"Les dije a mis hijos que se salvaran ellos", cuenta sobreviviente del terremoto
En la provincia de El Oro, 134 personas ocupan un albergue y un refugio, tras el terremoto del 18 de marzo. La escuela John F. Kennedy, de Pasaje, alberga a 53 damnificados, mientras en la casa comunal de Tendales, en El Guabo, 81 personas permanecen en un refugio temporal.
Rosalina Trejo, de 28 años, tiende cuatro camas donde duermen ella, su esposo y cinco hijos. Vivía en un departamento que quedó destruido por el terremoto del 18 de marzo de 2023.
Alexander García.
Autor:
Actualizada:
Compartir:
César Tuza, de 75 años, logró llegar hasta la puerta de su domicilio en un segundo piso, pero una vez allí, cuenta que se quedó inmóvil y aturdido, mientras la mitad de su casa se venía abajo durante el terremoto en El Oro.
Él es una de las 53 personas que permanecen en la escuela John F. Kennedy, en el cantón Pasaje, provincia de El Oro.
En Pasaje, 13 familias damnificadas por el terremoto de magnitud 6,5, ocurrido el sábado 18 de marzo de 2023, están en una casa de acogida.
Mientras que en el vecino cantón de El Guabo, 81 personas de 23 familias permanecen alrededor de una casa comunal de la parroquia rural Tendales, en un refugio temporal.
Tuza vivía en la calle Tarqui y San Martín, en Pasaje, antes de que la mitad del domicilio se desplomara.
"Un pedazo de ladrillo me pegó en la cabeza y el dolor por un golpe de otro ladrillo en el codo casi no me deja dormir", cuenta el adulto mayor, quien tiene el antebrazo derecho afectado por una discapacidad.
"Tras el colapso de la casa, me quedé parado en la puerta de salida de un segundo piso. No sabía ni quién era yo".
César Tuza.
Ahora le preocupa la reconstrucción de la casa donde vivió los últimos 40 años, pues carece de escrituras formales. Pero dice que ya entregó sus datos al programa gubernamental de reconstrucción.
Al menos 30 inmuebles fueron destruidos por el sismo en el cantón Pasaje y una persona murió por el colapso de un muro.
La vida en el albergue
En la provincia de El Oro, 75 inmuebles tipo vivienda resultaron destruidos por el terremoto y la mayoría de los hogares tiene una historia de supervivencia.
La mañana del 20 de marzo, Rosalina Trejo, de 28 años, arreglaba cuatro camas donde duermen ella, su esposo y cinco hijos en el albergue.
Ella vivía en un departamento rentado en un quinto piso, pero el lugar quedó inhabitable.
"El movimiento me tumbó y lastimó mi pie. En ese momento no podía caminar del dolor", refiere.
Tiene tres niños y dos niñas, de entre 5 y 13 años. El tanque elevado se rompió y comenzó a caer agua al departamento, mojando la ropa y los colchones.
"Se cayeron los platos, la nevera. Yo mandé a mis hijos a que bajaran, que se salvaran ellos", cuenta Trejo.
Cuando todos lograron bajar las escaleras, nadie tenía las llaves de la puerta principal. "Los niños gritaban en medio del llanto", recuerda.
El edificio Chicaiza, en el sector de las Cinco Esquinas, donde vivía la familia, quedó en pie, pero tiene todas las paredes destruidas o cuarteadas. Ni siquiera han podido rescatar electrodomésticos ante el temor de nuevos colapsos .
Trejo y sus hijos comparten una de las cinco aulas de la escuela Jonh F. Kennedy, con otras cuatro familias.
Ella no sabe cuánto tiempo deberán pasar en el albergue y pide agilizar las ayudas para el pago de arriendos entre los damnificados.
Centro de acopio
Una veintena de niños jugaba la mañana del 20 de marzo, en los patios de la escuela-albergue. En el patio se instaló una carpa, donde los infantes pueden pintar protegidos del inclemente sol.
También saltan y realizan rondas de juegos con psicopedagogos y policías.
Rommel Aguilera, técnico de Gestión de Riesgos, informó que el albergue municipal se activó desde el mismo sábado y desde el domingo 19 se convirtió también en un centro de acopio de donaciones de alimentos no perecederos.
Se trata de ayudas para los perjudicados y para otros damnificados que permanecen con familias acogientes o con menos grado de afectación.
"Hemos dotado de camas, colchones, sábanas, almohadas y cobijas a las aulas. Estamos esperando por kits de menajes de cocina, vajilla y limpieza", dijo Aguilera.
De las 75 viviendas destruidas en El Oro, 30 está en Pasaje, 35 en El Guabo y 10 en Machala, según la Secretaría de Riesgos.
Mientras que 60 casas afectadas están en Pasaje, 31 en Machala y 15 en El Guabo. En total se registraron 902 personas perjudicadas y 430 heridas.
Aglomeración en un refugio
En Tendales, parroquia rural ubicada a 20 minutos de El Guabo, los damnificados se instalaron en la casa comunal de la cooperativa 10 de Agosto.
Se trata de 81 personas y 23 familias provenientes del sector de La Puntilla, ubicado a 30 minutos en bote en el Golfo de Guayaquil.
Los damnificados pasan las noches en la pequeña casa comunal y en una explanada techada, del tamaño de una cancha de voleibol.
Luis Armando Changotasig, jefe de la Unidad de Riesgo de El Guabo, indicó que seis viviendas colapsaron en La Puntilla.
"Esto es un refugio temporal. El albergue calificado por Riesgos es la Escuela del Milenio Eloy Alfaro, ubicado afuera de Tendales. Las familias no quieren trasladarse al lugar, pero estamos insistiendo en que es necesario", dijo Changotasig.
El alcalde de El Guabo, Hitler Álvarez, dijo que la casa comunal no presenta garantías de salubridad. De noche se produce "aglomeración de personas, hacinamiento", según el funcionario.
En el sector de La Puntilla resultaron evacuados 140 habitantes. "Las familias nos dicen que se sienten más cómodos aquí. Pero en la Unidad del Milenio cada familia podría ocupar un aula, con mayor privacidad y comodidad", dijo Álvarez.
El Municipio evalúa realizar una expropiación de un terreno en Tendales para proveer de solares a los afectados que se comprometan a no regresar a La Puntilla.
"Ese asentamiento en el perfil costero, cerca a Bajo Alto, es una zona de riesgo, donde por ley se nos prohíbe invertir", asegura Álvarez.
También le puede interesar:
"Escuché a mi hija y recuperé la esperanza", dice sobreviviente del terremoto
Gustavo Bustamante cuenta a PRIMICIAS cómo rescató a su hija y a su esposa de los escombros de un edificio que colapsó por el terremoto en Pasaje.
Compartir: