Centro de Salud, blindado con madera tras ataque terrorista
El Centro de Salud de Bastión Popular, al norte de Guayaquil, que fue atacado por criminales el 1 de noviembre, cubrió con madera la puerta de ingreso y aún pide resguardo policial.
La entrada principal del Centro de Salud de Bastión Popular se mantiene cerrado con pedazos de madera después de la balacera del 1 de noviembre. Guayaquil, 8 de noviembre de 2022.
Carolina Mella
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El Centro de Salud de Bastión Popular que fue atacado por criminales la noche del 1 de noviembre de 2022, luce casi vacío por fuera. La puerta y los ventanales de vidrio que llegan al techo están sellados con pedazos de madera y cintas amarillas con la palabra “peligro”.
Esta unidad de Guayaquil fue atacada a tiros por criminales hace una semana.
“Fueron dos desquiciados en una moto, porque no hay otra forma de describir a quienes atentaron contra un Centro de Salud”, dice Walter -nombre protegido-, quien miró a lo lejos lo ocurrido.
“Uno se bajó al frente de la puerta principal, disparó en ráfaga y caminó hasta la puerta de Emergencia. Los guardias corrieron, pero una bala impactó a un hombre que estaba en la vereda, esperando a una paciente, porque no les permiten el ingreso a todos”, relata el testigo.
Eran las 19:40 del 1 de noviembre. La ciudad ya había vivido más de una docena de atentados a gasolineras, Unidades de Policía Comunitarias y coches bomba en distintos puntos, con apenas minutos de diferencia.
A la mañana siguiente, quienes trabajan en los alrededores del Centro de Salud observaron con asombro lo que había ocurrido.
“Parecía una lluvia de granizo, todos los vidrios despedazados y unos huecos grandes en las ventanas, estaba todo destrozado”, recuerda José -nombre protegido-.
“¿Qué culpa tienen los que están en un centro de salud para que lo baleen? eso es un crimen de guerra. Están atacando a gente indefensa, nos atacan a nosotros, que salimos a trabajar”, dice Luis.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) informó que “los centros de salud están en permanente vigilancia, especialmente en las provincias en estado de excepción”.
Sin embargo, no había policías en los exteriores de Bastión Popular, como PRIMICIAS pudo constatar.
“Las atenciones siguen normales y la seguridad es un tema que está en manos del Ministerio del Interior y del SNAI”, agregó el MSP. Afuera del centro, los pacientes permanecen en alerta.
Con ocho meses de embarazo y una amenaza de parto prematuro, Cindy camina mirando a todos lados. Estuvo cerca de vivir la balacera, la noche del 1 de noviembre.
“Me habían dado cita ese día para un chequeo, pero con todo lo que había pasado, decidí quedarme en casa con el riesgo de lo que eso significaba, pero hubiese sido peor vivir la balacera”, cuenta Cindy.
Bastión Popular está en la parroquia Pascuales, al norte de Guayaquil, y fue una de las zonas donde ocurrieron varios de los atentados con explosivos.
Hubo un coche bomba en el parqueadero de la terminal terrestre de Pascuales y lanzaron explosivos contra una UPC que ahora se encuentra blindada para restringir el acceso, mientras dos policías vigilan desde afuera con el arma en la mano.
Ya se recogieron los restos de vidrios de las puertas de la UPC, pero afuera, al lado de un patrullero, hay un foramen que dejó la detonación del explosivo y que destruyó los adoquines.
Otra UPC, más pequeña, que está en una gasolinera en la vía principal de Daule, fue también el objetivo de los delincuentes, que llegaron en un taxi y lo estacionaron junto a la oficina de los policías.
“Un hombre lo estacionó, prendió la mecha y se fue en un carro que lo estaba esperando en la calle”, dice un testigo.
Los trabajadores de la gasolinera intentan trabajar con normalidad, pero saben que los atentados son impredecibles.
Dicen tener mayor resguardo policial durante el día y en la madrugada, porque siguen atendiendo a pesar del estado de excepción.
Mientras tanto, la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo (Camddepe) ha pedido al Gobierno la militarización de las gasolineras, pero no ha recibido respuesta.
El gremio prevé anunciar el 10 de noviembre nuevas medidas para precautelar la seguridad de clientes y trabajadores de las gasolineras, como por ejemplo, reducir los horarios de atención en las estaciones.
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