Venezolanos esperan que el acoso termine en Pelileo
Al menos 300 venezolanos salieron del cantón Pelileo en los últimos 23 días, tras la amenaza de la Junta del Campesinado contra los extranjeros.
El venezolano Rohán Sánchez perdió el 70% de clientes, después de la marcha del 5 de diciembre en Pelileo.
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Rohán Sánchez, uno de los venezolanos que residen en Tungurahua, mantenía con dudas, pero ha tomado una decisión. Se regresa a su natal Valencia, en Venezuela. Hace dos años llegó a Pelileo con muchas ilusiones. No se queja, pues asegura que todo ese tiempo logró trabajar y estar estable junto a su mujer.
En sus planes estaba seguir viviendo en el cantón de Tungurahua, pero cambiaron bruscamente desde el 14 de noviembre, cuando integrantes venezolanos de un grupo delictivo dispararon contra policías. En ese enfrentamiento murió el sargento segundo Wilson Ortiz y también falleció un delincuente; otros cuatro están con prisión preventiva.
Desde ese día, la tranquilidad se esfumó para la mayoría de los venezolanos que pernoctaban, trabajaban y que tienen su residencia en el cantón.
Rohán, quien trabaja como estibador en el Mercado Mayorista de Pelileo y también tiene su negocio de comida rápida, asegura que con la marcha del 5 de diciembre se sintió aún más la xenofobia y acoso en el cantón. Las ventas disminuyeron a un 70% en su negocio y en su trabajo como estibador ya no se siente seguro.
"Decidí irme. Es verdad somos migrantes, pero todos tenemos derecho a vivir en paz y tranquilidad. Yo no puedo juzgar a la mayoría de los ecuatorianos por uno malo que se cruce en mi camino. En Pelileo ya no se siente paz", menciona el joven, quien empezó a vender sus enseres para reunir todo el dinero posible y emprender el viaje con su esposa y mascota.
Piensa irse a inicios del 2024. Su viaje será en bus y el pasaje le costará USD 400 entre las dos personas. "Necesito irme a mi país para recargar energías, porque estoy muy desmotivado. Los gestos y las palabras lanzadas sin pensar agotan y, ahora, hasta la dueña de la casa donde arrendamos nos está marginando. Quiero abrazar a mi gente y ver si pruebo suerte allá", dijo Sánchez
Maltratos y acosos
Yucenny Perroza Primero, a sus 35 años de edad, prefiere sufrir en su tierra. Es la tercera ocasión que debe migrar. No lo hace con gusto, sino por circunstancias del destino.
La primera ocasión dejó su dos hijos y salió de su natal Barquisimeto hasta Cali. Después de Cali viajó a Pelileo y ahora emprende el viaje de retorno a su hogar.
La joven madre de dos menores de edad, de 2 y 7 años, también fue desalojada del cuarto donde estuvo viviendo nueve meses.
"La dueña de casa me maltrató y humilló. No le importó sacarme del cuarto pese a que estaba con mis dos niñas. Hace nueve meses llegué a vivir y, después de la marcha, la propietaria fue muy agresiva con mi familia y con otros compatriotas, pero solo con los venezolanos, porque en su casa arrienda a gente de diferentes lugares", contó.
Estos casos se han repetido de manera constante en los últimos días en el cantón, pero hasta el momento ninguno de los afectados ha denunciado, aunque las querellas sí han llegado a oídos de las autoridades del cantón.
Después del 14 de noviembre, al menos unos 300 venezolanos han salido del cantón a consecuencia del desalojo o porque no quieren vivir en un ambiente de incertidumbre por los malos tratos.
El Defensor del Pueblo, Juan José Simon, asegura que los casos que conocen sobre presunta violación a los derechos están en investigaciones.
Lijohán López, representante de Migrante Sin Fronteras en Pelileo, está agotada de manera emocional y física. La joven solo espera que las autoridades, una vez conociendo los actos de xenofobia y acoso que se viven en Pelileo, actúen para que retorne la calma y les permitan tener una convivencia amigable.
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