El menor, de 17 años, recibió varios impactos de bala mientras descansaba al pie de una cancha de uso múltiple en el noroeste de Guayaquil.
Estaba de visita en el bloque 17 de Flor de Bastión, al noroeste de Guayaquil, y fue asesinado por sicarios que se movilizaban en una moto. La sangre del menor, de 17 años, quedó en el piso, como evidencia de este violento hecho.
El crimen ocurrió cerca del medio día del 28 de junio de 2024. La víctima estaba sentada, solo, en el borde de una cancha multiusos de este populoso sector, cuando recibió varios impactos de bala en su cuerpo.
Según moradores, el menor residía en Pascuales -parroquia del norte de la urbe- y seguido acudía a Bastión para visitar a su madre.
Tras recibir los disparos fue auxiliado por vecinos, pero murió al poco tiempo, producto de las heridas. Personal de Medicina Legal y de la Policía Nacional levantaron el cuerpo y recogieron las evidencias para dar con los autores del crimen.
La cancha está ubicada junto a un parque infantil, y al momento del ataque no había nadie en la zona por lo que no hubo víctimas colaterales.
Este sector pertenece al distrito Nueva Prosperina, que es uno de los más violentos de la Zona 8, que integran Guayaquil, Durán y Samborondón.
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