Viacrucis de cinco ecuatorianos sin papeles en Estados Unidos, en medio de la pandemia
Este 13 de abril, el ecuatoriano José María permanecía aislado en su habitación, en New Jersey.
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'El sueño americano' de a poco se está convirtiendo en una pesadilla para cinco ecuatorianos indocumentados en Estados Unidos, el país que registra más casos en el continente.
Ellos son Daniel, su primo José María, así como de Mauricio, Santiago y Franco (todos nombres protegidos) quienes trabajan en una empresa dedicada a la construcción. Todos están contagiados por coronavirus y temen por su vida.
Los ecuatorianos viven en New Jersey, el segundo estado con más contagiados de Covid-19, detrás de New York. Allí, hasta el 13 de abril se registraban 61.850 casos positivos y 2.350 fallecidos.
PRIMICIAS conversó con tres de los cincos contagiados con coronavirus. Ellos contaron cómo afrontan la emergencia sanitaria.
Antes, su principal preocupación era que migración no los detenga y, ahora, deben enfrentar un problema adicional: el coronavirus. Lo único que tienen a disposición para enfrentar la pandemia, dicen, es paracetamol, medicina casera y el aislamiento.
Ellos temen concurrir al sistema de salud porque, dicen, se arriesgan a ser deportados y porque la atención es “demasiado cara”.
Daniel (nombre protegido) tiene 27 años. Es oriundo de Cariamanga, en Loja. Él sacó ventaja de una “visa de turista” para quedarse en Estados Unidos, hace dos años.
“El sueño americano se está convirtiendo en una pesadilla”, dice Daniel, tras 20 días de haber presentado síntomas de coronavirus como dolor de garganta y fiebre. También, asegura que tiene tos seca y malestar corporal.
Aunque no se ha hecho una prueba PCR ni una prueba rápida, está seguro que está contagiados con coronavirus porque uno de sus compañero de trabajo, en una empresa de construcción, se realizó la prueba PCR y el resultado dio positivo.
Ese compañero es un migrante mexicano de 48 años. El 1 de abril informó a sus compañeros que estaba contagiado y, a partir de allí, los trabajos en la empresa fueron suspendidos y la vida de estos cinco ecuatorianos cambió.
Pero, no solo Daniel siente los síntomas. Su primo José María, Mauricio, Santiago y Franco también los padecen y permanecen aislados en sus pequeños departamentos.
Ellos solo esperan que sus hijos y sus esposas no tengan coronavirus porque eso complicaría, aún más, su condición legal irregular.
¿Cómo empezó todo?
José María dice que, hace un mes, dos compañeros de trabajo presentaron síntomas respiratorios. Él y sus compañeros pensaron que era un simple resfriado.
Luego de unos días, otros trabajadores -incluyendo a su primo Daniel- también presentaron síntomas como tos seca y fiebre.
"Antes nos cuidábamos de migración para no ser deportados. Ahora tenemos otra preocupación: curarnos del virus"
Daniel, migrante ecuatoriano
José María presentó un cuadro clínico de fiebre, dolor corporal y tos desde hace 15 días. Por la gravedad de los síntomas, dice que se arriesgó a ir al hospital más cercano hace cinco días. Pero, no fue atendido.
¿La razón? Las enfermeras le explicaron que había una larga lista delante de él de personas que también requerían atención.
“Lo único que me proporcionaron fueron pastillas (paracetamol) y me pidieron que me aísle en una habitación”, lamento José María. Él asegura que los latinos son los últimos en ser atendidos.
Desde hace cinco días, José María está aislado en la única habitación que tiene el departamento de 60 metros cuadrados, en donde vive con su esposa y su hijo de tres años.
Espera que el paracetamol le ayude a disminuir los síntomas. Pero también deposita su fe en la medicina casera. Hace gárgaras con agua caliente, limón y sal; toma té de jengibre con menta, de cáscara de piña con ajo o de cebolla con miel de abeja.
Mientras supera el virus, José María lamenta que se le está acabando el dinero porque ni él ni su esposa trabajan desde hace, aproximadamente, un mes.
Esta pareja debe pagar unos USD 1.800 cada mes por la renta del departamento. También necesita unos USD 1.000 para pagar otros servicios básicos y la provisión de alimentos.
“Ya estoy usando mis ahorros”, dice. José María tampoco ha podido enviar remesas a sus dos hijas que están en Cariamanga, en Loja. Antes de la crisis ganaba USD 180 por jornada.
Una alternativa es regresar
Daniel también está usando sus ahorros para sobrevivir. Asegura que necesita USD 100 para alimentación, cada semana. El tecnólogo en mecánica automotriz se apoya, por el momento, con donaciones que recibe de la Iglesia Católica.
Los compatriotas afirman, que después de que pase la emergencia sanitaria, analizarán si regresan al país.
“Si no hay trabajo, no se puede sobrevivir”, afirma Mauricio, un riobambeño de 39 años que llegó a Estados Unidos hace siete años, en el segundo intento.
Él cree que, luego de la emergencia, será difícil conseguir un empleo. Por ahora también usa sus ahorros para sobrevivir, en especial para comprar pañales a su hija de un año.
Cree que ya es hora de regresar a Ecuador porque “acá se gasta más y el coronavirus afectará los empleos”.
La salud es cara
Mientras el coronavirus se propaga por Estados Unidos, los cinco migrantes ilegales deben superar la pandemia sin seguro médico, con altos costo de la medicina y, sobre todo, sin documentos.
“Aquí en un hospital de Estados Unidos, solo por mirarte ya debes pagar USD 1.000”, dice Franco, de 45 años, quien cuenta que, hace 12 años, obtuvo una licenciatura en Educación Física, en Quito.
Pero, estos cinco ecuatorianos no son los únicos que tienen problemas en Estado Unidos durante la emergencia.
Incluso para los estadounidenses es caro acceder a la atención de un doctor, más aún si no tienen un seguro médico.
Según un reporte de la BBC del 16 de marzo, más de 27 millones de personas en el país no tienen seguro médico. De ellos, hay un número incalculable que tienen un “seguro insuficiente”.
Es decir, que solo cubre una fracción del costo de cualquier revisión o tratamiento.
Los migrantes ilegales están solos en esta emergencia y no podrán beneficiar del paquete de USD 2,2 billones que el Congreso de Estados Unidos aprobó para ofrecer una ayuda económica durante la pandemia.
Según el reporte de la agencia de noticias Associated Press (AP) del 13 de abril, la ayuda económica excluye a los migrantes "que radican en el país sin autorización legal, pese a que trabajan y pagan impuestos".
El reporte de Associated Press dice que unos 4,3 millones de migrantes fueron excluidos del plan de apoyo.
También quedaron fuera de la ayuda económica los 3,5 millones de hijos de los trabajadores indocumentados, muchos de los cuales son ciudadanos estadounidenses, informa la agencia.
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