Cámaras de reconocimiento facial en empresas y restaurantes
Por el momento el reconocimiento facial no es parte de las cámaras del ECU 911 colocadas a nivel nacional.
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Imagine llegar a un autoservicio de comida rápida y que el panel lo salude cordialmente. Luego le presenta varias opciones de menú, según los platos que ha pedido antes.
Este servicio ya es posible en Estados Unidos y China, a través de quioscos virtuales que utilizan la tecnología del reconocimiento facial.
En Ecuador, Jorge Chong, de Advanced Technologies S.A., dice que la empresa maneja un plan piloto en restaurantes que incorpora esta tecnología.
El fin es estudiar patrones de consumo de los comensales para dar un mejor servicio. La herramienta funciona así, según Chong:
- Los dueños o administradores de un local detectan clientes frecuentes e ingresan su fotografía junto al pedido habitual o preferencias.
- Cuando el comensal frecuente llega, la cámara lo detecta y de manera automática envía al mesero una alerta, vía mail o mensaje de texto.
- El mesero se puede acercar al comensal, saludarlo por su nombre e incluso llevarle la bebida habitual u ofrecerle la comida que siempre ordena.
En el mercado ecuatoriano, explica Chong, el uso de cámaras de reconocimiento facial también es común en empresas de seguridad y en compañías privadas para controlar la asistencia de empleados y detectar intrusos.
“Filman en alta resolución y cuando una persona sospechosa entra al lugar, se compara la foto con la bases de datos. Se puede programar una sirena, alarma o llamada al guardia si el sujeto no es bienvenido”, añade el especialista.
Por motivos de confidencialidad, Chong expresa que no puede revelar el número o nombres de las empresas que ya usan la tecnología en el país.
Dos municipios incorporarán la tecnología
Según Chong, el reconocimiento facial es una forma de autenticación biométrica, como las huellas dactilares o las tarjetas.
Lo que varía es que el dispositivo tiene un software que toma fotografías de forma constante para mejorar la precisión del reconocimiento. “Hemos hecho pruebas con personas que después de dos o tres semanas entran con gafas o gorra y son reconocidas”, dice.
Pero a diferencia de otras formas de autenticación, esta tecnología recopila información o toma la foto de un rostro sin consentimiento de una persona.
Christian Guerra, gerente general de la empresa de seguridad Tekku, considera que si una ciudad tiene una presencia masiva de cámaras, el Estado podría vulnerar la privacidad de las personas.
"Esto restringe la libertad del ciudadano al momento de elegir qué información personal quiere compartir con el mundo", añade.
En julio, la alcaldía de Quito anunció que incorporará la tecnología en cinco barrios de la capital. La propuesta funcionará con las cámaras del Servicio Integrado de Seguridad ECU 911.
Guayaquil se ha apuntado a la tendencia. Como parte del plan Más Seguridad, el Municipio comprará 100 cámaras de vigilancia con reconocimiento facial.
Estos aparatos serán colocados afuera de establecimientos educativos para detectar a microtraficantes de droga.
Tras el anuncio, los especialistas consultados creen que habría una manera de regular estas cámaras. Proponen pedir fotografías de los padres o de las personas autorizadas para recoger a los estudiantes.
Estas imágenes se ingresan a la base de datos y si un extraño se acerca a la escuela sonaría una alarma.
¿Quién maneja la información?
Según la firma consultora Statista, el mercado mundial de las cámaras de reconocimiento facial ascenderá a USD 1.900 millones al finalizar 2019.
Es un negocio que crecerá gradualmente motivado por la creación de más teléfonos inteligentes que incorporarán la tecnología como herramienta para desbloquearlos.
Guerra expresa que la tecnología no es buena ni mala, es una herramienta, cuyo punto sensible está en quién tendrá acceso a la información de las cámaras.
En los teléfonos inteligentes, agrega, el desbloqueo por reconocimiento facial no genera un problema ético, siempre que los datos se queden en el celular del usuario.
El dilema ocurriría, según Guerra, cuando la información llega a un servidor central y deja rastros para que otros acceden a la data.
“Ecuador tiene escasa regulación en el cuidado de datos como se comprobó en la reciente filtración masiva” protagonizada por la empresa Novaestrat, agrega el especialista.
En septiembre pasado, la firma vpnMentor reveló que datos de millones de ecuatorianos fueron expuestos en línea por Novaestrat.
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