"Fue una lluvia de balas", Guayaquil convertida en epicentro del crimen
Guayaquil, punto de exportación de la cocaína producida en Colombia y Perú, reporta 1.425 asesinatos entre enero y julio en 2023.
Una balacera que se registró en las calles Rosendo Avilés y Machala, en el sur de Guayaquil, el 8 de octubre de 2023.
API
Actualizada:
Compartir:
Guayaquil, ciudad portuaria en el suroeste de Ecuador y uno de los epicentros de la violencia en el país, casi a diario es una macabra letanía de cuerpos baleados, calcinados o mutilados.
Barrios controlados por bandas, masacres entre presos y una policía sobrepasada por el fuego del narco transformó al principal puerto comercial del país en capital del crimen.
Entreel jueves y viernes fallecieron siete personas tiroteadas en un balneario turístico, Playas, a unos 80 kilómetros de "GuayaKill", el neologismo que se popularizó en redes ante la ola de asesinatos.
En la zona urbana, el sábado "hubo dos muertos. Uno de ellos era miembro de la Policía, quien fue abatido en su hora de descanso", dice Alex Merchán, suboficial del Ejército.
El gato y el ratón
Acompañado de soldados y policías en moto, Merchán dirige un puesto de control en la entrada oriental de Durán, ciudad satélite de Guayaquil.
Ambas localidades y sus alrededores suman 3,2 millones de habitantes.
Sus hombres revisan vehículos en busca de drogas, armas o explosivos.
"Es un juego al gato y al ratón".
Alex Merchán, Ejército
Según el Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado, en junio de 2023, Guayaquil y sus cercanías registraron una tasa de 41 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El puerto, que es un punto de exportación de la cocaína producida en los vecinos Colombia y Perú, acumuló 1.425 asesinatos entre enero y julio en 2023, casi el doble del número del mismo período del año anterior.
Una arremetida impulsada por la violencia de narcos y sus patrocinadores de cárteles mexicanos que se extiende al resto del país.
El Golfo de Guayaquil ofrece un paisaje contrastado de relucientes edificios con fachadas de cristal, lujosas urbanizaciones protegidas por alambradas y barrios obreros minados de inseguridad.
Durán, con su pobreza y acceso directo al río Guayas, de aguas profundas cerca al puerto, es territorio de bandas criminales.
Chone Killers
La noche del domingo, militares instalaron un puesto de control en la principal avenida que parte en dos a la industrial Durán y conduce a Guayaquil, del otro lado del río.
Fue en el puente peatonal que atraviesa esta vía de 10 carriles que dos cadáveres decapitados aparecieron en 2022, colgados al estilo del narco mexicano.
"El crimen aquí es ahora una mezcla de pequeña delincuencia, narcotráfico y mafias", explica un periodista local.
"Los asesinos atacan en cualquier lugar y en cualquier momento. En realidad no hay reglas", añade.
Las víctimas son en su mayoría antiguos presidiarios, y los asesinos suelen ser "adolescentes", señala a su vez Merchán.
Lo que está en juego es el control del territorio y el narcotráfico.
En Durán, los protagonistas de esta guerra son dos grupos, los Latin Kings y los Chone Killers, como atestiguan los grafitis en decenas de fachadas.
Los Chone Killers dicen ser los sicarios de Los Choneros, la mayor banda de la nación y principal actor del narcotráfico en Guayaquil.
Además, se enfrentan Águilas, Lagartos, Tiguerones… todo un zoológico en el que Los Choneros imponen su hegemonía. Son los mismos grupos que periódicamente se masacran entre sí en bárbaras reyertas que tienen lugar en las cárceles de Guayaquil y otras ciudades.
El domingo, los asesinos atacaron lo que suele ser una zona tranquila del centro/sur guayaquileño. Los primeros informes hablaban de un cruce de disparos en la avenida Machala. Minutos después, dos cadáveres yacían en el suelo, uno en medio de la calzada y otro en el atrio de un edificio.
Hombres armados en una "furgoneta blanca" abrieron fuego contra un grupo de personas en la terraza de un primer piso, según un informe policial.
Minutos antes, las despreocupadas víctimas cantaban y tocaban tambores a ritmo de salsa, de acuerdo con un video publicado en redes sociales.
Imágenes de una cámara de seguridad muestran a tres asaltantes salir de la furgoneta y disparar sin piedad contra los juerguistas.
"Fue una lluvia de balas", confesó un vecino antes de silenciarse como todos los demás por miedo.
La esposa de una de las víctimas se aferraba a su cadáver cubierto con una sábana azul. "¡Era mi marido!", clamaba en medio de gritos desesperados. Era "un vecino, una víctima colateral", sostiene un policía.
Balance: tres muertos y tres heridos. Los asesinos huyeron y no han sido identificados.
Según un reporte sin confirmar por la policía, hubo al menos siete homicidios en Guayaquil ese fin de semana.
Compartir: