El caos reina en la revisión y matriculación vehicular de Quito
La concejal Mónica Sandoval plantea al Municipio suspender la revisión vehicular en 2022 y retomarla en 2023, cuando se hayan organizado los procesos y ajustado el sistema.
Autos hacen fila en el Centro de Revisión Vehicular Los Chillos, en Quito, el 29 de agosto de 2022.
Jonathan Machado / Primicias
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Todo empezó con un retraso de medio año, por la falta de un contrato. El proceso de revisión técnica vehicular en Quito, que debía empezar en febrero, inició en 2022 en julio. Desde entonces todo ha ido tan mal como era posible.
La matriculación vehicular en 2022 ha resultado caótica. Desde horas de espera hasta que el sistema permita la obtención de un turno, hasta horas de filas para obtener el sticker que certifica la aprobación del proceso y permite la circulación.
Ambos son trámites que hasta 2021 se solventaban en minutos.
Mateo Cárdenas permaneció tres horas la mañana de 29 de agosto frente a su computadora intentando obtener un turno para cumplir el proceso de revisión técnica vehicular. La espera fue inútil porque los siete centros de revisión tenían todos los turnos copados.
Cárdenas está resignado a pagar la multa de USD 25 por calendarización y de USD 25 por no matricular su auto a tiempo, "es imposible siquiera tomar un turno", se lamenta.
Casos como el suyo se multiplican y publican a diario en redes sociales. Cientos de propietarios de vehículos se han volcado para mostrar su descontento por el pésimo manejo que ha dado la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) a un trámite tan elemental.
Muchos ciudadanos denuncian haber pasado semanas intentando obtener una cita. Karina Donoso asegura haber intentado al menos 100 veces obtener una cita desde julio.
La concejala y vicepresidenta de la Comisión de Movilidad, Mónica Sandoval, considera que la única salida para evitar el caos que ha generado la revisión vehicular es suspender el proceso para los autos privados en 2022 y retomarlo en 2023, cuando todos los sistemas y procesos se hayan organizado.
Ella propone que este año se haga una excepción y solo "los buses de transporte público y los vehículos de transporte escolar deberían cumplir la revisión".
Su argumento es que "ya no hay tiempo suficiente para hacer la revisión vehicular. Se necesitan 25 líneas (espacios donde ingresan los autos para la revisión) para los vehículos livianos y solo hay 17", dice.
Antes de la pandemia de Covid-19, este proceso arrancaba en febrero de cada año y se extendía hasta diciembre. En 2022, empezó el 5 de julio, es decir, seis meses más tarde de lo habitual.
Según Sandoval, si el municipio no suspende la revisión vehicular, debería emitir una ordenanza que elimine las multas a quienes no puedan hacer este proceso. "Los usuarios no deben pagar la ineficiencia del municipio", repite.
Datos de la AMT muestran que los propietarios de 115.912 vehículos se han presentado a la revisión vehicular hasta el 29 de agosto de 2022. De estos, 79.315 aprobaron el proceso y 36.597 deben volver a presentarse luego de superar el daño detectado.
Se estima que en 2022 un total de 475.000 vehículos que deben aprobar la revisión técnica vehicular para circular en Quito.
Entrega de stickers
El agendamiento de turnos es apenas uno de los problemas que deben superar los propietarios de autos dentro del proceso de revisión técnica vehicular.
Quienes obtuvieron un turno y aprobaron la revisión deben esperar varios días para recibir el sticker que avala el cumplimiento de este trámite. Antes, el distintivo se pegaba a la salida del centro de revisión al mostrar los papeles de aprobación.
La concejala Mónica Sandoval explica que la demora en la entrega de los adhesivos se debe a que la AMT tuvo problemas con el proveedor. "La oferta de la AMT fue enviar los stickers a la casa de los usuarios, pero eso no ocurrió", dice.
En cambio, la entidad optó por enviar un correo electrónico a los conductores para que acudan al Parque Bicentenario a retirar los stickers. Eso ha provocado un nuevo cuello de botella.
El domingo 28 de agosto, cientos personas que llegaron en sus autos para retirar los adhesivos formaron filas de más de 10 cuadras en los alrededores del Parque Bicentenario, causando congestión vehicular.
"Hice fila de dos horas y media y se demoraron un minuto en pegar el sticker", se lamenta la conductora Paulina Martínez.
La concejal Mónica Sandoval considera que el Municipio debe firmar un contrato de largo plazo con una empresa que garantice un proceso con tecnología de punta y la creación de más puntos de revisión vehicular "porque los siete que funcionan actualmente no son suficientes".
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