Narcos capturados en Ecuador trabajaban con la guerrilla y carteles mexicanos
Colombia dio más detalles de los 29 narcos capturados. Este grupo trabajaba con la Segunda Marquetalia y con los carteles mexicanos.
Parte de los detenidos durante la operación Gran Jericó 30, el 24 de agosto de 2023.
Cortesía / Policía
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El golpe ocurrió el 24 de agosto de 2023. Autoridades ecuatorianas y colombianas ejecutaron el operativo Gran Jericó 30. En total, 29 narcotraficantes fueron detenidos en ambos países.
El operativo se cumplió en Durán, un cantón en estado de excepción desde julio pasado. En el sector Los Helechos, las autoridades encontraron un muelle clandestino que tenía como fachada una bodega.
La intervención se cumplió tras más de un año de investigaciones conjuntas entre las autoridades de Ecuador y Colombia.
Al día siguiente del operativo, Pablo Ramírez, director Antinarcóticos de la Policía de Ecuador, reveló que esta organización tenía vínculos con el Bloque Occidental Alfonso Cano de Segunda Marquetalia, una de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) conocida anteriormente como Frente Oliver Sinisterra.
De acuerdo a las investigaciones policiales, esta estructura dedicada al narcotráfico se dedicaba presuntamente a trasladar grandes cantidades de cocaína en las lanchas desde las costas ecuatorianas para entregarlas a carteles mexicanos.
Conexiones mexicanas
Pero los alcances de este grupo no terminan ahí. El 26 de agosto, la Armada de Colombia -cuyos agentes también participaron en la operación- hizo públicos nuevos detalles.
Esta entidad informó que la agrupación trabajaba bajo el mando delictivo del colombiano Hader Cuero Valencia, alias 'Curva', quien residía en Cali pero fue capturado en territorio ecuatoriano.
El segundo al mando era Dairon Aurelio Cuero Valencia, alias 'Chanchi', que fue capturado en su residencia en la ciudad de Cali.
La organización liderada por alias 'Curva', revelaron las autoridades colombianas, estaba compuesta por colombianos que residían en Ecuador y eran los enlaces directos entre el cabecilla colombiano con la organización en ese país.
La operación se completaba con nexos en México. En ese país, integrantes de los carteles del narcotráfico recibían la droga y, luego, la enviaban hacia su destino final en Estados Unidos.
Estos delincuentes eran especialistas en la comercialización y envío marítimo de cocaína desde las costas colombianas en el departamento de Nariño y las costas ecuatorianas. El destino era México, a través de la ruta conocida como el “corredor norte y sur de Islas Galápagos".
Según las autoridades colombianas, este grupo tenía la capacidad de enviar aproximadamente dos toneladas mensuales de cocaína hacia las costas de México, para posteriormente ingresarlas a los Estados Unidos.
Esta operación generaba ganancias mensuales cercanas a los USD 68 millones, y anuales superiores a los USD 800 millones.
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