"El miedo está matando los negocios" de 280 Hectáreas, en Durán
El director de terrenos de Durán legalizaba una zona consolidada a partir de invasiones en el noreste de Durán, cuando fue asesinado. Se trata de una docena de cooperativas de vivienda sin servicio básicos ni asfaltado, bajo el dominio de los Latin Kings.
La Herradura, parte de las 288 Hectáreas al noreste de Durán, carece de servicios básicos por 20 años.
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El papel del antiguo terrateniente o traficante de tierras que ejercía dominio sobre su invasión fue reemplazado por las bandas criminales, coinciden quienes han trabajado en la regularización de las 288 Hectáreas de Durán.
Se trata de una docena de cooperativas de vivienda que carecen de servicios básicos, consolidadas a partir de asentamientos irregulares, en los últimos 20 o 25 años.
A pesar de más de dos décadas de consolidación, carecen de asfaltado y equipamiento como centros de salud, áreas verdes, guarderías o unidades de Policía. Son el caldo de cultivo ideal para la criminalidad.
En las 288 Hectáreas, al noreste de Durán (Guayas), opera la banda de los Latin Kings. Mientras que invasiones situadas más al oeste están bajo el dominio de los Chone Killers, brazo armado de Los Choneros.
Los dos grupos se encuentran en una violenta disputa por territorio por el tráfico de narcóticos y el cometimiento de delitos como extorsión y secuestro.
El director de terrenos de Durán, Miguel Santos Burgos, iniciaba un proceso de legalización de las 288 Hectáreas cuando fue asesinado a disparos el 3 de agosto, junto al taxista que lo transportaba y a un guardaespaldas que lo seguía en moto.
Santos Burgos reveló a PRIMICIAS, semanas antes, que en agosto pretendía iniciar la entrega de escrituras para 4.000 predios sin regularizar en las 288 Hectáreas.
El objetivo era beneficiar directamente a los posesionarios de vivienda de interés social, evitando favorecer a los traficantes de tierras, dijo. Esto pudo costarle la vida. De hecho, aún no se logra designar al reemplazo de Santos y la dirección sigue bajo encargo.
El Municipio de Durán informó a PRIMICIAS que dentro de las 288 Hectáreas, de la que hacen parte las cooperativas Nuevos Horizontes, Por un Futuro Mejor, Ficus, Una Sola Fuerza y Parque de La Herradura aún no se han entregado escrituras en la actual administración.
Se trata de "procesos que se encuentran en una revisión exhaustiva" para poder continuar con la legalización, informó la Municipalidad.
Lucro de la marginalidad
El plan de la actual administración municipal, que suma desde el 15 de mayo seis atentados, sin garantías de seguridad para gobernar, le abría la puerta a la llegada paulatina de obras a las 288 Hectáreas.
Entre esas obras están el asfaltado o pavimentación de vías, una de las razones por las que estas zonas urbano marginales se han convertido en guarida de grupos criminales.
“A las bandas no les conviene que arreglen las calles porque eso facilita la entrada y el patrullaje de la Policía”, explicó un tendero de Una Sola Fuerza, parte de las 288. Él espera hace un año por la entrega de escrituras de su casa.
Además, estos sectores se abastecen de agua por camiones tanqueros. El precio oficial del tanque es de USD 0,80, pero se vende en realidad en USD 1.
“Nosotros consumimos cinco tanques semanales, pero familias grandes pagan entre USD 40 o USD 60 mensuales a los tanqueros, cuando una planilla de servicio por tubería es de USD 15 o USD 20”, agregó el tendero, que vive hace más de 10 años en el sector.
A las bandas tampoco les conviene que llegue el agua potable, dice. Además, los transportistas urbanos denuncian el pago de USD 50 mensuales por colectivo y más de 1.000 unidades pagan extorsiones por operar en Durán.
En la zona de invasión, los negocios pequeños se salvan de la extorsión, pero en cooperativas como La Herradura, grandes ferreterías lucen cerradas por meses y con avisos de venta.
“Las bandas salen de aquí a cometer delitos a otras zonas. Pero a nosotros también nos afecta el miedo, a las 19:00 los negocios cierran y la gente se encierra antes, sin mencionar la caída de las ventas”, dijo el tendero, que accedió a hablar bajo anonimato.
Nuevos “terratenientes”
Incluso en el día, las calles polvorientas lucen desoladas. Y en las entradas principales a las cooperativas se apostan motociclistas, que ofrecen servicio de transporte o sirven de “campaneros” a grupos irregulares.
Franklin Villamar es un arquitecto y urbanista que desde 2014 ha trabajado en diferentes momentos en la regularización de las 288 Hectáreas. Él dice que las bandas ocupan ahora el papel del antiguo terrateniente o traficante de tierra.
“Siempre existió el traficante que ejercía poder, incluso con violencia. Hoy, las bandas ejercen ese control, reclutan a jóvenes y evitan que los servicios sociales lleguen porque eso significa menos adeptos a su actividad”, dice .
Los grupos criminales han encontrado nuevas maneras de lucrar de los asentamientos irregulares y otras formas de dominación, dice.
“Con vías en mal estado puedes controlar mejor la gente que ingresa y el acceso al agua potable con camiones tanqueros es otra forma de dominio y coerción”, agrega.
Tradicionalmente, en los procesos de regularización los municipios tenían que inscribir a los terratenientes o traficantes en la legalización; era imposible sin su autorización y a menudo estaban asociados con políticos, según el arquitecto.
“Cuando no hay gobierno, alguien gobierna. En este caso son bandas las que ejercen poder en las invasiones y no les conviene que llegue la obra pública”.
Franklin Villamar, urbanista
Pero esa dinámica cambia del todo ante bandas tan violentas. Mientras más pobre y marginada es la población, más adepta es a encontrar una "salida fácil", según Villamar.
“Es mucho más fácil que los jóvenes se unan a las actividades delictivas si se sienten segregados, no representados por la comunidad que supuestamente debería incluirlos”, agrega el urbanista.
288 Hectáreas de Durán
El nombre de las 288 Hectáreas viene de la extensión de los terrenos. El proceso de asentamientos en el noreste de Durán se remonta a inicios de los años 90 y se trató de un proceso mixto de ocupación.
Por un lado, los dueños de tierras comenzaron a parcelar y a vender predios. Otra parte de los terrenos invadidos pertenecían al Ministerio de Agricultura, que terminó por donar esos terrenos al Municipio para iniciar la regularización de más de 10.000 familias en 2017.
Desde entonces los gobiernos municipales han entregado escrituras por sectores, sin lograr legalizarlos por completo.
De las 288 Hectáreas hacen parte cooperativas como Los Ficus, Una Sola Fuerza y La Herradura. Pero también Galileo, Valle Los Lirios, Nuevos Horizontes, Por un Futuro Mejor, San Genaro y Nueva Luz.
Nubes de polvo en la época seca y calles enlodadas e intransitables durante las lluvias, son la tónica.
La actual administración municipal dice haber intervenido desde mayo pasado con la reconformación de 80.000 metros cuadrados de vías usando material relleno en las 288 Hectáreas.
Un hombre mira lejos sentado en el bordillo de su local, una pequeña tienda de repuestos en Una Sola Fuerza. Está pensando en cerrar el negocio, cuenta.
Al medio día del jueves había vendido USD 2 y desde hace tres meses sus ventas diarias fluctúan entre USD 10 y USD 12, cuando hasta inicios de año superaban los USD 100. “El miedo está matando los negocios”.
Todos los vecinos saben cómo las bandas se dividen el sector, cuenta. Latin Kings salen desde las 288 a cometer delitos en sectores vecinos como la primera, cuarta y quinta etapa de la ciudadela El Recreo.
Mientras que los Chone Killers dominan otra cooperativa cercana (28 de Agosto), desde donde incursionan en la tercera y segunda etapa de El Recreo.
También irradian la violencia criminal más al oeste (desde la cooperativa 5 de Junio) a la parroquia Divino Niño y a parte del sector industrial.
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