Sube el nivel de crueldad de extorsionadores en Guayaquil
El caso del empleado de una joyería que pasó tres horas afuera de su local, en Sauces 9, barrio del norte de Guayaquil, con cargas explosivas en su cuerpo revela el nivel de amenaza de los extorsionadores.
Equipo del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), antes de liberar a un empleado de una joyería con cargas explosivas, en Sauces 9, al norte de Guayaquil.
Cortesía Policía Zona 8
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La cadena de locales de compra y venta de oro, ubicada en el sector de Sauces 9, en el norte de Guayaquil, fue acechada por extorsionadores, que la mañana del 30 de marzo de 2023 secuestraron al guardia y fajaron su cuerpo con explosivos.
Los delincuentes optaron por retener al empleado debido al nivel de seguridad que existe en el local, que tiene puertas y vidrios blindados.
Además cuentan con personal de vigilancia y monitoreo de cámaras de seguridad, sin contar con sistemas de alarma y respuesta armada en caso de emergencia.
Este nivel de seguridad evita que los extorsionadores ingresen al sitio a intimidar a los dueños de los locales, por lo que las bandas optan por tomar rehenes para pedir rescate.
Así lo explica John Garaycoa, consultor en seguridad y presidente de una firma que brinda custodia a joyerías y locales de compraventa en Guayaquil.
Tres horas de terror y zozobra
El sistema de atención a emergencias ECU-911 reportó la alerta del hombre con explosivos a las 07:45, antes de iniciar el horario de atención en la joyería.
Las primeras imágenes mostraron al empleado deambulando en una esquina, con tacos de explosivos atados al pecho con cinta adhesiva.
El joven sollozaba y caminaba inquieto frente a su lugar de trabajo y nadie se le acercaba. Este fue el inicio de más de tres horas de terror y zozobra en el sector.
La Policía Nacional evacuó los 410 locales del Mercado de Sauces 9, ubicado frente a la joyería, sin contar las decenas de casas y locales cerrados en la zona.
Además, unos 200 agentes cerraron el tránsito vehicular a 500 metros de la avenida Antonio Parra Velasco. El cierre también afectó a la avenida Enrique de Grau y a una parte de las ciudadelas aledañas Sauces 3, 5 y 6.
Alerta por ‘hombre bomba’
Los oficiales antiexplosivos le entregaron una radio de comunicación a la víctima para comunicarse con él de forma segura, ya que temían que las señales de teléfonos celulares pudieran activar las cargas de explosivos.
El hombre estuvo horas sentado bajo un árbol, en un parterre frente a la joyería donde trabaja y al Mercado Municipal. De hecho, hablaba a través de la radio, mientras sus familiares llegaban al sitio.
Agentes del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM) desalojaron a decenas de curiosos y periodistas, blindando así la zona de la emergencia.
En esta modalidad de atentado las cargas pueden ser incluso detonadas por temporizador o a través de celular a distancia, explicaban los agentes.
Un control remoto abandonado en el redondel del monumento Antonio Parra Velasco, a 200 metros del sitio de la alerta, causó alarma entre los policías, después de las 10:00.
Una unidad con trajes antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) despegó las 14 cargas del tórax y piernas de la víctima media hora después.
Obra de extorsionadores
Los vecinos que tuvieron contacto con la víctima antes de la llegada de la policía le atribuyeron el ataque a la acción de extorsionadores.
El administrador de un local comercial del sector dijo que en los últimos meses se han registrado secuestros. Los robos de autos son habituales. "Además, las denuncias de extorsionadores se centran justo en los locales de Sauces 9”, contó.
El teniente Álex Mosquera, de la Brigada Antiexplosivos, confirmó que la víctima había sido secuestrada y golpeada la noche previa. El objetivo, según él, era robar el local.
Al empleado de la joyería le adhirieron al cuerpo 14 cartuchos de emulnor, una emulsión explosiva encartuchada en una envoltura plástica.
Esto equivale a 1,5 kilogramos de material explosivo. Se trata de un explosivo letal con una capacidad de expansión de entre 25 y 30 metros a la redonda, dijo.
"Es un artefacto explosivo improvisado. Y tiene un sistema de iniciación eléctrico. Es decir, podía ser detonado a distancia a través de celular", aseguró.
El general Willian Villarroel, comandante de la zona 8 -que integra a Guayaquil, Durán y Samborondón-, indicó que la víctima se encuentra en óptimas condiciones de salud.
Y dijo que la víctima ya puso la denuncia en la Fiscalía para continuar con las investigaciones.
El GIR realizó una inhibición de las cargas, luego de una detonación controlada. "La motivación aún está en análisis", añadió el oficial.
Los agentes evacuaron a la víctima cubriéndola con escudos, chalecos y cascos antibalas. Y en una ambulancia lo trasladaron a un hospital para su valoración médica.
El ministro del Interior, Juan Zapata, relacionó el acto delictivo con bandas extorsivas.
"Los delincuentes están migrando a otras modalidades y es lo que está pasando con el tema de la extorsión", dijo.
Amenazas con explosivos
En la zona 8 se registran más de 40 amenazas con explosivos en 2023, la mayoría de ellas con pentolita, dirigidos a locales comerciales.
El consultor en seguridad John Garaycoa indicó que el largo tiempo del rescate se justifica ante la amenaza de una posible activación a distancia de los explosivos.
Se trata de una modalidad registrada en países como Estados Unidos y México, agregó.
“La víctima tampoco puede quitarse las cargas porque pueden explotar. Durante todo este proceso han podido pedir rescate a los dueños del local, no lo sabemos”, señaló Garaycoa.
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