El 41% de anfibios a punto de desaparecer por culpa del cambio climático
Sapos, ranas, salamandras y otras especies de anfibios de todo el mundo, incluyendo Ecuador, han sido catalogados como vulnerables y en peligro de extinción, según un reciente estudio de la revista Nature.
Una especie nueva de rana descubierta en el corredor Llanganates-Sangay, el 6 de julio de 2023.
Rodrigo Buendía / AFP
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Hace poco, el mundo conoció que las ranas voladoras de Wallace, dignos integrantes de la familia de anfibios, adoptan un inusual patrón de colores cuando son jóvenes. Es parecido a un excremento, una estrategia que los científicos creen usan para camuflarse ante los depredadores.
También Ecuador fue testigo del descubrimiento de dos ranas diminutas en el páramo andino. Apenas si miden entre 1,5 y dos centímetros, y deslumbran por sus colores rojizos y melódicos sonidos.
Pero estas ranitas, junto a las salamandras, sapos y otras criaturas de sangre fría, están en peligro, según revela la segunda Evaluación Global de los Anfibios (EGA).
Se trata de un informe exhaustivo en el que han participado cientos de científicos, y que ha podido comparar 8.000 especies de anfibios. Fue publicado por la revista Nature como un hito, puesto que el primer estudio vio la luz hace 19 años.
El problema es que el informe también trae malas noticias: el 41% de todas las especies de anfibios son vulnerables, están en peligro o casi en extinción.
Y en los próximos años, si los humanos no hacen nada, dos de cada tres especies de anfibios podrían desaparecer en el mundo, incluyendo en Ecuador.
De hecho, la mayoría de especies amenazadas se encuentran en las islas del Caribe, las estribaciones de los Andes (territorio ecuatoriano), las montañas y bosques de Camerún, Nigeria, Madagascar y Sri Lanka.
Detrás de la extinción de los anfibios hay un factor principal: el cambio climático.
Anfibios se mueren de sed
El riesgo que sufren los anfibios en la actualidad es más grande que el de mamíferos, aves o reptiles. Y es también casi dos puntos porcentuales más que el peligro que sufrían en 2004, cuando se publicó la primera evaluación sobre estas especies.
Las amenazas para ranitas y tritones han surgido desde los albores de la humanidad. En esencia, sus hábitats se han esfumado por el avance de la agricultura y la industria maderera.
Otra causa poderosa de la desaparición de la especie es el avance de la infraestructura inmobiliaria, algo que ocurre de manera muy pronunciada en Ecuador, señala el reporte de Nature.
"Entre 2004 y 2022, el hábitat de los anfibios se ha degradado en los Andes ecuatorianos debido a los proyectos habitacionales".
Informe Global sobre Anfibios
Pero, en las dos décadas pasadas se suma el cambio climático, que amenaza con exterminarlos por completo. ¿Por qué?
Como explican los autores del informe de la revista Nature, en climas extremos, como una ola de calor, vinculados al cambio climático, los anfibios se deshidratan rápidamente.
A diferencia de aves y reptiles, estos animales no tiene plumas ni escamas para protegerse.
Además, han perdido los espacios húmedos necesarios para su reproducción.
Mientras que tormentas más frecuentes e intensas, las inundaciones o la subida del nivel del mar pueden destruir los bosques donde viven y se reproducen.
"En muchos casos, estos cambios se producen demasiado rápido como para que puedan adaptarse", dijo Kelsey Neam, experta de la Unión Internacional para la Conservación en la Naturaleza (IUCN), citada en el informe.
Según Neam, el cambio climático es una amenaza subestimada para los anfibios y va a hacerse "más evidente", con los años.
¿Por qué son importantes?
Los anfibios tienen un rol esencial en la cadena alimentaria, ya que alimentan a pájaros, mamíferos y reptiles.
También cumplen un rol de control de plagas, porque mantienen a raya las poblaciones de insectos.
Esto último es vital porque su eventual desaparición provocaría un incremento de plagas y de insectos transmisores de enfermedades, como los mosquitos causantes del dengue y malaria.
Por si fuera poco, los anfibios desempeñan funciones biológicas importantes para el suelo, porque transfieren nutrientes de medios acuáticos a terrestres.
Para evitar una pandemia de los anfibios, los autores del estudio destacan que no solo es necesario monitorear las especies o documentar nuevas.
Hace falta tomar medidas para frenar la construcción de proyectos inmobiliarios, industriales y mineros cerca de los hábitats de estas especies; al igual que emprender cambios urgentes para detener el cambio climático.
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