Tras 50 años, cómo los celulares han cambiado el cerebro humano
La primera llamada desde un celular se hizo hace 50 años, y pese a que era un móvil ‘antiguo’ que tardaba hasta 10 horas en cargarse, significó un invento sin precedentes.
El ingeniero de Motorola, Marty Cooper, recreando la primera llamada de celular hace 50 años, en Nueva York, Estados Unidos.
Tomado del portal Bloomberg.
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El 3 de abril se cumplieron 50 años de la primera llamada desde un celular. Era un teléfono Motorola y tan pesado como un ladrillo. Desde entonces, los móviles han adquirido un estatus de ubicuidad imperceptible.
Los celulares están en todas partes y a cada instante: el usuario promedio de un país en vías de desarrollo mira su celular 58 veces al día, según la consultora Rescue Time.
Y un ciudadano común pasa hasta tres horas y 15 minutos navegando desde un móvil inteligente diariamente.
Además, el simple hecho de agarrar el celular con las manos se ha convertido en un hábito, pues la mitad de las sesiones comienza cada tres minutos.
Básicamente, todas las actividades del ser humano actual dependen del celular. Si quiere mirar noticias, lo usa. Si busca una receta en Internet, recurre al celular. Y si quiere agendar una reunión con amigos o familiares, también.
Es un círculo vicioso, porque mientras más útiles se vuelven o más teléfonos iPhone se inventan, más se usan.
Pero, ¿cuáles son los efectos de los celulares en el cerebro humano? A medida que más recurre al celular para tareas rutinarias, una parte neural del cerebro se acostumbra a depender del aparato.
Y esa sección del cerebro deja de trabajar correctamente, señala un estudio publicado en la revista científica de la Asociación Americana de Psicología.
Menos memoria y atención
En el estudio, los participantes fueron puestos a una prueba de memoria, ubicando en un papel distintos círculos, desde los más valiosos hasta los inservibles.
Un grupo de los participantes usó el celular para anotar los círculos más valiosos, y logró ‘ganar’ el reto, agrupándolos.
Por el otro lado, olvidó los círculos menos valiosos y ni siquiera los tomó en cuenta.
Pero, cuándo se le pidió a este mismo grupo que recuerde ambos círculos, los menos y más valioso, no logró ubicar ninguno.
Esto ocurrió, porque simplemente el cerebro no los había reconocido y los participantes solo dependían del celular.
“Cuando alguien no tiene acceso a los recordatorios del teléfono, las memorias inmediatas se esfuman”, señala el estudio.
Además de la memoria, el estudio recuerda los efectos negativos de usar el celular, mientras realiza otra actividad, como manejar un auto.
Se encontró que el simple hecho de hablar por el celular, no de escribir, era suficiente para disminuir la atención del cerebro sobre la vía o las señales de tránsito.
El país con mayor uso del celular es Filipinas, y en la región, los usuarios más pegados al teléfono están en Brasil y Colombia.
Mientras que en Ecuador, hay al menos 15,9 millones de celulares conectados, con un crecimiento del 6% en 2022, en comparación a 2021, según el informe Digital Global Overview Report.
La notificación del celular
La ciencia concuerda en que tomarán muchos años para concluir con exactitud las transformaciones del cerebro, a causa de los móviles.
Pero de algo están seguros, aquel sonido de las notificaciones del celular es como una droga para el cerebro.
En el estudio, los voluntarios que se sometieron a una prueba de atención, y escuchaban el ‘beep’ del celular, tuvieron resultados tan pobres como aquellos que pudieron enviar un texto o chequear las redes sociales.
Mientras que los participantes que colocaron el celular fuera de la habitación donde estaban, ya sea apagado o encendido, lo hicieron mejor porque no escucharon sus notificaciones ni zumbidos del móvil.
De allí que los investigadores señalan que una manera de mitigar los efectos negativos del móvil para el cerebro, es apagarlo o dejarlo ‘olvidado’ por varios instantes durante el día.
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