Aunque recuperaron el cadáver de su hija, la tragedia de los Toaquiza continúa
Verónica Toaquiza murió en un accidente de tránsito en México, mientras intentaba llegar a Estados Unidos junto con su hija. La niña sobrevivió, su padre fue a buscarla, pero ahora está retenido en Migración.
Édison Toaquiza, hermano de Verónica, abre el féretro durante el velorio.
Emerson Rubio / PRIMICIAS
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El cuerpo de la joven ecuatoriana Verónica Toaquiza llegó al aeropuerto de Quito a la 01:00 del 11 de enero de 2023.
Afuera, los familiares de Verónica aguardaban con carteles. No de bienvenida, sino de luto, en medio de una madrugada fría y lluviosa. Habían esperado dos meses para tenerla cerca de nuevo.
La última vez.
El 11 de noviembre de 2022, Verónica sufrió un accidente de tránsito en Saltillo, México, cuando intentaba cruzar la frontera, junto con su hija, de siete años, rumbo a Estados Unidos. Anhelaba, como muchos ecuatorianos, el 'sueño americano'.
Pero ella y otras cuatro personas fallecieron en el intento.
Desde entonces, la familia empezó los trámites para repatriar el cadáver con el acompañamiento de la Cancillería de Ecuador, hasta que los restos de esta madre, de 23 años, regresaron a Quito.
Pero sacarlos del aeropuerto no fue sencillo.
Una capilla a la espera
Sentada frente a un ataúd vacío, bajo dos carpas blancas que se habían dispuesto en una calle de Santos Pamba, al sur de Quito, Micaela Tigasi decía que "justo son dos meses de la muerte". Que el "proceso se ha alargado". Que pronto la podrán despedir.
Micaela era cuñada de Verónica.
Según Micaela, su sobrina, hija de Verónica, resultó ilesa en el accidente y estuvo en Migración de Estados Unidos durante tres semanas, hasta que una familiar fue a buscarla. La niña está bien y ya cumplió los ocho años.
Mientras tanto, desde el aeropuerto, a las 14:00, Wilson Toaquiza, hermano de Verónica, explicaba por mensajes que "en una guía faltaban números" y que no podían sacar el cadáver. Se refería a unos documentos imprescindibles para continuar con el trámite.
Pasaron 12 horas hasta que el cuerpo llegó a Santos Pamba. Ya en la capilla, sus familiares la recibieron. Había rosas rojas, blancas, un libro de mensajes y un cartel con esta leyenda: "Será imposible llenar el vacío que has dejado".
"Un dolor que no asimilamos"
Édison Toaquiza, hermano mayor de Verónica, dijo a PRIMICIAS que la sacaron de la caja en la que fue trasladada, le quitaron la envoltura y la colocaron en el ataúd que la esperaba.
El cadáver debía salir a las 06:00 del aeropuerto, pero la funeraria encargada de enviarlo desde México habría llenado erróneamente unos papeles. Y, entonces, debieron rehacerlos.
Pagaron cerca de USD 2.000 para la repatriación, con el apoyo de Cancillería, afirmó Édison. Pues, el costo asciende USD 8.000.
Durante los dos meses de espera, la familia vivió momentos de mucho dolor. "Un dolor que aún no asimilamos", señala el hermano, quien agrega que los trámites de repatriación se extendieron debido a los feriados que hubo en los últimos meses en México y Ecuador.
"Pero ya podemos darle la cristiana sepultura", comentó entristecido.
Sueños rotos
A la mañana siguiente de la llegada del cuerpo de Verónica, el 12 de enero de 2023, las personas continuaban entrando a la capilla organizada por la familia.
Una orquesta sonaba de fondo: "En vida que me quisieras / en vida que me quisieras / de muerto ya para qué...".
Quedaban pocas horas para el traslado del cuerpo hasta el cementerio.
Entretanto, Édison, su hermano, recordó que la joven madre vendía ropa en el centro comercial Hermano Miguel.
Verónica se marchó con rumbo a Estados Unidos porque quería darle a su hija una mejor calidad de vida. Pero su sueño quedó roto.
Una amiga de Verónica que asistió al funeral, Ximena Catani, dice que la conocía desde que tenía 13 años.
"Era una linda chica, alegre, muy chistosa... Me decía: mi vieja, y yo le daba consejos. Le dije que no se fuera, que se pusiera un negocio. Pero no pasó", comenta.
A las 10:00 hubo una misa. Y a las 12:00 estaba previsto su entierro en el cementerio Jardín del Valle, en Sangolquí. Pero esta historia no termina aquí.
¿Una coincidencia?
Ahora la pequeña hija de Verónica vive en Estados Unidos con dos tíos.
Édison dice que el lunes 9 de enero, la niña entró a clases. "Es como si mi hermana hubiese esperado a que la pequeña ingresara a la escuela para venir".
Por ahora, la niña se quedará en Estados Unidos. "Fue el sueño de mi hermana", añade.
Pero la tragedia parece golpear nuevamente a esta familia. Micaela Tigasi, la cuñada de Verónica, le contó a PRIMICIAS que su hermano, y padre de la niña, viajó hace un mes y medio hacia Estados Unidos para reencontrarse con su hija.
"Se fue por la selva", dice Tigasi. Sin embargo, ahora está retenido en Migración de Estados Unidos. "No sabemos qué pasó, si lo cogió Migración o él mismo se entregó".
Ahora la familia espera que le permitan ver a la pequeña y que puedan permanecer juntos en Estados Unidos.
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