Niños de alquiler mendigan en las calles de Tungurahua
El Consejo Cantonal de Protección de Derechos de Ambato, en Tungurahua, ha detectado 982 casos de trabajo y mendicidad de niños de enero a junio de 2023.
En las esquinas de las calles de Ambato se ubican personas con menores de edad exponiéndolos al peligro.
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"Ayúdame para darle de comer a mis hijos”, “no quiero que esta noche pasen frío y duerman en las calles". Esas frases se han vuelto rutinarias en las calles de Ambato, capital de Tungurahua, donde la situación de los niños se ha vuelto vulnerable.
En la ciudad hay personas que se ubican en las aceras hasta con tres niños, todos dedicados a la mendicidad.
Muchos llevan a los pequeños en brazos, mientras que a otros niños les dan fundas de caramelos, de basura o los instruyen para que estiren la mano y esperen una moneda de las personas solidarias.
El capitán Edén Viteri, jefe de la Unidad de Protección del Menor de la Policía Especializada (Dinapen) en Tungurahua, aseguró que hay extranjeros que se dedican a pedir dinero para seguir su ruta hacia países como Perú y Chile.
Lo más preocupante, aseveró Viteri, es que se han detectado casos en que los menores de edad son alquilados para este tipo de explotación infantil.
Son niños que tienen desde un año hasta los 10, a quienes les pagan una tarifa de USD 10 o USD 15 diarios por el trabajo de cada uno.
Es decir, si los alquilan todos los días, cada mes los padres pueden recibir alrededor de USD 420, según la Dinapen.
Impacto devastador
"Los niños son forzados a mendigar en las calles por largas horas, expuestos a condiciones climáticas adversas, peligros físicos y emocionales", explicó el capitán Viteri.
Mencionó que existen varios casos identificados, en los que los padres retiran a sus hijos y cobran el dinero pactado.
Son poblaciones flotantes, es decir de migrantes que se quedan en la ciudad entre 15 días y un mes y siguen su trayecto. Es por eso que las investigaciones se dificultan.
La mendicidad se percibía en noviembre y diciembre en Tungurahua, pero a raíz de la pandemia de Covid-19, el fenómeno aumentó con extranjeros que utilizaban a menores de edad "para generar más lástima", sostuvo la psicóloga Ivonne Vargas.
La abogada Verónica Ramos agregó que ha tenido casos en los que sus parejas han denunciado que terceras personas los intimidan para que les entreguen a sus hijos y pidan dinero en las calles.
982 casos en Ambato
Rafael Silva, secretario ejecutivo del Consejo Cantonal de Protección de Derechos de Ambato (Ccpda), mencionó que las cifras de la mendicidad y trabajo infantil van en aumento.
De enero a junio de 2023, el organismo ha detectado 982 casos, entre trabajo y mendicidad infantil, de los cuales seis están bajo investigación de la Fiscalía.
Entre 2021 y 2022 se emitieron 162 medidas de protección en favor de infantes que fueron utilizados por sus padres para mendigar.
El trabajo lo realizan en coordinación con la Dinapen, Ministerio de Bienestar Social y la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), que trabaja para dar asilo a niños migrantes.
El fiscal Segundo Chaluis informó que las personas que promuevan o se beneficien de la mendicidad deben pagar una condena de 10 a 13 años de prisión, según el artículo 108 del Código Integral Penal (COIP).
Maritza Gamboa, presidenta del Colectivo ‘Ana de Peralta’, que trabaja por los derechos del menor y de la mujer, aseguró que "los sistemas cantonales de protección no logran articular acciones con la Fiscalía para detener a personas que trafican con menores de edad".
"Cuando detienen a sospechosos de trata de personas los dejan libres y el trabajo de la Dinapen queda en cero. Es lamentable que esto se haya normalizado, no solo en Ambato, sino en el país, ver a los menores mendigando en las esquinas", agregó Gamboa.
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