Dos 'enclaves' de la coca colombiana están en la frontera con Ecuador
Las Naciones Unidas evaluaron la producción de coca en Colombia, en 2020 y aunque los sembríos se redujeron, se concentraron en zonas fronterizas.
Un integrante de la Policía colombiana fumiga un cultivo de coca durante una jornada de erradicación de cultivos ilícitos en zona rural de Tumaco, en diciembre de 2020.
EFE
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En 2020, el área sembrada con Coca en Colombia alcanzó 143.000 hectáreas. Esta cifra representa una reducción del 7% en relación con 2010 y del 27% con relación a 2017. Este último año fue el de mayor producción, según los datos históricos de organismos internacionales.
Colombia empezó una tendencia de reducción en sembríos de coca, en 2017 y se debe a las disminuciones sostenidas en zonas como Nariño y Putumayo, ambas fronterizas con Ecuador.
Estos datos son recogidos en la Encuesta de coca en Colombia 2020, un trabajo que fue desarrollado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
Entre otros, los técnicos de la Unodc entrevistaron a productores agropecuarios, cultivadores de coca, y entidades públicas colombianas.
Cuáles son los 'enclaves'
Dentro del estudio de la Unodc se resalta que -pese a la reducción de cultivos- desde hace cinco años se ha consolidado una concentración de los cultivos de coca. Y esto ocurre, sobre todo, en las zonas de frontera entre Colombia y Ecuador.
En 2019, hubo siete enclaves de cultivos que aglutinaron el 34% de la producción. Para 2020, en cambio, nueve sitios acumularon el 40,5% de los cultivos.
El objetivo de los grupos criminales del narcotráfico, para privilegiar la concentración de los cultivos por encima de la ampliación de los mismos, es lograr mayores productividades y encadenamientos productivos no solo en la fase de cultivo, sino también en la transformación en cocaína y el tráfico al exterior.
De los siete enclaves encontrados en 2019, el incremento sucedió, sobre todo, en tres. Se trata de la zona del Putumayo, fronteriza con la provincia de Sucumbíos en Ecuador. Así como en las zonas de Argelia-El Tambo (Cauca) y Valdivia-Tarazá-Cáceres (Antioquia).
Mientras que para 2020, los dos nuevos enclaves se ubican en las zonas de Orito-Vides, en Putumayo cerca a la zona de Sucumbíos; y de San Pablo-Taracué en el departamento de Bolívar, en el Caribe colombiano.
El crecimiento de la influencia en el mundo del narcotráfico de la frontera cercana a Sucumbíos, en Ecuador, no solo se evidencia en el incremento de la producción de Coca, sino también en la refinación en cocaína.
A finales de mayo de 2021, PRIMICIAS reportó que del lado ecuatoriano, desde 2017, al menos 15 laboratorios clandestinos de procesamiento de droga se han ubicado y deshabilitado en la frontera norte.
Antes, este tipo de estructuras se encontraban en provincias como El Oro, Manabí, Azuay y Guayas. A partir de 2017, hubo un giro en la economía ilegal del narcotráfico y la mayoría (15) de los laboratorios se encontró a las zonas selváticas de Esmeraldas, Carchi y, en Sucumbíos donde hubo 12.
El efecto de la pandemia
Según el trabajo de la Unodc, la pandemia -en su fase inicial- afectó a los cultivos de coca. Entre marzo y junio de 2020, las restricciones de circulación aumentaron el riesgo de ingresar a las zonas de cultivo, lo que llevó a una disminución de los precios de la pasta base de cocaína y al desinterés en la hoja.
Es así que el precio de la hoja y sus derivados se redujeron. La variedad de la hoja Chiparra (una de las mejores cotizadas en la región) se vendió en USD 0,63 por kilo. Mientras que en los últimos tres años el precio promedio osciló entre USD 0,63 y USD 0,78.
Adicionalmente, en algunas áreas de cultivos de coca, los grupos armados ilegales impusieron restricciones para el ingreso al territorio e incluso obligaron a la población a cumplir los toques de queda para evitar el contagio.
La ausencia de compradores influyó en la reducción entre 30% y 50% del precio de la pasta básica de cocaína. La pasta básica de cocaína en Antioquia se vendió a USD 312 por kilo. Mientras que en los últimos tres años el precio promedio en esta región osciló entre USD 390 y USD 547.
Entre julio y septiembre de 2020, en cambio, se reactivó paulatinamente el mercado de la coca. Con las nuevas medidas que empezaron a regir, la liberación del tránsito en las carreteras y la movilidad de la población, los compradores lograron ingresar a las zonas de cultivo y reactivar el mercado.
La estabilización del mercado de la coca y sus derivados en las zonas de cultivo ocurrió entre octubre y diciembre de 2020, y en estos meses los precios se recuperaron.
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