Femicidio de Belén Bernal siembra dudas en la formación policial
La prueba del polígrafo como requisito de ingreso a la Policía Nacional se eliminó en 2017. Ahora, la idoneidad psicológica de los aspirantes se mide únicamente con pruebas y una entrevista para determinar posibles patologías.
Cadetes de la Escuela Superior de Policía rinden honores durante una visita del presidente Guillermo Lasso, el 26 de septiembre de 2022, en Quito.
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Relaciones sentimentales entre instructores y cadetes, fallas de control y falta de acción ante el cometimiento de un delito, fueron algunas de las irregularidades detectadas en la Escuela Superior de Policía (ESP) y que se revelaron tras el femicidio de María Belén Bernal.
La madrugada del 11 de septiembre de 2022, la abogada, de 34 años, ingresó a la zona de dormitorios de los oficiales de la Escuela de Policía. En uno de los cuartos, donde estaba su esposo Germán Cáceres, la mujer fue asesinada.
Según testigos del hecho, cadetes y oficiales escucharon cuando Cáceres atacaba a Bernal hasta que la asfixió. Sin embargo, nadie hizo nada.
Luego, el presunto femicida habría bajado el cadáver al carro, también ante las sospechas de los uniformados.
Y mantuvo el cuerpo en su vehículo durante todo un día, hasta que lo dejó en una montaña cercana. El carro tampoco fue revisado al salir de la dependencia policial.
El escándalo por el caso María Belén Bernal ha provocado varias reacciones desde el mando policial y del Gobierno. Los primeros apuntaron a cambios en la Escuela de Policía.
Francisco Zumárraga fue separado de la dirección de la ESP. Lo mismo ocurrió con el resto de autoridades del centro. En su lugar fue nombrada Irany Ramírez, junto con otras oficiales de la Policía Nacional.
Juan Zapata, ministro del Interior, explica que una de las prioridades de su administración será desarrollar un nuevo modelo de gestión de la Policía, pero que estas reformas estarán centradas únicamente en el ámbito educativo.
Por ahora no se conocen mayores detalles de los cambios. Sin embargo, el presidente Guillermo Lasso adelantó que la formación policial, desde ahora, estará regida por un enfoque de género.
El polígrafo en el debate
Hasta antes de 2017, la evaluación de los aspirantes a policías ante el polígrafo o detector de mentiras era determinante. Cientos de aspirantes eran excluidos de los procesos de admisión por malos resultados.
Jorge (nombre protegido) participó en el proceso de selección de 2015, pero el polígrafo lo alejó del sueño de vestir el uniforme de la Policía Nacional.
Dice que le preguntaron varias cosas, como si ha consumido drogas, ha participado en hechos delictivos o si ha cometido abusos a los derechos humanos. Todas sus repuestas fueron negativas, pero el resultado no lo favoreció.
El polígrafo era uno de los cuatro componentes de las denominadas pruebas de confianza. Además, los aspirantes se sometían a análisis psicológicos, toxilógicos y económicos.
Sin embargo, el 21 de julio de 2017, el Ministro del Interior aprobó el Acuerdo Ministerial 0173.
Ese documento eliminó la disposición que hacía que el resultado del polígrafo sea determinante en el proceso de selección de agentes.
Marcelo López, general de Policía y director de Educación de la Institución, explicó a PRIMICIAS que ahora está vigente el Acuerdo 0042, del 12 de noviembre de 2021.
Los jóvenes interesados en ingresar a la escuela de formación policial deben cumplir con tres fases: reclutamiento, selección y oposición. En la última fase, los aspirantes deben rendir cinco pruebas:
- Psicológica.
- Médica y odontológica.
- Física.
- Académicas
- De confianza.
En este momento, según López, no se aplica el polígrafo, ya que la prueba de confianza consiste en una entrevista que es ejecutada por psicólogos y servidores policiales.
Mediante esta técnica, se busca identificar patologías y analizar el entorno del postulante, así como aspectos personales como la práctica de valores, ambiente familiar, relaciones sociales, personalidad, intereses, entre otros.
Una ves que aprueban estas evaluaciones, los aspirantes se convierten en cadetes e ingresan a las escuelas de formación.
En el caso de los oficiales, los cadetes se preparan durante cuatro años, pero al momento de graduarse no vuelven a ser evaluados psicológicamente.
Fallaron las evaluaciones
En la Policía Nacional, los oficiales miran con preocupación cómo un "psicópata" como Germán Cáceres pudo ingresar a la ESP, graduarse, ascender a teniente y convertirse en instructor de los nuevos cadetes.
Cáceres, al igual que el resto de uniformados, aprobó las denominadas pruebas de confianza para ingresar a la escuela y ascender.
Además, el presunto femicida logró esquivar todas los controles y más bien destacó en las filas policiales. Cáceres tenía 33 méritos y ni un solo llamado de atención o demérito.
El general López explicó que las pruebas de confianza aplicadas a los servidores policiales se ejecutan previo a cada ascenso o cuando la institución lo considere necesario, según lo estipulado en el Código de Entidades de Seguridad Ciudadana (Coescop).
Justamente esta es la situación que se busca corregir con el cambio de modelo de gestión.
Además, en la Asamblea se debate el proyecto de creación de la Universidad de la Policía.
Aunque López aclara que la implementación de este centro académico no altera la manera en la que se selecciona y forma actualmente a los policías, ya que para esto se requerirían reformas legales y reglamentarias.
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