Ciudadelas de Guayaquil se encierran ante la inseguridad
PRIMICIAS recorrió algunos barrios tradicionales del norte de la ciudad y comprobó que, en la mayoría, sus moradores colocaron puertas como medida de protección.
Moradores de Sauces 2, norte de Guayaquil, compraron y colocaron una puerta de malla para blindarse de la violencia en sus manzanas.
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La entrada era libre en la manzana 111 de Sauces 2, en el norte de Guayaquil. La vida transcurría con aparente tranquilidad hasta que hace unos meses robaron en una de las viviendas de este sector. Así se sumó a las ciudadelas que decidieron "encerrarse".
Boris Granda, presidente del comité de moradores, recuerda que las conversaciones entre vecinos comenzaron en abril de 2022, pero luego del robo en el barrio, se organizaron y concretaron la colocación de una puerta de malla en la entrada principal.
"Lo que pasó nos abrió los ojos. El consejo barrial se activó y nos organizamos. Comenzamos a revisar costos y en septiembre inauguramos simbólicamente la instalación de la puerta", manifestó a PRIMICIAS.
Esto fue casi dos meses antes de que detonaran en la ciudad varios atentados, que obligaron al Gobierno a decretar estado de excepción en Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Según el morador, 23 familias contribuyeron con una cuota de USD 331. Además de elaborar e instalar la puerta, de tres metros de alto, coordinaron con la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) la colocación de un medidor comunitario.
En total, instalaron una puerta vehicular abatible, de tres metros de alto; y dos puertas peatonales, a la altura del parque de la ciudadela. También colocaron equipos biométricos con lector de huellas digitales.
Los vecinos gastaron casi USD 8.000 en su seguridad. "Pasamos del 10% a un 85% de sensación de seguridad. Es muy satisfactorio ver a los niños jugando en sus bicicletas y a los vecinos lavando sus vehículos con tranquilidad", dijo.
Para obtener más recursos, los moradores realizaron un bingo con venta de comida y acumularon un fondo que destinarán al mantenimiento de los equipos.
Esta manzana de Sauces 2 no es la única que tomó la decisión. PRIMICIAS recorrió otras ciudadelas del norte de Guayaquil y el panorama es similar.
En la tercera etapa de la Alborada, las manzanas que colindan con la parte posterior del centro comercial Plaza Mayor está amuralladas.
Esta ciudadela tradicional del norte de la urbe se caracterizaba por sus herraduras abiertas, pero la mayoría luce cerrada. Esto incluso incomoda a los transeúntes que caminan desde otras manzanas y usaban este trayecto hacia la calle principal, Rodolfo Baquerizo Nazur.
Ahora, deben ver por dónde salir porque solo los habitantes tienen las llaves de las puertas.
Las manzanas de la misma ciudadela que dan a la avenida Francisco de Orellana también están colocando puertas. A diferencia de Sauces 2, estas son de metal.
María Elena Coellar, habitante fundadora de la Alborada, recuerda que jamás había vivido estos niveles de inseguridad. Al igual que en otras ciudadelas, una vivienda del sector también fue blanco de los delincuentes.
"Venimos hablando de colocar las puertas desde julio, pero luego del robo de la casa peatonal, el proyecto se concretó. Ya instalamos la puerta principal y una peatonal, nos falta otra más", dijo.
Son seis manzanas y cada familia contribuye con USD 90. "Nosotros no queremos encerrarnos, pero la gente se da cuenta de que es necesario", añadió. Los gastos ascienden a USD 4.500.
En este sector funciona la fundación Jacinta y Francisco, para personas con discapacidad. Por eso, sus habitantes piensan en colocar guardias de seguridad como custodios de las puertas, para evitar inconvenientes con los visitantes.
Además de las puertas, solicitaron la instalación de cámaras a la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG).
Así lucen los barrios tradicionales del norte de la ciudad, amurallados, pero con una sensación extra de seguridad.
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