la regeneración de los telómeros.
Los telómeros son similares a los escudos protectores del ADN humano, se ubican en la parte final o extremos de los cromosomas. Son vitales para evitar el envejecimiento.
Los científicos españoles observaron que cuando la medusa está pasando por momentos críticos, por ejemplo de hambruna, reabsorbe o se alimenta de sus propios tentáculos.
Y los telómeros de la medusa, ubicados al final de los tentáculos, actúan como pequeños sombreros de ADN, protegiendo los cromosomas y la reproducción.
Fármacos a partir de la medusa
Por el momento, los investigadores de Oviedo no buscan un fármaco para vivir 200 años usando los genes de la medusa.
Más bien, analizan cómo utilizar los genes y el ADN de la especie para desarrollar tratamientos que puedan mejorar o retrasar enfermedades como el Parkinson o Alzheimer.
“A partir de estos conocimientos, esperamos encontrar mejores respuestas para muchos síndromes asociados con el envejecimiento y que todavía nos desbordan”, dijo Carlos López-Otín, uno de los científicos españoles.
Otras investigaciones
La inmortalidad también es un anhelo para los súper ricos y poderosos Millonarios como los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page han invertido en Calico, una startup que investiga cómo vivir para siempre.
Mientras que Jeff Bezos invirtió USD 3.000 millones en la startup Altos Labs. Esta empresa reclutó al científico de la farmacéutica GlaxoSmithKline, Hal Barron, para que desarrolle tratamientos y químicos asociados a la longevidad.
Y en agosto, el biólogo británico Andrew Steele publicó un libro sobre cómo será posible vivir más de 100 años.
En el texto se describe el uso de los senolíticos, un tipo de droga que ya se investiga para retrasar el envejecimiento celular.
Los senolíticos o fármacos compuestos eliminan las células senescentes o disfuncionales, que todo ser humano desarrolla a medida que envejece. La acción del fármaco es permitir que estas células senescentes se autodestruyan, sin dañar las células sanas.
Según Steele, el desarrollo de los fármacos senolíticos son la nueva frontera en la industria de la longevidad, y podrían ser el antídoto para vivir más de 200 años.
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