Seis provincias sufren los primeros efectos de la época invernal
Los primeros efectos de la época invernal se sienten ya en seis provincias del Ecuador. Vías destruidas, desbordamiento de ríos, calles anegadas, daños en infraestructura y personas fallecidas son algunos de los efectos de las lluvias en Pichincha, Guayas, Los Ríos, Cotopaxi, Santo Domingo y Cañar.
Efectos de las fuertes lluvias caídas el 30 de enero de 2022 en el cantón La Maná, en Cotopaxi.
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Esto resulta anormal, pues el Instituto Nacional de Metereología e Hidrología (Inamhi) esperaba que entre diciembre y enero inicie el Fenómeno de La Niña en el Pacífico Central, que causa temperaturas más frías y, por lo tanto, tiende a llover menos. Incluso se pensaba en un periodo de sequía.
Pero nada de eso ocurrió. El miércoles 26 de enero del 2022, el Instituto emitió una alerta de un incremento de precipitaciones en las provincias de la Sierra y la Costa.
Esa misma noche, en el cantón Durán el pluviómetro registró 116 milímetros de lluvias, cuando estaba previsto un máximo de 80 milímetros por día en Guayas. El resultado de esas lluvias fue inundaciones en Guayaquil y Durán.
En el cantón La Maná, en Cotopaxi, durante enero se acumularon 125 mililitros de agua. Lo que provocó que el río Pilaló se desborde y, por su fuerza, se lleve un tramo de la vía E35 Pujilí-La Maná, en el sector El Edén.
En ese mismo cantón, el río Quindigua inundó la parroquia Pucayacu, en donde las familias debieron ser evacuadas. Las lluvias también provocaron inundaciones en los cantones cotopaxenses de Pujilí, Pangua y Sigchos, este último quedó incomunicado por deslaves.
El fin de semana, las fuertes lluvias también afectaron los cantones Montalvo, Quinsaloma y Quevedo, en Los Ríos.
Mientras que en Cañar, hubo precipitaciones intensas en La Troncal, en donde se desbordó el río Bulu Bulu. No se reportaron víctimas, pero sí daños en la infraestructura: en el sector San Antonio, el agua se llevó un puente y dos comunidades quedaron aisladas.
Cambio repentino en las condiciones climáticas
El 31 de enero, en la mañana, el Inamhi alertó que las precipitaciones muy altas podrían causar inundaciones en 14 provincias del país, entre ellas Pichincha. La tarde de ese día ocurrió un aluvión en el sector La Gasca y La Comuna, en la zona urbana de Quito.
Este fue el evento más grave de todos los reportados, pues provocó al menos 23 personas fallecidas y 15 desaparecidas.
Bolívar Erazo, director ejecutivo del Inamhi, explicó en su cuenta de Twitter que entre octubre y diciembre del 2021, en las costas del Pacífico hubo un enfriamiento de la temperatura. Pero en enero del 2022, las aguas frente a las costas de Ecuador estuvieron más cálidas por los vientos que llegaron del norte.
Ese calentamiento y la humedad generaron las lluvias fuertes de los últimos días, pese a que se esperaba un periodo de sequía, según las primeras previsiones.
Ahora se proyecta que el océano Pacífico frente a la costa de Ecuador regrese a sus condiciones normales durante los meses de la época invernal, esto es hasta mediados de mayo.
Efectos del cambio climático
Blanca Ríos, investigadora de la Universidad de las Américas, explica que el incremento de las lluvias con tanta intensidad reafirma los efectos del cambio climático. “Son eventos que seguirán ocurriendo y con más fuerza”, asegura.
La investigadora indica que hay estudios que demuestran que la temperatura media anual en Quito aumentó 1,1 grados Celsius y que las precipitaciones van a incrementar alrededor de un 13% cada año. Esto sobre la base de datos recogidos desde hace 50 años.
La experta sostiene que las predicciones de cambio climático no se han tomado en cuenta para la toma de decisiones en la planificación de la ciudad. “No ha habido una política de proteger mejor las laderas, de crear infraestructura verde que ayude a retener estos caudales y evitar estas tragedias”.
Otro tema que explica los desastres que han ocurrido en los últimos días en el país es la estructura de los suelos, indica Ríos.
“Vivimos en un país muy volcánico. Los suelos son jóvenes y más propensos a deslaves, muchos ocurren de forma natural, pero eso también exige que la prevención de desastres sea tomada en cuenta en cualquier obra”, añade.
Por eso, un tercer factor que, a criterio de la investigadora, incide en lo que está ocurriendo actualmente es la mala planificación y un crecimiento desordenado de las ciudades.
Para ella es importante que las autoridades municipales usen la información científica para tomar acciones que mitiguen el cambio climático:
“Hay que empezar a pensar en reubicar casas, aumentar áreas de bosque (…) Hay que repensar la ciudad para tener estos espacios donde se puedan contener estos caudales de tormenta, como parques y humedales de retención”.
Según las predicciones del Inamhi hasta el 2 de febrero, se esperan lluvias de alta intensidad y tormentas eléctricas en el interior del Litoral, con énfasis en Santo Domingo de los Tsáchilas y Guayas.
“Es posible que aumenten los caudales de los ríos e incluso exista desbordamientos de los mismos en las zonas afectadas”, dice el boletín emitido por el Inamhi.
En el Austro el problema es la sequía
En el Austro las precipitaciones han sido leves, como estaba previsto. En Cuenca, los niveles de los ríos se mantienen bajos y eso ha producido desabastecimiento en los sistemas comunitarios de agua potable.
Las previsiones dicen que la sequía se sentirá con más fuerza en los cantones azuayos Nabón, Oña, Pucará, Santa Isabel y Girón, que se encuentran en la Cuenca del río Jubones.
Para los primeros días de febrero, el servicio meteorológico sí prevé lluvias en algunas ciudades, como Cuenca y Cañar. Ante eso, Milton Benítez, coordinador de la zonal 6 de Gestión de Riesgos, asegura que hay un monitoreo permanente a los ríos que tienen sistemas de alerta temprana para evitar inundaciones.
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