Turismo y bienes raíces atraen a inversionistas norteamericanos en Manabí
Unos 2.000 norteamericanos residen en Manabí. Los perfiles costeros constituyen espacios idóneos para residir e invertir. El terremoto, la pandemia y la ola de inseguridad han provocado el retorno de varios extranjeros.
Reporte de un temblor en Manabí el 1 de noviembre de 2023.
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Marty es un estadounidense que llegó a Crucita, en Manabí, con la intención de vivir sus años dorados junto a su pareja. El clima y la calidez de la gente lo convencieron de que este era el lugar en el que pasará el resto de sus días.
Pero también vio en este balneario portovejense una oportunidad para invertir en proyectos inmobiliarios atractivos para sus compatriotas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2022 se registró el ingreso a Ecuador de 1,2 millones de extranjeros. El 33% son estadounidenses, cuyas edades oscilan entre los 50 y 67 años.
Ecuador está en la lista de los países considerados como óptimos para vivir por los extranjeros luego de su jubilación, al igual que Portugal, Panamá, México, Grecia, España y Costa Rica.
“Nosotros amamos estar cerca de la playa, son los lugares que buscamos al venir a Ecuador. Vimos que este era un lugar idóneo para invertir en bienes raíces porque pensamos en la necesidad de una propiedad que atrajera las expectativas de los expatriados”, expresa Marty.
Actualmente, el norteamericano desarrolla un proyecto de construcción de departamentos frente al mar.
De esta forma brinda trabajo a varios profesionales locales, dinamiza la economía de la zona y oferta una nueva alternativa para que más extranjeros puedan asentarse en el perfil costero manabita.
“Conocemos el pensamiento de nuestros compatriotas, sabemos cómo quieren vivir después de su jubilación. Es por ello que ideamos proyecciones en base a lo que nosotros también hemos palpado y buscado”, sostuvo.
Según los estudios publicados por la Revista Expats Cuenca, especializado en los movimientos de residentes norteamericanos en el país, la mayor parte de ellos llegan de ciudades como San Diego (California), Houston (Texas), Miami (Florida), entre otros.
Los Expats, abreviatura de expatriados, son muy alineados a la planificación y exploración antes de tomar decisiones para pasar el resto de sus días.
Es por ello que realizan al menos dos viajes a ciudades que previamente han estudiado para conocer in situ aspectos preponderantes como servicios básicos, seguridad, infraestructura, lugares de entretenimiento, entre otros.
Impacto económico
En Manabí, según los datos de la Cámara Ecuatoriana Americana, hay unos 2.000 norteamericanos, entre estadounidenses y canadienses, de los cuales al menos 500 residen en la ciudad de Manta.
El puerto manabita es una de las ciudades que está en la órbita internacional como destino de retiro e inversiones.
Dario Herrera, desarrollador inmobiliario y líder de la empresa Point Investment SAS, ha estudiado los impactos económicos y de inversiones que generan los Expats en el país, principalmente en Manta.
Herrera, exministro de Vivienda en el régimen de Guillermo Lasso, explica que 10.000 personas se jubilan diariamente en Estados Unidos.
Un 80% se queda en su país, mientras el 20% busca otros lugares. Un 80% de este último porcentaje busca México y países de Centroamérica ya consolidados hace décadas, como Panamá y Costa Rica.
“El 20% cruza el charco, es decir usan dos aviones, por ejemplo, desde Chicago a Panamá y luego pueden venir a Manta. Los movimientos de Expats hacia Ecuador y ciudades como Manta iniciaron hace unos 13 años, estamos recién pasando la primera década”, aseguró.
Quienes deciden venir a Ecuador, según Herrera, en un 80% no son personas acomodadas económicamente. Tienen un ingreso mensual por la pensión jubilar de USD 3.300 (en pareja) y USD 2.800 (individual).
“A estos valores se suman la venta del patrimonio. En Canadá, por ejemplo, la jubilación se da luego de los 55 años. Normalmente venden sus bienes en 345.000 dólares canadienses que termina siendo USD 280.000 dólares”, explicó Herrera.
Sobre esto último, Nicolás Trujillo, exembajador de Ecuador en Canadá, sostuvo que en este tema ocurren ciertas particularidades.
“Muchos canadienses dependen la apreciación de su hogar principal en valor. El barrio tuvo una plusvalía enorme, el nivel de inflación es muy alto, son clase media, pero por la plusvalía de bienes raíces, cuando venden todo, terminan con un capital superior a su nivel de vida”, dijo.
Lo resume con un ejemplo. La casa que compraron en 1958 en USD 50.000 la terminan vendiendo en USD 700.000. A su llegada a Ecuador, en el caso de Manta, un 20% de los Expats compra una casa valorada en USD 200.000 o USD 300.000.
Mientras el 80% decide alquilar departamentos para máximo dos personas, cuyos valores oscilan entre los USD 350 y USD 500 mensuales.
Una vida planificada
Herrera y Trujillo destacan los altos niveles de planificación que tienen los norteamericanos para vivir el resto de sus días.
Buscan un costo de vida de USD 1.500 promedio mensual. Son muy disciplinados y compran lo necesario: frutas, verduras y en especial buscan comida, diversión y entretenimiento.
Si esos valores se multiplican por los 2.000 norteamericanos que residen en Manabí, hay un impacto económico mensual de USD 3 millones, y de USD 36 millones al año.
“Son tan ordenados, tienen un cuadrito de qué lugares visitar, en que días, que valores tienen los alimentos, con que personas deben comunicarse para acudir en grupo. Sí generan una inyección en la economía en la ciudad y la provincia”, resaltó Herrera.
El desarrollador inmobiliario destaca que hay inversiones en Manta, como el Edificio Escorpio, donde el 70% de sus departamentos han sido vendidos a Expats inversionistas en aproximadamente USD 300.000.
Los contras
En los análisis realizados por Herrera en la ciudad de Manta también hay aspectos que frenan inversiones y las alejan.
Entre ellos se menciona a la inseguridad, el que los brokers de bienes raíces no hablen inglés y por último Unethical mark-ups (valores no éticos).
Freddy Platón, presidente de la Cámara Ecuatoriana Americana Capítulo Manabí, asegura que por los fenómenos del terremoto, pandemia y ahora la ola de inseguridad por las disputas del narcotráfico, el número de extranjeros se redujo de 700 a 500 en ciudades como Manta.
“Debido a esta problemática, si los norteamericanos realizan inversiones en su gran mayoría lo hacen con perfil bajo. Las inversiones están un poco imperceptibles, invisibilizadas. Dicen voy a comprar, pero que sea bajo la mesa, todo legal pero no visible”, reveló.
Platón dice que, pese a este panorama, han realizado acercamientos con las cámaras de Miami y Texas, donde se han expuesto una serie de productos y se ha enviado material de bienes raíces de Manta para atraer inversiones.
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