Padres de guía asesinado vendieron sus vacas para que estudiara
El joven de 21 años fue parte de la primera promoción de agentes que se graduaron en el gobierno de Guillermo Lasso. Trabajó 26 días en la cárcel de El Rodeo, donde fue asesinado.
Los restos de Cristian Suárez fueron velados en Chillogallo, sur de Quito, el 28 de diciembre de 2022.
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El anhelo de Cristian Suárez Saca de trabajar como agente penitenciario le duró 26 días. El joven, de 21 años, jamás imaginó que a la salida de su turno en la cárcel de El Rodeo, en Portoviejo, sería atacado por uno de los prisioneros, que lo hirió de muerte con arma blanca.
Con su partida, se fueron también los esfuerzos de su familia por brindarle un futuro, como lo comentó a PRIMICIAS, su padre Walter Suárez.
"Esto es muy duro para mí, pensamos que se iba a recuperar, pero una puñalada lo hirió en el estómago y otra le comprometió el pulmón, no pudo resistir", expresó.
Cristian era el mayor de tres hijos. Realizó sus estudios en la Unidad Educativa Luis Felipe Borja Del Alcázar, en Chillogallo, sur de Quito, y terminó el colegio antes de cumplir 18 años, pero tenía claro lo que quería: ingresar al Ejército.
Previamente, pasó un año por el cuartel. "Aplicó para entrar al Ejército, me dijo que eso le gustaba, pero no pasó las pruebas médicas", recuerda su padre.
Luego de esa negativa, intentó ingresar a la Policía Nacional. Pero por unos pocos centímetros no lo aceptaron, él tenía 1,68 metros de estatura.
En total, lo intentó dos veces, pero no lo acogieron. Luego, conoció de la apertura -en abril de 2022- del curso para servidores del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria (CSVP).
La selección fue el 28 de abril y en julio se realizó la presentación de los aspirantes seleccionados, con la presencia del presidente Guillermo Lasso.
El ejemplo de la familia Suárez
"Desde el día uno estuvimos pendientes de todo lo que necesitaba. Teníamos que comprar desde los uniformes hasta una caja de madera para que lleve los materiales que necesitaba", comenta Walter.
Incluso, los padres hicieron un préstamo bancario para cubrir los gastos. Los familiares, en su afán de apoyar a Cristian, vendieron unas vacas. Es que gran parte de la familia Suárez se dedica a actividades agropecuarias.
En total, la familia invirtió USD 5.000 en la formación de Cristian como agente penitenciario.
Durante el curso, en el país hubo cinco masacres carcelarias con 56 presos asesinados entre julio y noviembre. Pero esa realidad no lo desanimó y siguió firme en su deseo.
Luego de cuatro meses de formación, el mayor de los hijos Suárez Saca se graduó el 28 de noviembre, con la promoción de 1.360 nuevos agentes penitenciarios, la primera en el gobierno de Lasso.
A pesar de haber realizado tres semanas de prácticas en la cárcel de El Inca, en Quito, Cristian fue designado como guía penitenciario del centro carcelario de El Rodeo, en Manabí.
Según los registros del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), el joven se incorporó a ese recinto penitenciario el 1 de diciembre. Pero 25 días después sufriría el atentado mortal.
Sin chaleco ni uniforme
Para dotarlo de uniforme, Walter Suárez le dio dinero a su hijo. Según dice, el SNAI no le dio la indumentaria. Y al momento del ataque no tenía chaleco.
"No le dieron protección, solo el cinto para poner las esposas. No tuvo chaleco ni gas para defenderse. Allá no tenía dónde vivir, pagaba arriendo, comida, no le reconocieron nada", agrega el padre de Cristian.
En una conversación con el director de la cárcel de El Rodeo, le manifestó que su hijo no tenía seguro que lo cubriera ante un atentado. Lo que sí le reconocieron fue el ataúd y el transporte hasta Quito.
"Me dieron una caja de cartón prensado, como las que entregaban para los muertos por Covid, así que yo le compré una caja, cerca de la morgue en Manta. Él merece un entierro digno", señala acongojado.
Desde el SNAI se solidarizaron con la familia de Cristian Suárez Saca. En un comunicado enviado a PRIMICIAS, aclararon que además de estar afiliado al IESS, le acreditaron el salario y un proporcional del décimo tercer sueldo, el 27 de diciembre.
Además, recordaron que según la Ley de Seguridad Social y el Reglamento del Seguro General de Riesgos del Trabajo, un accidente laboral se cubre a partir de la sexta aportación consecutiva, y para enfermedades a partir de la tercera aportación.
"En este caso, pese a que no se cumple con el requisito de la sexta aportación, el SNAI presentará al IESS un informe por accidente laboral", agregaron.
Finalmente, señalaron que entregaron a la familia un aporte económico y otros de parte del personal.
Se refieren al apoyo de la Asociación Nacional de Servidores Penitenciarios Activos del Ecuador (Asoserpen). Su presidente, Carlos Ordóñez, manifestó que el atentado a Cristian confirman que los agentes penitenciarios "seguimos en el abandono por parte del Estado".
La Asoserpen también puso a disposición de Walter sus abogados para efectos de reclamar algún seguro de vida.
De los 2.860 agentes penitenciarios, el 60% es parte de la Asociación. Según Ordóñez, el gremio entregó hace cuatro meses en la Asamblea Nacional, un proyecto de Código Orgánico de Rehabilitación Social, para mejorar sus condiciones laborales.
Según sus datos, ocho guías han fallecido desde que comenzaron las masacres carcelarias en 2021.
Así, Walter despide a Cristian en su domicilio en Chillogallo. Posteriormente será sepultado en el cementerio de Paquisha. Solo le quedan sus otros dos hijos, Jeremy y Santiago Suárez.
También, el recuerdo de la última conversación con Cristian, el domingo 25 de diciembre, y sus palabras: "No te voy a defraudar, yo sé el esfuerzo que hiciste para que esté aquí trabajando".
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