Tráfico de cocaína hacia Europa involucra a mafias albanesas que operan en Ecuador
Un informe de las Naciones Unidas revela la presencia de grupos criminales balcánicos en Sudamérica, incluyendo en el país donde las bandas mantienen operaciones desde la cárcel y en ciudades como Guayaquil.
Escena del crimen de un ciudadano serbio en Samborondón, en julio de 2020.
Policía Ecuador
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La Oficina de las Naciones Unidas para el Crimen Organizado (Unodc) alerta que la creciente fragmentación del panorama criminal en Colombia ha propiciado nuevas alianzas entre grupos criminales.
Además, este escenario ha generado oportunidades para que las redes delictivas europeas siembren contactos con proveedores en Sudamérica.
Esta conclusión forma parte de la última entrega de la serie Cocaine Insights, desarrollada por la Unodc. El informe de septiembre de 2021 reporta los últimos conocimientos y tendencias en temas relacionados con los mercados de cocaína en el mundo.
Uno de los principales hallazgos de la investigación es que el suministro de cocaína hacia Europa se ha incrementado, no solo en cantidad sino también en calidad.
Por esta razón, la pureza de la cocaína que llega a los mercados europeos alcanza el nivel enviado a Estados Unidos y va en aumento.
Según señala el informe, algunos de estos grupos son de habla albanesa y originarios de la península balcánica. Además han incursionado en la adquisición de grandes cantidades de cocaína directamente con la fuente, eliminando a los intermediarios.
Incluso el reporte sugiere que estos nuevos grupos han debilitado a las mafias europeas establecidas, como la italiana Ndrangheta que dominaba el tráfico de drogas a través del Atlántico.
Pese a este debilitamiento, los grupos antiguos siguen operando y sumado a las apariciones de las redes balcánicas hay "una mayor disponibilidad de cocaína en el mercado europeo".
Ecuador, en el mapa
España, Italia y Alemania han identificado una creciente participación de grupos de habla albanesa en el mercado del narcotráfico.
Según la información recabada por el informe de la ONU, estos grupos gestionan redes de distribución de cocaína en Europa con un cierto grado de coordinación transnacional.
Algunos documentos indican que, a partir de 2012, los grupos de habla albanesa desarrollaron influencia en puertos clave de América del Sur y en países como Ecuador, Venezuela, Brasil y Colombia.
Pero no solo las organizaciones de habla albanesa tienen presencia en la región; el informe evidencia otros grupos originarios de los Balcanes Occidentales.
Entre 2018 y 2019, por ejemplo, se arrestaron a ciudadanos de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia y Montenegro por organizar el transporte de cocaína a Europa saliendo de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
Narco albanés operaba desde Latacunga
Dentro del informe y el análisis de los grupos albaneses, la Unodc destaca una operación internacional que involucró a las autoridades judiciales y policiales de 10 países y resultó en la eliminación completa del grupo criminal de habla albanesa Kompania Bello.
Este grupo era uno de los traficantes de cocaína más activos en las redes de Europa.
La operación se realizó en septiembre de 2020, y los uniformados arrestaron a 20 altos mandos de este grupo en varios países como Holanda, Alemania, Grecia y Albania.
Este operativo puso en descubierto un nuevo método de ingreso de cocaína a Europa; puesto que el grupo albanés se alejó de los grandes productores de la droga y negoció directamente con organizaciones locales de países de Sudamérica.
El cabecilla de la organización era un ciudadano albanés, de 40 años, radicado en Ecuador, y quien negoció directamente con los cárteles de la droga de América del Sur. También gestionó grandes envíos de cocaína a los principales puertos de Europa.
Mientras que con la ayuda de cómplices en Italia, Holanda y Albania, la banda completó la distribución en toda Europa.
El informe de la Unodc y los reportes de la Europol sobre el operativo no dan detalles de la identidad del sujeto. Pero la prensa albanesa lo identifica como Dritan Rexhepei, quien cumple una sentencia de 13 años en la Cárcel de Latacunga.
En 2019, la Corte Nacional de Justicia rechazó el recurso de casación del caso de Rexhepei y la sentencia quedó en firme.
La Policía ecuatoriana capturó a Rexhepei en Ecuador en 2014, su detención fue parte del Operativo Balcanes, que dejó 11 detenidos y 277 kilos de cocaína decomisados.
La organización que Rexhepei tenía como base en Guayaquil, y desde allí introducían la sustancia ilícita en los contenedores que partían desde el puerto hacia Europa. Mientras que en Duran tenía su punto de acopio, y llegaba la droga procedente de Colombia y Perú.
Según la Europol, antes del desarme de la Kompania Bello, Rexhepei seguía dirigiendo esa organización desde la cárcel ecuatoriana con base en un sofisticado sistema de comunicaciones.
El europeo intentó a acogerse al sistema de prelibertad, pero la justicia negó el pedido. Mientras que en febrero y marzo de 2021, presentó solicitudes de hábeas corpus y medidas cautelares, que también se rechazaron.
Crímenes de albaneses en Guayaquil
Según el informe de la Unodc, la presencia de narcotraficantes de habla albanesa en América Latina también ha sido vinculada a una serie de homicidios de criminales del mismo origen. Estas personas son sospechosas de estar involucradas en el comercio ilícito de drogas en los últimos años.
En Ecuador, el hecho más reciente de este tipo fue en noviembre de 2020. A Adriatik Tresa, un albanés de 45 años, lo asesinaron en su casa, en la urbanización Bali, en Daule.
Varios hombres, disfrazados de policías, ingresaron al complejo residencial en la madrugada y acribillaron al extranjero.
Tresa formaba parte de una indagación previa por delincuencia organizada que la llevaba la Unidad Antinarcóticos. El albanés estuvo preso por tenencia y porte de armas, pero fue sobreseído, y en 2013 la Fiscalía lo investigó por lavado de activos.
Meses antes de la muerte de Tresa, en julio de 2020, Sasa Spasic fue asesinado. El hombre de 56 años también era originario de Serbia, y su crimen ocurrió en un centro comercial de Samborondón. Tras las investigaciones, la Policía halló presuntos vínculos con el narcotráfico.
Por otra parte, dos asesinatos de ciudadanos albaneses, también ligados al narcotráfico, ocurrieron en Guayaquil entre mayo y noviembre de 2017.
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