Del bosque al ser humano: 75% de nuevas infecciones son zoonóticas
Un informe de WWF alerta sobre la relación entre la deforestación y la aparición de infecciones zoonóticas, aquellas que saltan de los animales a los humanos.
Vista aérea muestra árboles muertos cerca de un bosque en la frontera entre Amazonía y Cerrado en Nova Xavantina, estado de Mato Grosso, Brasil, 28 de julio de 2021.
Reuters
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A medida que los humanos ejercen presión en los bosques naturales y deforestan entornos que alguna vez fueron salvajes, los animales pierden sus hábitats. Y esta degradación aumenta el riesgo de posibles brotes e infecciones zoonóticas.
Esa es la principal conclusión del informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), titulado “La vitalidad de los bosques”. El reporte evidencia la estrecha relación entre la deforestación de los bosques y la aparición de nuevas enfermedades zoonóticas.
Una enfermedad zoonótica es aquella que salta de los animales, silvestres o domésticos a los humanos. Estos saltos o brotes son cada vez más comunes, como el Zika, el Covid-19 o la viruela del mono.
La intención del informe es clara, dice WWF, y no es otra que “evitar la próxima pandemia”.
Precisamente, el reporte fue hecho a raíz del SARS-CoV-2, que si bien aún no se ha comprobado que el origen del virus fue el pangolín o los murciélagos, hay consenso científico que se trata de una infección zoonótica.
Pero, ¿Cómo surgen las enfermedades zoonóticas y qué puede hacer el mundo para prevenirlas? Estas son las respuestas de expertos citados por el organismo ambiental.
Factores de las infecciones zoonóticas
El reporte de WWF estima que el 75% de las nuevas infecciones en el mundo son de origen zoonótico, es decir, tres de cada 10 enfermedades.
Además, cada año se diagnostican 2.500 millones de enfermedades zoonóticas, y el 44% de quienes mueren por estas infecciones está en países pobres.
El vínculo entre deforestación e infecciones zoonóticas es complejo, advierte la WWF. “Hay una serie de factores ecológicos que intervienen, como el comportamiento humano, los cambios biológicos de la vida silvestre y los patógenos”, dice el reporte.
Pero en esencia, la deforestación promueve la concentración e interacción de patógenos y vectores, que infectan a las especies animales.
Y luego los animales, privados de su hábitat natural debido a la tala de bosques, entran en mayor contacto con los humanos y propagan el virus.
El informe explica además que la fragmentación de los bosques acaba con la biodiversidad de un área, una característica que protege a los humanos de las infecciones.
Una infección tras otra
Científicos advierten que en la actualidad el riesgo de que otra enfermedad letal, como el coronavirus, pase de los animales a las personas es más alto que nunca.
Esto ocurre porque cada minuto, el mundo pierde el equivalente a 40 campos de fútbol de bosques tropicales. Con cada árbol que cae, aumenta la cercanía y contacto entre las personas y la vida silvestre.
Además, la venta y tráfico de animales ha crecido exponencialmente y al momento es el cuarto delito más rentable, después del narcotráfico, armas y la trata de personas.
La hipótesis más confiable hasta ahora es que el SARS-CoV-2 provino del pangolín, una especie silvestre criado en condiciones insalubres en mercados de China y cuya carne y escamas se comercializan en ese país.
Hasta la fecha, el coronavirus ha matado a 6,46 millones de personas, generando una pandemia que aún el mundo no supera del todo.
Y el brote zoonótico más reciente es la viruela del mono, que desde mayo de 2022 ya reporta 45.500 contagiados en el mundo, 35 de ellos en Ecuador.
Pero hay otros a lo largo de la historia, como la malaria, el Zika, el Ébola, y hasta el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Qué hacer para prevenirlas
Las enfermedades zoonóticas son una clara evidencia de la interconexión entre las personas y la naturaleza. Ambos deben vivir separados y con respeto.
Según la WWF, cuando las actividades humanas traspasan los límites naturales, los contagios aumentan.
“Descubrimos que la salud pública y los bosques están entrelazados y cada una de las contribuciones como la conversación, protección y manejo de bosques pueden mejorar nuestras vidas”, dijo Craig Beatty, gerente de estrategia forestal de WWF.
Y para prevenir una futura pandemia se debe equilibrar la relación con la naturaleza, es decir, combatir los principales detonantes impulsados por los humanos como:
- El aumento de la pérdida de los bosques
- La conversión de las tierras en terrenos agrícolas o para ganadería
- El tráfico ilegal de especies
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