La Senescyt tiene dos estrategias para aumentar cupos en las universidades

La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senecyt) trabaja en dos frentes para aumentar el número de cupos en las universidades públicas.

Su titular, Andrea Montalvo, explica que hay dos reglamentos orientados a ese fin. El primero tiene que ver con la posibilidad que ahora tienen las universidades para crear carreras sin trabas burocráticas.

Mientras que el segundo apunta a que las instituciones inauguren nuevas sedes en provincias que carecen de oferta académica.

En entrevista con PRIMICIAS, Montalvo señala, además, que el proceso de admisión a las universidades debería sufrir un cambio absoluto.

La funcionaria dice que desde 2023, cuando esta competencia pase a manos de las universidades, el examen de ingreso debe tener otro objetivo: no medir los conocimientos que tienen los estudiantes, sino sus habilidades.

¿Qué está haciendo la Senescyt para aumentar cupos en las universidades?

Uno de los problemas que enfrentó la universidad ecuatoriana es que estaba ligada a un sistema muy regulador. Los procesos de acreditación no guardaban sintonía con la regulación y se convirtieron en procesos, más bien de supervivencia, para las universidades.

Lo que hemos hecho es brindar mayor autonomía a las universidades para que se puedan presentar carreras en tiempos cortos sin que sean tan engorrosos.

También tenemos el reglamento para la creación de extensiones y sedes que promueven mayor presencia en territorio y más oportunidades para los estudiantes. Todo esto ayuda a que el sistema de educación superior tenga más cupos disponibles.

Hemos pasado de ofertar 90.000 cupos a 141.000 en el último período académico. Con esta flexibilización de la norma me atrevería a decir que podríamos ser uno de los pocos países que tienen el suficiente número de oportunidades para los jóvenes.

¿Es posible que todos los estudiantes accedan a la universidad?

La meta es llegar a que exista el 100% de continuidad educativa para las personas que así lo requieran. Queremos que los jóvenes no se queden sin una oportunidad luego de graduarse.

Cada semestre, 60.000 jóvenes postulan a la educación superior y, por otro lado, son 141.000 cupos. Entonces, la meta podría cumplirse inmediatamente.

Claro está que hay que seguir trabajando para todas las personas, que en años anteriores no pudieron acceder a la educación superior, lo hagan. Hay que promover las carreras no convencionales porque nunca habrá cupos suficientes para Medicina o Derecho.

En el último proceso de admisión hubo 265.000 aspirantes, pero solo 141.000 cupos...

Llegar a decir que haya un número exacto y proporcional sería irresponsable. Me refería a que hay que abarcar niveles intermedios de formación.

Si no hay una oportunidad en la universidad, estamos trabajando para que los estudiantes tengan una formación intermedia, por ejemplo, en el Servicio Ecuatoriano de Capacitación (Secap).

Si cumplimos con la continuidad educativa y favorecemos a las personas que más lo necesitan, entonces podemos hablar de que estamos creando las oportunidades necesarias.

Por otro lado, hay otros mecanismos para que más personas ingresen a la universidad, como becas nacionales y la ayuda de las universidades privadas. Son varios factores que confluyen a cubrir con la educación superior a quienes más lo quieren.

Una de las preocupaciones de quienes aspiran a una beca en el extranjero es que la Senescyt deje de ofrecerlas. ¿Cuál es la política al respecto?

Lo que hemos priorizado y determinado es las necesidades que tienen los jóvenes ante la carencia de cupos en la universidad pública. Es imperativo que trabajemos primero en solucionar ese problema, para después pensar sobre becas en Harvard u otras universidades.

La Senescyt dispone de USD 12,7 millones para otorgar a personas en situación de vulnerabilidad, para su formación en formación técnica y tecnológica, además de formación de cuarto nivel en las universidades públicas.

Si podemos dar más becas en Ecuador, eso sería una mejor política pública. No obstante, también trabajamos con organismos internacionales y embajadas para que los estudiantes puedan salir del país.

¿Qué procesos deberían aplicar las universidades para el ingreso de los estudiantes?

Desde el día que se expidió el reglamento a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) hemos realizado más de 14 talleres con las universidades. Hemos visto el rol que debe tener la Senescyt para un monitoreo eficiente de los procesos de ingreso a la educación superior.

Por otro lado, detectamos las necesidades, preocupaciones y alternativas que presentan las universidades. Con esta recopilación se establecieron las reformas al Reglamento del Sistema Nacional de Nivelación y Dimisión, que se expide el 19 de octubre.

Este documento delimita la cancha. Establece los parámetros mínimos que se deben cumplir en cuanto a igualdad de oportunidades, políticas de acción afirmativa y política de cuotas.

¿Le insisto en la pregunta, qué metodologías son las más adecuadas para el acceso a la universidad?

Es importante pasar de un examen de conocimientos, que realmente solo arrojaba una nota, a un examen de habilidades y competencias. Que permita conocer cuál es la situación académica del joven y saber si está preparado para la educación superior.

Esta metodología ayudaría a que la permanencia en la universidad sea mayor, porque sería un proceso de admisión y ubicación que permita acompañar al estudiante en su plan académico.

Además, debería haber pruebas complementarias en campos como medicina e ingenierías porque es importante saber que los jóvenes tienen habilidades y destrezas para estas áreas.

Como lo determina la LOES, debe haber un proceso de evaluación establecido por cada universidad e instituto, en función de lo que cada institución quiera medir.

La admisión debe ser un proceso de ubicación para saber qué carrera debe seguir el estudiante y el nivel que tienen los aspirantes.

¿Las universidades están preparadas para implementar un proceso de ingreso?

El reglamento de la LOES permite que las universidades que todavía no se sientan preparadas puedan solicitar el apoyo de la Senescyt.

Hay muchas universidades que ya hacen sus propios procesos de ingreso. Es importantísimo conocer las necesidades de las universidades y acompañarlas porque nunca más va a haber un test que lo ofrezca la Senescyt.