Versión escrita del esposo de Lisbeth Baquerizo no convence a la familia
Una nueva pericia en la que se compararon rastros de sangre hallados en las uñas de Lisbeth con una muestra de sangre de su suegra, coincidió con el perfil genético de la familia Hermida.
Carolina Mella
Kathy Muñoz, madre de Lisbeth Baquerizo, quien fue asesinada el 21 de diciembre en Guayaquil.
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Antes de que cerrara la instrucción fiscal por el femicidio de Lisbeth Baquerizo, ocurrido el 21 de diciembre de 2020 en su casa de Puerto Azul, en Guayaquil, una nueva pericia alimenta la tesis de los familiares de que ella fue asesinada por su esposo Luis Javier Hermida.
En la última audiencia, a la que fue llamada a declarar la madre de Hermida, ella accedió a dar muestras de sangre, pero se acogió a su derecho al silencio.
Los especialistas realizaron un análisis genético de la sangre de la señora y la compararon genéticamente con la encontrada en las uñas de Lisbeth.
“Los marcadores genéticos demuestran que pertenecen a un hijo de la señora. ¿Quién puede ser ese hijo? Luis Hermida, el esposo de mi hija, porque también se analizó al hijo menor y no coincidió con él”, dice Mario Baquerizo, padre de Lisbeth.
“Con eso comprobamos que atacó cruelmente a mi hija, porque ella se defendió. El corte en la ceja que tenía su esposo probablemente se lo hizo ella intentando defenderse”, añade Baquerizo.
“La Fiscalía tendrá que establecer fehacientemente, sin presumir, a cuál de los tres pertenece”, responde el abogado Alexander Espinales, que defiende a la familia Hermida Núñez.
Según la familia Baquerizo, la fiscal solicitó que el médico forense que realizó la autopsia amplíe su versión y se revelarían otros detalles.
“Le preguntaron qué significan los diferentes colores de los hematomas, porque habían unos morados rojizos y otros como azulados”, relata Mario Baquerizo, basado en el expediente que se encuentra en reserva.
¿Por qué la diferencia de color?, “él respondió porque una se produce en el momento en que la persona muere y la otra tonalidad en brazos y piernas son de golpes que habría recibido hace tres, cinco o hasta 10 días antes”, añade el padre de Lisbeth.
En el caso de Lisbeth Baquerizo se manejan dos delitos: uno por femicidio, en el que es procesado Luis Hermida Núñez, y otro por fraude procesal, en el que estarían involucrados los padres y el hermano de Hermida.
A la madre de Hermida se le impusieron medidas sustitutivas, como el uso del grillete electrónico, prohibición de salida del país y presentarse dos veces a la semana ante la autoridad.
Mientras que a su padre y hermano se les dictó prisión preventiva ,pero ellos están en calidad de prófugos, confirmó su abogado.
“A la Fiscalía no le interesa realmente conocer qué es lo que tienen que aportar los señores Hermida en esta investigación, sino tener con prisión preventiva a alguien para decir que están cumpliendo su trabajo”, alega Espinales.
La versión de Luis Javier Hermida
Luis Javier Hermida, esposo de Lisbeth, está prófugo desde el 22 de diciembre, el día del funeral, cuando la familia Baquerizo se dio cuenta de que la historia que le contaron los Hermida no les convencía.
En un documento de cuatro hojas, Luis Hermida reapareció el 7 de mayo, el día que cerró la instrucción fiscal, con su versión de lo que ocurrió.
Según el documento, el 21 de diciembre, el esposo de Lisbeth tomó contacto con Fito Vera, a quien conoció en el gimnasio y quería venderle proteínas.
El punto de encuentro, según el testimonio, fue afuera de la Urbanización Puerto Azul, en vía a la Costa, donde vivía con Lisbeth.
Pero Fito Vera estaba con dos hombres más, que se subieron al vehículo de Luis Hermida y fueron hacia su casa, donde, según él, fue amenazado con un arma para robarle dinero que tenía escondido en el clóset.
Al llegar a la vivienda, Lisbeth se quedó en la sala con los dos sujetos, mientras Hermida le entregaba el dinero a Fito en la planta alta.
Cuando bajaron, Fito tenía el arma en una mano y en la otra el dinero en una funda, mientras Lisbeth estaba ensangrentada en el piso.
Según la versión, uno de los supuestos ladrones la habría golpeado con un fierro porque ella intentó salir por una puerta de la cocina y amenazó con gritar.
Pese al golpe, Lisbeth salió tambaleándose de la cocina y pudo dar un grito, dice el texto.
El arreglo de la escena para simular que ella se había caído de las escaleras fue idea de los tres sujetos que amenazaron a Hermida con hacerle daño a sus padres si hablaba de lo ocurrido.
Salieron de la casa, los dejó cerca de una curva hacia la vía Perimetral, pero tuvo que regresar porque Fito había olvidado una parte del dinero en la casa de Hermida, así que volvieron a Puerto Azul.
¿Por qué cinco meses después de la muerte de Lisbeth él cuenta su versión? Según su abogado, “él ha decidido hablar ante la situación expuesta y porque de manera jurídicamente improcedente han procesado a su padre, a su madre y a su hermano”.
Para la familia Baquerizo, esta versión no tiene sentido, ya que involucrara terceras personas “es una táctica más para entorpecer el proceso”.
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