Migrantes GLBTI y en situación de pobreza son recibidos por albergue
Luis Pérez (izquierda) sentado en el albergue de la Fundación Equidad.
Jonathan Machado / Primicias
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Luis Pérez ingresó a Ecuador por el puente de Rumichaca el 11 de octubre de 2018, después de caminar durante casi un mes desde Caracas.
Él, como miles de sus compatriotas, abandonó su país huyendo de la crisis y con el objetivo de mejorar su calidad de vida y la de su madre, pues en su Venezuela incluso alimentarse a diario es un drama.
En Ecuador no tuvo mucho margen de elección, y trabajó en cualquier oficio que encontraba. Fue vendedor de caramelos, de empanadas, panadero y hasta recepcionista de hotel.
En todas esas experiencias laborales Pérez sufrió una doble discriminación: la primera por ser venezolano en un país cada vez menos tolerante con los migrantes provenientes de Venezuela y, la segunda, por ser homosexual.
"De la panadería y del hotel fui despedido por ser homosexual y extranjero. En esos dos lugares me insultaron y me maltrataron. Trabajaba hasta 20 horas al día"
Luis Pérez, inmigrante venezolano
Cuando se quedó sin trabajo y sin dinero tuvo vivir en la calle, hasta que consiguió dedicarse a la venta de empanadas. Dice que con lo que lograba ganar podía arrendar un dormitorio en un barrio en el sur de Quito y comer una vez al día.
Cuando las ventas disminuyeron dejó el puesto de empanadas y regresó a vivir en las calles.
Así pasó dos meses hasta que llegó a la Fundación Equidad, gracias a la recomendación de un amigo que le relató que ahí se brinda ayuda a migrantes GLBTI en situación de vulnerabilidad.
Sentado en la sala de estar de la fundación, Pérez dice que los siete días que ha permanecido en el lugar han sido los mejores desde que llegó a Ecuador porque "he comido tres veces al día y dormido en un colchón".
El albergue
La Fundación Equidad adecuó sus instalaciones del primer piso para transformarlo en un albergue que recibe únicamente a migrantes LGBTI en situación de vulnerabilidad.
Efraín Soria, director de la Fundación, dice que desde agosto de 2019 el albergue empezó a funcionar y que "desde ese día hemos brindado ayuda a 26 personas, principalmente, de Venezuela y de Colombia".
Quienes llegan al lugar conocen que el número máximo de la estadía es de siete días. Sin embargo, Soria dice que en casos puntuales puede extenderse un poco más.
Durante esa semana, Equidad busca que los migrantes reciban ayuda de otras organizaciones, como la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) o HIAS, que brinda apoyo psicológico y de orientación social, laboral y legal a población refugiada y en movilidad humana.
Soria asegura que el albergue necesita comida, productos de aseo y de primera necesidad para seguir funcionando. Subsisten de donaciones de particulares, empresas y organizaciones sociales.
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