Rusia ataca con fuerza a Ucrania y el Grupo Wagner se reorganiza
La guerra en Ucrania tuvo ese fin de semana un capítulo impactante por el bombardeo de Rusia a la histórica Odesa.
Un barrio de Odesa afectado por los misiles de Rusia.
EFE
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Los mercenarios rusos del Grupo Wagner amenazan a Polonia con una incursión armada desde Bielorrusia. Mientras, el Ejército de Rusia volvió a cebarse con la histórica Odesa, donde bombardeó bloques de viviendas, instalaciones portuarias y la mayor catedral ortodoxa de la ciudad.
Odesa volvió a centrar este 23 de julio toda la ira de Moscú, cuyos misiles de crucero lanzados desde aire, mar y tierra (la anexionada península de Crimea) alcanzaron infraestructuras civiles, bloques de viviendas e iglesias. Un muerto y una veintena de heridos es el saldo.
Resultó parcialmente dañada la catedral de la Transfiguración de Odesa, el principal templo ortodoxo de la ciudad y aún dependiente del Patriarcado de Moscú.
"Misiles contra ciudades pacíficas, contra edificios residenciales, una catedral... No puede haber excusa para la maldad rusa. Como siempre, este mal perderá. Y definitivamente habrá represalias para los terroristas rusos por Odesa. Sentirán estas represalias", dijo el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. El mandatario pidió la convocatoria del consejo Ucrania-OTAN debido a los ataques masivos rusos en el mar Negro.
El mayor ataque contra la ciudad desde el comienzo de la guerra causó daños en 25 monumentos arquitectónicos del centro histórico de la ciudad, patrimonio mundial de la UNESCO.
Rusia negó haber atacado la catedral y subrayó que su objetivo habían sido los drones acuáticos utilizados para efectuar atentados "terroristas" en Crimea.
Además, ambos bandos siguen acusándose mutuamente de utilizar bombas de racimo, como en el ataque ruso de este 23 de julio contra la ciudad de Chasiv Yar (Donetsk). El ataque destruyó un centro de ayuda humanitaria y médica, según las autoridades.
Wagner, Rusia y Polonia
Mientras tanto, se reunieron los presidentes de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, y de Rusia, Vladimir Putin, en el Palacio de Constantino en San Petersburgo.
La reunión coincidió con las imágenes de "muerte y destrucción" en Odesa -como las describió el papa Francisco-, ataque que las cancillerías occidentales no dudaron en calificar de "crimen de guerra".
Lukashenko garantizó a Putin que mantendrá a los soldados del Grupo Wagner bajo control en la base bielorrusa de Moguiliov, según lo acordado tras la fallida rebelión armada protagonizada por dicho grupo hace justo un mes.
La de este 22 de julio fue precisamente la primera reunión entre ambos mandatarios desde la sublevación, en la que el bielorruso intercedió y logró convencer al jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, de replegarse a Bielorrusia.
Según Wagner, en estos momentos en Bielorrusia se encuentran desplegados varios miles de wagneritas, que alcanzarán pronto la cifra de 10.000. Se estima que el Grupo Wagner tiene 25.000 soldados.
Una décima columna de mercenarios rusos llegó este 22 de julio a la antigua república soviética a bordo de camiones y microbuses, informó el equipo de investigación Gayun, que monitorea la actividad militar en territorio bielorruso.
Esta semana Minsk informó sobre entrenamientos conjuntos con los wagneritas en la frontera con Polonia, que anunció inmediatamente el envío de dos unidades militares a la zona.
Polonia ha desplegado una brigada a unos 40 kilómetros de la ciudad de Brest y otra a unos cien kilómetros de Grodno, cuando antes esas unidades se encontraban a unos 500 kilómetros de distancia, explicó.
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