Ecuador pone el ejemplo: cocaína incautada se transforma en hormigón
A través de la técnica del encapsulamiento, Ecuador aumentó en 16 veces la velocidad para destrucción de las drogas que la Policía incauta.
En un lugar desconocido, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior destruyeron 16,6 toneladas de cocaína, el 23 de junio de 2023
Gonzalo Calvache / PRIMICIAS
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En cuatro años, Ecuador incrementó en un 128% la incautación de drogas. Si bien esto significa un aumento en la eficiencia de la Policía Nacional, también supuso un problema en el proceso de destrucción de los narcóticos decomisados, sobre todo, cocaína.
Desde 2019, las bodegas de la entidad uniformada en todo el país se llenaron de drogas incautadas, la mayoría cocaína. Sin embargo, el proceso de destrucción no avanzaba al mismo ritmo.
Esta situación se convirtió en un riesgo para las bodegas policiales y sus custodios: hubo alertas de que las bandas narcodelictivas podrían intentar recuperar su producto.
El plan de respuesta
El Gobierno empezó un proceso para incrementar la capacidad de destrucción de drogas. El proyecto se enfocó en tres áreas: jurídica, técnica y cuidado medioambiental.
En el área jurídica, a través de resoluciones y de reformas reglamentarias, el Ejecutivo y el Consejo de la Judicatura lograron acelerar las autorizaciones judiciales. Por ejemplo, la destrucción ya no se hace por caso, sino que las incautaciones se agrupan.
Luego vino la parte técnica.
Antes, la Policía utilizaba la técnica de la incineración de las drogas. Pero con el aumento en las incautaciones, ese mecanismo fue insuficiente porque solo se podía quemar 70 kilos por hora. Es decir, una tonelada podría tardar hasta 13 horas.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Crimen Organizado (Unodc) entregó al Gobierno una guía con diferentes técnicas para la destrucción de estas sustancias. Y el Ministerio del Interior eligió el encapsulamiento, pero se lo adaptó para grandes cantidades.
Ahora, a través de esta técnica desarrollada en Ecuador, la destrucción de drogas se hace a una velocidad de 1,8 toneladas por hora. A ese ritmo, el país ya ha destruido 462 toneladas de drogas y de insumos químicos que se usan para su fabricación. Las bodegas de la Policía se han vaciado.
Este método innovador ha llamado la atención de otros países. Al menos 14 naciones han mostrado su interés en replicar el modelo. Incluso, Estados Unidos ha pensado en establecer una planta de encapsulamiento de cocaína en su frontera con México.
El encapsulamiento
El 23 de junio de 2023, la Policía Nacional destruyó 16,6 toneladas de cocaína, que fueron incautadas en 32 operativos ejecutados, sobre todo, en Guayas y que estaban embodegadas en Durán, cantón de esa misma provincia.
PRIMICIAS presenció el proceso. Para llegar al sitio en donde se destruye la droga, hay que viajar cerca de una hora desde Quito. El lugar se mantiene en reserva, por cuestiones de seguridad.
Al momento se utiliza un planta privada, pero el Gobierno ya considera establecer tres plantas propias en Esmeraldas, Guayas y Manabí, provincias con mayor incidencia del narcotráfico. Así se evitaría el riesgo del traslado de las sustancias, que se hace por vía terrestre.
El proceso de encapsulamiento empezó con la llegada de la cocaína. La sustancia estaba almacenada en los empaques en la que fue incautada. Incluso, los bloques mantenían los logos que las bandas utilizan para marcar su propiedad o destino.
Estos bloques de cocaína estaban agrupados en sacos, que fueron ubicados sobre balanzas. El siguiente paso fue pesar la cocaína, para comprobar que corresponde con los registros de incautación.
Después, inició la fase de pericia científica. En ese momento se comprueba que el contenido realmente es cocaína. Técnicos del Ministerio del Interior vierten un reactivo Scott en la sustancia: si esta se tintura, quiere decir que se trata de droga.
Depende del juez a cargo del caso, que acompaña todo el proceso de destrucción, determinar si la pericia se realiza en toda la carga o únicamente en una muestra aleatoria. En este caso se decidió la segunda opción.
Una vez comprobado que se trataba de cocaína, los bloques fueron enviados, a través de una banda transportadora, hacia una máquina pulverizadora.
En ese proceso la droga se mezcla con cemento, vidrio, ripio, arena, acelerantes y otros tipos de desechos.
Solo en las 16,6 toneladas destruidas, el Gobierno calcula que el impacto para las mafias fue de unos USD 800 millones.
En las 462 toneladas, que ya han sido destruidas durante este régimen, ese monto asciende a USD 23.000 millones.
¿Se puede usar la droga destruida?
Tras cumplirse todo el proceso, el resultado final es una especie de hormigón. Edmundo Mera, subsecretario de Control de Drogas, explicó que este material podría ser utilizado para cualquier construcción.
Sin embargo, por el momento, este paso no se ha dado.
Por eso, una vez pulverizados todos los materiales, el producto se deposita en una celda de seguridad, que es una especie de piscina diseñada para evitar daño ambiental, donde se va secando.
Es imposible que el proceso se revierta para extraer nuevamente la droga.
Mera explicó que se ha planteado, por ejemplo, que se use el material para construcciones al interior de predios militares y policiales porque en estos sitios hay mayores seguridades.
Si bien las pruebas científicas han determinado que no hay forma de revertir el proceso, las autoridades consideran que puede haber el riesgo de que las bandas criminales -de todas formas- lo intenten.
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