Biocentros: qué son y qué recursos genéticos estudiarán
Ecuador prepara el primero banco de recursos genéticos, con siete biocentros, para estudiar y preservar las especies y ecosistemas más frágiles.
Imagen referencial. Una estudiantes de la Universidad Ikiam, uno de los siete biocentros del banco de recursos genéticos.
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En el país, cifras oficiales estiman 315 especies en peligro crítico o en riesgo de desaparecer. Y hay otras 816 en un alto riesgo de extinción, incluyendo mamíferos, anfibios, aves y plantas vasculares.
Las amenazas antropogénicas, que provienen del hombre, el cambio climático y la deforestación, están acabando con el legado natural de Ecuador. ¿Cómo preservarlo?
El Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) lidera un proyecto pionero conocido como el primer Banco de Recursos Genéticos.
Será un banco distinto que atesorará el ADN del país y para ello tendrá siete ‘surcursales’ o biocentros ubicados en Pichincha, Imbabura, Napo, Santa Elena, Loja y Galápagos.
¿Qué son los recursos genéticos? Este material se refiere a los organismos, tejidos, moléculas, bacterias y el ADN en general que conforman un país, en este caso Ecuador.
Cada biocentro estará a cargo del Inabio, entidad adscrita al Ministerio del Ambiente, e inicialmente tendrá la participación de 1.814 investigadores ecuatorianos de forma directa.
El proyecto del Inabio cuesta USD 9 millones, y cuenta con respaldo financiero del Instituto Nacional de Recursos Biológicos (NIBR) de Corea.
Para los investigadores inmersos, esta inversión está más que justificada, puesto que se trata de preservar el ADN del país.
“La única forma en que un país puede apropiarse de su biodiversidad, preservarla, y usarla de manera sustentable es a través del bioconocimiento”.
Jenny Rodríguez., investigadora de la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL).
Siete sucursales
El centro de investigaciones marinas o Cenaim de la ESPOL será uno de los siete biocentros que operarán en el país, una vez que el proyecto total esté en marcha.
Pero el Cenaim ya funciona en la ESPOL, explica la profesora Rodríguez, y tiene cuatro programas de investigación.
“Nuestros estudios se centran en los invertebrados marinos sésiles, como los corales”, señala la docente investigadora.
Es decir, en el caso de la ESPOL en su sede de Santa Elena, la universidad se encargará del estudio genético de animales invertebrados marinos, sus bacterias y moléculas. Muchas de esta información ya ha sido compartida con la base nacional de datos del Inabio.
Pero hay otros seis bancos, cada uno con su área de estudio:
- Universidad de Ikiam: en este centro público de estudios superiores se prevé analizar los recursos genéticos de flora y fauna de la Amazonía. Además, articulará esfuerzos con otras universidades de la región.
- Universidad de Yachay: en esta universidad también funciona un centro del Inabio, y se encargará de manejar el material genético de especies de la zona norte del país.
- ESPE: la participación de la Escuela Superior Politécnica del Ecuador será recolectar y manejar información de microorganismos del país, que alimentarán el banco nacional genético.
- UTPL: en Loja, la universidad de esta provincia articulará esfuerzos con el Inabio para estudiar organismos del sur del país.
- Iniap: el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias participará en el manejo de genes de plantas y cultivos.
- Galápagos Science Center (Universidad San Francisco de Quito): este centro preservará el material genético de las islas.
¿Cuándo estará todo listo?
Según información del Inabio, entregada a PRIMICIAS, el plazo de ejecución del banco de recursos genéticos es desde 2022 hasta 2028.
El año pasado ya se dieron los primeros pasos al identificar los biocentros. Y entre el 23 de febrero y el 8 de marzo de 2023 se recibió la visita de una delegación de Corea para conocer los avances en cada universidad.
Diego Inclán, director Ejecutivo del Inabio, señaló que la visita permitió “definir la estructura y función de la red de biocentros y cómo se articularán con el Instituto Nacional de Biodiversidad”.
Por otra parte, hasta 2027, indica el cronograma del proyecto, Ecuador ya debería tener listo e implementado el banco de genes de las especies de vida silvestre.
Y en ese mismo año, la red de seis biocentros deberá contener al menos 60.000 genes preservados de plantas, animales y microorganismos.
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