Estas denuncias fueron registradas por la Policía Nacional. La provincia donde la incidencia fue mayor es El Oro, donde se registró el 44% de los casos. En segundo lugar está Manabí con el 11%, seguida de Guayas con el 9%.
Sin embargo, en el mismo informe el Ministerio señala que la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) recibió un 55% menos denuncias en el mismo período, es decir, 2.916 casos.
Sybel Martínez, experta en violencia infantil, califica de alarmantes las cifras y explica que la diferencia de los datos se explica "porque las personas acuden directamente a la Policía Nacional, Comunitaria o a la Fiscalía en lugar de ir a la Dinapen".
"A pesar de que las cifras son escandalosas, temo que se trata de un subregistro. Puede haber muchos más casos que no han sido denunciados", agrega Martínez.
Esto se debe -sobre todo- a que no todas las víctimas denuncian las agresiones, porque habitualmente el victimario suele ser parte del círculo social o familiar del niño.
Las dos instituciones coinciden con el el perfil del victimario: el 42% es un familiar o una persona del círculo íntimo de los niños.
Estos agresores pueden recibir un máximo de 26 años de prisión, según establece el Código Integral Penal.
Pero la normativa legal también establece otras condenas que se dictaminan de acuerdo al tipo de agresión sexual: delitos contra la integridad personal, delitos contra la libertad personal y delitos contra la integridad sexual y reproductiva.
Niñas madre
Otro indicador preocupante tiene que ver con el número de embarazos que dejan las violaciones a niñas, sobre todo a las menores de 14 años.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos señala que entre 2017 y 2018 nacieron 4.387 bebés de madres que tenían entre 10 y 14 años. La cifra desde 2010 llega a los 19.820 casos.
Amelia es solo una de estas víctimas. Desde que tenía 9 años fue violada por su tío en su casa, ubicada en Píllaro, una pequeña ciudad de la provincia de Tungurahua.
Según la Fiscalía, en abril de 2018, la niña presentó fuertes dolores de estómago, por lo que su madre la llevó al médico de la familia, quien sugirió practicar algunos exámenes, entre estos una ecografía.
El resultado: Amelia estaba embarazada de 21 semanas.
En ese momento la niña contó que el padre del bebé era su tío y que la amenazaba constantemente para evitar ser delatado.
Después de que sus familiares presentaron la denuncia, Milton C. fue aprehendido para el inicio del proceso penal en su contra, que terminó con una pena de 29 años y cuatro meses de privación de libertad.
La psicóloga infantil María Fernanda Pavón dice que las consecuencias que sufren las niñas que dan a luz un hijo fruto de una violación van desde la depresión, el desprecio al bebé y hasta repetidos intentos de suicidio.
