El 34% de estudiantes universitarias han sido agredidas por sus parejas
Las universidades pierden USD 68 millones anuales por este problema, que se ha normalizado entre estudiantes, autoridades y miembros de los planteles, según un estudio.
Los estudiantes de la Universidad de Guayaquil eligen al nuevo rector de este centro de educación superior, el 12 de marzo de 2021.
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Las universidades ecuatorianas son espacios en los que la violencia contra las mujeres se ha convertido en un problema recurrente. El 34% de las estudiantes revela que ha sido agredida por su pareja o expareja al menos una vez durante el curso de sus estudios.
Mientras que un 30% asegura que ha sufrido violencia por parte de profesores, autoridades o personal administrativo.
Estos datos se desprenden del estudio De la evidencia a la prevención: Cómo prevenir la violencia contra las mujeres en las universidades ecuatorianas, elaborado por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) y la Universidad San Martín de Porres de Perú.
La investigación, en la que participaron 23.261 estudiantes de 16 universidades ecuatorianas, alerta que el 19,9% de las encuestadas ha sido atacada hasta 18 veces en el último año.
"Se entiende por ataque a las agresiones psicológicas (25,1%), al acecho (19,6%), al acoso (17,5%), a la violencia física (12%), al abuso sexual (11,5%) y a la violencia económica (9,5%)", detalla el estudio.
Producto de esta violencia, las víctimas pierden 11 días de estudios cuando son violentadas por sus parejas y hasta 12 días cuando el agresor es un profesor o una autoridad.
Arístides Vara Horna, coordinador del estudio, dice que "el número de días perdidos se eleva a 29 cuando una estudiante sufre agresiones de las dos partes".
Aunque aclara que el problema de la violencia no solo afecta las estudiantes, "también llega a profesoras y a las trabajadoras administrativas".
La investigación muestra que, de las 4.063 docentes y funcionaras que participaron en el estudio, el 31% fue agredida por su pareja o expareja y el 19% por un miembro de la comunidad educativa.
"Este grupo pierde hasta 28 días de trabajo cuando las agresiones nacen tanto de la relación sentimental como del ámbito laboral", dice Vara Horna.
Pérdidas millonarias
La violencia contra las mujeres ocasiona que las universidades pierdan cada año alrededor de USD 69 millones.
Arístides Vara Horna explica que este cálculo surge de los días que los agresores y las víctimas no asisten a trabajar o a estudiar tras un episodio de violencia.
El costo más alto (USD 60,6 millones) proviene de las estudiantes que son agredidas por su pareja o por un miembro de la comunidad educativa. Mientras que los USD 8,1 millones restantes son por violencia contra profesoras.
Normalización de la violencia
Uno de los hallazgos que más sorprendió a los investigadores fue la normalización de la violencia que existe en las universidades ecuatorianas.
"Uno puede pensar que en la universidad están personas con un nivel intelectual superior al resto de la población. Por eso sorprende que la violencia sea parte de la cotidianidad", dice Arístides Vara Horna.
La publicación señala que el 66,4% de los hombres y el 44% de las mujeres aceptan implícitamente la subordinación de las mujeres. A esto se suma que el 29,3% de los hombres y el 20,3% de las mujeres justifican la violencia de género.
"Esto se refleja en chistes machistas o porque creen que alguna agresión es leve o imposible que deje de suceder", dice la investigación.
El texto explica que estas actitudes dan paso, a su vez, a que las personas no actúen ni intervengan cuando son testigos de una agresión.
"No es de extrañar que seis de cada 10 estudiantes hayan atestiguado situaciones de violencia contra una mujer en el campus universitario y que el 65% no haya hecho nada", detalla el estudio. Se conocen como 'bystanders'.
Vara Horna comenta que estos datos muestran la necesidad de un cambio cultural, promovido por campañas sostenidas y capacitación a toda la comunidad académica.
¿Qué deberían hacer las universidades?
Cuatro ejes de trabajo propone la investigación para intentar reducir la violencia contra las mujeres en las universidades:
- Organización:
- Crear una política clara en contra de este tipo de violencia.
- Impulsar una cultura de cero tolerancia, capacitación constante a autoridades y personal administrativo.
- Elaborar o actualizar códigos de conducta y normas de seguridad.
- Investigación:
- Monitoreo continuo de estadísticas sobre agresiones a mujeres.
- Diseño y experimentación de nuevas estrategias para la reducción del problema.
- Docencia:
- Formación de profesores y elaboración de campañas preventivas.
- Cursos de formación para la comunidad educativa. Inducción a estudiantes que ingresen a las universidades.
- Vinculación:
- Identificación oportuna de casos y servicios especializados para víctimas.
- Ruta de actuación ante un caso de violencia de género.
Vara Horna dice reconoce que es difícil establecer un plazo para reducir los índices de violencia. Pero cree que los primeros resultados pueden aparecer tras dos o tres años de haber implementado las recomendaciones.
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