¿Por qué el bambú podría salvar vidas durante el fenómeno de El Niño?
El bambú es un material tan noble, que luego de ser cosechado permite que el bosque se regenere, y ahora una fundación ecuatoriana busca convertirlo en la clave para salvar vidas durante El Niño.
Varios de los beneficiados por el proyecto Caemba, que construye viviendas de bambú durante emergencias.
Tomado de Fundación Raíces
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Algunas plantas de bambú asiático pueden crecer más de un metro al día, lo que equivale a unos cuatro centímetros por hora. Ninguna otra planta crece más rápido, es tan maleable y con la capacidad de levantar estructuras con facilidad para quienes necesitan una vivienda.
Con estas características en mente, Manuel Pallares, biólogo y geógrafo de profesión, construyó albergues provisionales hechos con bambú asiático, para quienes lo perdieron todo en las pasadas inundaciones de julio en Esmeraldas.
En aquel entonces, el fenómeno de El Niño aun si era una débil probabilidad en Ecuador, y las fuertes precipitaciones causaron destrucción y muertes en la provincia.
Con ayuda de voluntarios y el aporte de la empresa privada, la fundación Raíz Ecuador construyó un campamento con 56 unidades o casas para los damnificados de Esmeraldas, y todo fue en apenas 10 días.
"El campamento sigue funcionando y no lo hemos desmontado porque esas familias no pueden regresar a sus lugares, por la amenaza de El Niño", dice Pallares, director de la fundación.
Según los últimos reportes del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar), existe una probabilidad del 99% de ocurrencia del fenómeno El Niño a finales de octubre de 2023, con una intensidad moderada a fuerte.
Al momento, existe una 'Alerta Amarilla' por el Niño en 488 parroquias, de 143 cantones, en 17 provincias.
Declaratoria de la Secretaría de Gestión de Riesgos.
Esta declaratoria implica que los lugares señalados son más susceptibles a inundaciones y deslizamientos de tierras.
De hecho, el mismo documento de Riesgos estima que al menos 30.200 familias necesitarán un refugio o albergue para afrontar el evento climático.
Pese a la emergencia, Pallares lamenta que las autoridades seccionales, en especial las alcaldías, no están preparadas para recibir el fenómeno.
"A estas alturas, los gobiernos seccionales deberían tener una idea de dónde ubicar los albergues, tener los terrenos identificados y listos, pero no estamos preparados", agrega.
La propuesta de este biólogo es simple: usar el bambú asiático para levantar campamentos provisionales para los posibles damnificados y en el futuro transformar estos albergues en viviendas transicionales.
¿Por qué construir con bambú?
El primer acercamiento de Pallares con el bambú fue a raíz del terremoto de 2016, que afectó a Manabí y parte de Esmeraldas.
En aquel entonces, el biólogo administraba un hotel en Esmeraldas, que quedó destruido por el sismo.
La experiencia le dio un vuelco a su vida profesional y fundó un proyecto llamado Caemba, que inicialmente construyó 23 albergues temporales con bambú, con una extensión de 35 metros cuadrados.
La iniciativa no concluyó ahí y hasta la fecha, Caemba ha levantado 556 viviendas hechas de bambú asiático, un material muy parecido a la caña guadúa.
¿Por qué usar bambú y no madera u otro material?
Técnicamente, el bambú, que no es un árbol, sino que pertenece al grupo de plantas denominadas gramíneas, es un material maleable y de fácil conversión.
A diferencia de la madera, que se requiere cortar, tratar y secar, el bambú está listo para ser utilizado.
"Es un material apropiado para afrontar una emergencia y tenemos en abundancia en Ecuador", explica Pallares.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llama al bambú el acero vegetal, y lo califica como "un regalo de la naturaleza para la construcción de edificios por su bajo coste, sostenibilidad, abundancia y dureza".
El BID resalta que pese a sus beneficios, el material ha sido subutilizado en América Latina, pero ahora, con la necesidad de enfrentar el cambio climático y adoptar estrategias de sostenibilidad en la construcción, su uso está cobrando fuerza.
Al momento, el proyecto Caemba tiene sembradas 30 hectáreas de bambú en la zona de la Concordia, en Santo Domingo de los Tsáchilas, y también compra el material de otros productores.
Mientras que ambientalmente, las plantaciones de bambú permiten que un bosque se regenere, una vez que el material sea cosechado.
Caemba también recurre a vallas recicladas para reutilizar el plástico desechado y darle una segunda vida: convertirlo en los techos de las viviendas.
Campaña y falta de preparación
Construir una casa provisional con bambú cuesta USD 440 y un campamento completo para albergar a varias familias, con cocina, cerramientos y servicios básicos, representa una inversión de USD 1.700 por grupo familiar.
Pero hasta ahora, el único financiamiento de Caemba y la fundación Raíz ha llegado desde donantes privados y empresas.
Según Pallares, si bien existe la urgencia de crear planes habitacionales para enfrentar El Niño, ninguna de las alcaldías ha firmado un convenio con la fundación o se ha comprometido a hacerlo, hasta ahora.
Y esto, en palabras de Pallares, ocurre porque en Ecuador falta una cultura de prevención frente a los posibles desastres naturales.
"Este periodo de transición política ha complicado la preparación y los GAD (alcaldías) han estado en campaña".
Miguel Pallares, director ejecutivo de Fundación Raíz.
Coincidentemente, la mayoría de los GAD donde se espera un Niño fuerte, como los ubicados en Guayas o Manabí, pertenece al movimiento correísta Revolución Ciudadana y estuvieron enfocados en el pasado proceso electoral de cara las elecciones presidenciales de octubre.
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