Tras meses de intervención, el caos persiste en la Maternidad del Guasmo
La intervención en la Maternidad del Guasmo cumplió ya dos meses, se despidieron a dos camilleros y la Fiscalía concluyó la investigación sobre presunta corrupción. Pese a la medida, poco ha cambiado y los usuarios aún reclaman una mejor atención.
Exteriores de la Maternidad Matilde Hidalgo de Procel, en el Guasmo. Guayaquil, 25 de mayo de 2022.
Carolina Mella
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“¡Santos Ramírez!”, grita el guardia de la Maternidad del Guasmo a algún familiar, que espera en la calle por noticias de una paciente. “¡Santos Ramírez!”, insiste, pero su voz se mezcla con el ruido de la música religiosa que suena a todo volumen, el grito de los vendedores de comida y el pito de las tricimotos.
Pese la intervención estatal, los exteriores de la Maternidad Matilde Hidalgo de Procel, ubicada en el Guasmo (sur de Guayaquil), siguen en completo desorden y caos.
Precisamente, este fue uno de los problemas que el pasado 21 de marzo denunció la ministra de Salud, Ximena Garzón. En ese fecha anunció la intervención del hospital por “mafias enquistadas”, que cobraban hasta USD 150 por turnos y camas a las embarazadas y hasta por la foto del bebé.
Dos meses después de la medida, en el exterior de esta Maternidad apenas se pueden ver los letreros con indicaciones hospitalarias, y hay un espacio diminuto para el acceso a las puertas.
Hasta la ambulancia tiene dificultad para salir, enciende las sirenas, pero nadie reacciona. El vehículo del hospital debe ir despacio, abriéndose paso entre la gente y los puestos con parasoles en la calle, donde los comerciantes informales venden ropa.
La directora de la Maternidad, Patricia Macías, asegura que ha enviado cinco oficios al Municipio de Guayaquil y a la Gobernación del Guayas para el control en los exteriores. Los uniformados van, desalojan a los informales y ellos regresan enseguida.
Nadie tiene el control de la calle, ni la Policía que tiene una central comunitaria cerca de la Maternidad.
Sin camas y sin información
La puerta de la emergencia se cierra de nuevo y los guardias dicen que cualquier información se dará por otra puerta. El grupo de personas, en su mayoría madres, suegras, abuelas, hermanas, acelera el paso y las que pueden corren, sin éxito.
Ahí, otro guardia les dice que no hay información, que esperen al otro lado.
Los familiares expresan su malestar y tienen cara de incertidumbre. No se animan a decir nombres por posibles represalias que puedan tomar con las pacientes, pero agradecen que no han tenido que pagar por un turno, una cama o medicamentos.
“Hasta ahora no hemos pagado nada”, coinciden varias usuarias.
Pero, una adolescente de 17 años con un bebé en brazos cuenta que tuvo que esperar durante siete horas para ser atendida. Le pidió a un familiar que conocía a un médico, para que éste le permitiera el ingreso, porque en la puerta le decían que “no tenían camas”.
Una Maternidad de puertas cerradas
Cuando recién fue intervenida la Maternidad, las autoridades dijeron que existió negligencia del personal administrativo porque el control de quién entraba y salía lo tenían los guardias. Y eso propició que el engranaje de corrupción estuviera mejor coordinado.
Según la ministra Ximena Garzón, los guardias fueron cambiados.
Pero las puertas siguen cerradas y los guardias escuchan las peticiones de la gente y según eso, les permiten entrar o no.
Incluso, los guardias siguen cumpliendo su rol del primer filtro en el hospital. El equipo de PRIMICIAS tuvo que pasar ese proceso, pedirle al guardia que llame al encargado de comunicación para poder acceder al interior, y esperar detrás de las rejas hasta que llegara, mientras se advertía que no se podía tomar fotos.
“El hospital no debe funcionar de esa forma, debe estar abierto, facilitando la entrada a los usuarios tanto a consulta externa como emergencias”, dijo Andrés Corral, subsecretario de Provisión de Servicios de Salud del Ministerio, días después de la intervención.
Han pasado dos meses y eso no se ha cumplido.
"El guardia ya no entrega información a los familiares o custodios de los pacientes, lo hace el médico de turno".
Patricia Macías, directora de la Maternidad del Guasmo.
Al consultarle por qué las puertas del hospital estaban cerradas, la directora Macías insistió en que “las puertas están abiertas, no sé si estaban dañadas o no”.
Finalmente justificó que el sector del Guasmo es peligroso, que han pasado 'eventos' delictivos y que deben mantener la seguridad de los usuarios, “la atención no se la ha negado a nadie”.
"Me pidieron que saque cinco copias"
Afuera una joven de 18 años con 40 semanas de embarazo regresa por segunda vez en menos de un día, la habían enviado a casa porque le dijeron que “debía esperar”, pero ha roto fuente y accedieron a ingresarla.
Cruza la calle despacio, lo que el peso de la barriga le permite caminar, estaba en la copiadora frente del hospital. “Me pidieron que saque cinco copias de dos papeles para el ingreso”. Ambos documentos tenían logos del Ministerio de Salud y de la Maternidad.
La directora Macías dice no sabe por qué le han pedido copia de esos documentos, y asegura que todo el procedimiento de ingreso es digital. Pero la joven entró por emergencia con los papeles en la mano.
¿Qué pasó con la red de corrupción?
En el momento de la intervención a la Maternidad, las autoridades admitieron que desde el año pasado tenían información de cómo operaban las “mafias enquistadas”.
“Empezaría por personas externas al hospital que contactaban a los guardias y ellos a los camilleros. De algún modo, esta red garantizaba la atención de quienes pagaban. Podrían estar involucrados también médicos”, explicó Corral.
La Fiscalía culminó la investigación, dice la directora Macías, y “se tomaron los correctivos pertinentes, según la ley, se desvincularon de la Maternidad como corresponde".
Pero aún quedan dudas sobre cómo operaba la red de corrupción, cuántos y quiénes formaban parte. La directora no dio más detalles y solo dijo que el caso legal era manejado desde el MSP en Quito.
PRIMICIAS solicitó una ampliación de esta información a la Cartera de Salud, pero hasta el cierre de este reportaje no recibió respuesta.
Según la directora, el Ministerio ha entregado los fondos necesarios para funcionar, aunque no especificó cuánto es el presupuesto.
Afuera de la oficina, la espera uno de los proveedores que alquila las impresoras, las quiere retirar porque no le han pagado por el servicio en estos cinco mese de 2022.
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