La tendencia de lo saludable llega a los emprendimientos
En los Plaza Lagos, en Samborondón, se realizó la feria Zanahoria que reúne a emprendimientos dedicados a un estilo de vida saludable.
Xavier Letamendi
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El uso de ingredientes naturales y saludables es una tendencia en la industria de los alimentos. Pero, no solo aplica en las grandes empresas, sino que esta demanda ha generado una serie de emprendimientos.
Christian Wahli, presidente de la Asociación de Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), explica que la tendencia ya tiene tiempo en el mercado. Sin embargo, son los millennials los que la han posicionado.
“Años atrás si ponías hierro en un producto aumentabas en 25% tus ventas. Muchas personas no tienen alergia al gluten, pero es un factor de ventas la etiqueta ‘gluten free’”, explica el dirigente gremial.
Hay tres factores que inciden en la tendencia:
- Los millennials son una generación con alta formación
- La gente prefiere los productos exóticos para demostrar diversidad
- Buscan fabricantes con certificaciones de comercio justo y respeto al medio ambiente.
Esta tendencia se vio fortalecida cuando apareció el semáforo nutricional en todos los productos alimenticios del país. Wahli recuerda que cuando se implementó la medida el 80% de los productos tenía color rojo. Hoy ese porcentaje es del 40%.
“El consumidor ecuatoriano se asusta ante el color rojo, pero tampoco le cree mucho al color verde, se va por la mitad, por lo amarillo lo que ayuda a la tarea de formulación por parte de las empresas”, señala.
Pero eso requiere una inversión. Anfab calcula que las fabricantes invierten el 3% en diseñar estos productos más saludables.
“Hay una inversión de parte de las empresas hay dos vías. La una es evidentemente el trabajo físico de la innovación. Pero la otra parte es que hay comunicar que he hecho algo”, indica Wahli.
Agrega que la tendencia llega hasta los emprendimientos. Una muestra de ello es la feria Zanahoria, un evento que ocurre dos veces al año, desde 2015.
La iniciativa busca reunir en un solo lugar los emprendimientos saludables. Allí montó su stand Valeria Auad, que fundó hace un año Beeda.
Todo empezó porque su padre cultivó un panal de abeja. La cosecha de miel gustó tanto en la familia que surgió el emprendimiento con un capital inicial de USD 500. “La respuesta ha sido muy buena porque la gente quiere cambiar el azúcar y consumir productos alternativos”, comenta.
Susana Cevallos también fundó su emprendimiento a partir de una experiencia personal. Ella es vegana y en viaje al exterior encontró dulces veganos.
A su regreso encontró que en el país no había esa oferta. “Buscaba productos libres de proteína animal pero que sepan idéntico a los tradicionales”. Así nació La cebolla vegana que elabora alfajores, tortas de chocolate y naranja, entre otros postres libres de proteína animal.
Empezó sin capital semilla. Le ha costado esfuerzo porque estudia y trabaja en una oficina. “He visto retorno, y sigo adelante”, asegura.
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