Santa Elena, entre la pobreza y la desnutrición a 15 años de ser provincia
Luego de 15 años de provincialización, el índice de pobreza en Santa Elena llega a 34,36%, mientras que la media nacional es de 28,85%.
Agricultores de la provincia de Santa Elena. Colonche, 11 de noviembre de 2020.
Carolina Mella
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Santa Elena cumplirá 15 años desde que dejó de ser parte de Guayas para convertirse en la provincia número 24 de Ecuador.
Con el voto afirmativo de 57 diputados del Congreso, Santa Elena logró su independencia, tan ansiada por los peninsulares que pedían con ilusión un próspero desarrollo, que se ha truncado con el tiempo.
En la actualidad, la provincia está marcada por las brechas de pobreza y desnutrición infantil crónica. En Santa Elena, el 36,4% de los niños menores de cinco años están desnutridos, un porcentaje superior que el promedio nacional que afecta al 23,01% de la niñez.
El 7 de noviembre de 2007, la provincia de Santa Elena nació con tres cantones: Salinas, La Libertad y su capital Santa Elena.
Lo primero que ganó fue la descentralización, explica Jimmy Pinoargote, quien fue presidente de la comisión interinstitucional que manejó Santa Elena durante los primeros meses, hasta que se eligieron las autoridades.
“Ya no debemos viajar a Guayaquil para matricular el vehículo, sacar la licencia de conducir o refrendar un título educativo, ahora lo podemos hacer aquí en Santa Elena, administrativamente avanzamos mucho”, dice Pinoargote.
La diferencia más importante estuvo determinada por los recursos económicos y la inversión que se generaría directamente por el Gobierno Provincial que administraría fondos para los tres cantones, donde consideran que ha sido ampliamente beneficiados.
Por ejemplo, en los cinco años previos a la provincialización, la inversión era la siguiente:
"El cantón La Libertad recibió USD 500.000 en obras. En Salinas, USD 800.000 y Santa Elena, que era el área rural más amplia, recibió alrededor de USD 4 millones; es decir que se destinaron USD 5,3 millones", cuenta Pinoargote.
Hoy, dice, el presupuesto del Gobierno Provincial está por encima de los USD 45 millones anuales.
Pero provincializar un territorio tiene un costo, porque hay que crear toda una estructura institucional, nombrar autoridades, hacer planes de desarrollo, y esto último es lo que más ha faltado, añade Ana Triviño, quien fue la primera gobernadora y prefecta de Santa Elena.
“Faltó visión de desarrollo como provincia y articulación entre los tres municipios, esa es todavía una tarea pendiente, porque cada uno actúa por su lado”, asegura Triviño.
"Santa Elena ha logrado avanzar, no lo hubiera hecho si continuaba como un apéndice de Guayas, que también tiene sus problemas".
Ana Triviño
Dentro de la propuesta de provincialización, el motor económico de Santa Elena estaba enfocado en el turismo.
Se construyó hasta un aeropuerto, que ahora es un 'elefante blanco', donde ya no llegan aviones con turistas, sino avionetas privadas.
“La Senplades, en su momento, dispuso que la oficina central de turismo debía ser en Salinas, pero después se convirtió en una coordinación. Aquí ya no se toman decisiones, sino en la zonal o en Quito, lo mismo ocurre con el transporte. Los espacios que se habían ganado se perdieron por decisiones del Ejecutivo”, dice Pinoargote.
Así, la promesa de convertirse en el primer destino turístico del Pacífico Sur en los siete años de ser provincia se diluyó.
Tampoco se construyeron cinco muelles prometidos para toda la provincia y la estación de gas licuado de petróleo de Monteverde no opera a su total capacidad. Por lo tanto, no sirve para la generación de más empleos.
“En estos casi 15 años, se le queda debiendo mucho a la provincia", confiesa el actual gobernador de Santa Elena, Fulton Anchundia.
Y cita ejemplos: "Ni siquiera se ha construido una casa de la Gobernación, no tiene una infraestructura en salud acorde a la población, no tenemos un centro médico forense, ni un centro de detención provisional”.
Justas necesidades, a pesar de que Santa Elena es una de las 10 provincias con la tasa más alta de crímenes violentos. En 2022, esta llegó a 9,1%, según estadísticas de la Policía.
Para el gobernador, la situación de la provincia se debe a “la desatención de los gobiernos centrales de turno y el poco interés de los que han sido designados y los de elección popular”.
Y esto se refleja en la estadísticas del sector social, donde el 34,26% de su población es pobre, por encima de la media nacional que es de 28,85%.
Solo el 61,90% de los santaelenenses tiene acceso a servicios básicos, cuando la media del país ya alcanza más del 68%.
En el país, el 9,61% de la población vive en hacinamiento.
Sin embargo, en Santa Elena el 17,88% está en esa situación; es la tercera provincia del país con más hacinamiento, lo que se suma a los serios problemas estructurales que no han sido resueltos, pese a contar con más independencia y recursos gracias a su provincialización.
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