El mal clima complica las tareas de rescate en Turquía y Siria
Un devastador terremoto, de magnitud 7,7, ha causado la muerte de más de 2.400 personas en una franja de Turquía y el noroeste de Siria.
Vista general de un edificio colapsado en Diyarbakir, Turquía, el 6 de febrero de 2023.
Reuters
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El balance de muertos y heridos sigue aumentando en Turquía y Siria, tras el potente terremoto de magnitud 7,7, que sacudió ambos países la madrugada del lunes.
Al dolor y destrucción, se suma el gélido clima invernal que dificulta los esfuerzos por encontrar supervivientes entre los escombros.
El sismo se produjo en la oscuridad de una mañana de invierno, y fue el peor que ha sacudido Turquía en lo que va de siglo. También se sintió en Chipre y Líbano.
Hasta el momento se reportan al menos 2.400 muertos en Turquía y Siria, y miles de heridos.
El terremoto derribó bloques de apartamentos enteros en ciudades turcas y sumaba más devastación a los millones de sirios desplazados por años de guerra.
Posteriormente, un segundo terremoto de magnitud 7,7 sacudió la región de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó que se han registrado derrumbes o daños graves en más de 2.800 viviendas y que se ha rescatado con vida a 2.470 personas de los escombros.
Además, se decretó el cierre de escuelas y colegios por una semana, en las zonas impactadas por el sismo.
Erdogan también dijo que 45 países se habían ofrecido a ayudar en las labores de búsqueda y rescate.
Según informó Cancillería a PRIMICIAS, hasta el momento no se ha registrado ningún ecuatoriano fallecido en Turquía, a causa del sismo.
Pero se mantienen las conversaciones con la Embajada turca en Ecuador, para analizar formas de cooperación y de apoyo humanitario.
"Fue como un apocalipsis"
El terremoto de magnitud 7,7 en el sureste de Turquía es el más mortífero de los últimos 50 años. También fue el segundo más fuerte en 100 años, después del que sacudió Erzincan, en el este de Turquía, el 26 de diciembre de 1939.
Uno de los símbolos de la enorme destrucción del terremoto es el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que ha sido arrasado por el temblor.
El epicentro del sismo del domingo fue muy cerca de la frontera con Siria, y por ello también ha causado desgracias y destrucción en este país.
"Fue como el Apocalipsis", dijo Abdul Salam al-Mahmoud, un sirio de la ciudad de Atareb. "Hace mucho frío y llueve mucho, y la gente necesita que la salven".
En Siria, inmersa en más de una década de guerra civil, la zona golpeada se divide entre el territorio controlado por el Gobierno del presidente Bachar al Asad y el último enclave del país controlado por la oposición.
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