Municipio de Quito maneja en reserva opciones para nuevo relleno sanitario
La Empresa de Gestión Integral de Residuos Sólidos enfrenta tres problemas sobre el tratamiento de los desechos de Quito. El relleno sanitario de El Inga está próximo a cumplir su vida útil.
Funcionarios del Ministerio del Ambiente y de la Emgirs en una de las piscinas del relleno sanitario, el 7 de julio de 2021.
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El Municipio de Quito trabaja a contrarreloj para solucionar los problemas ambientales que persisten en el relleno sanitario desde 2019.
La gerenta de la Empresa de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), Silvana Hernández, reconoce que es una tarea difícil, pues esa entidad enfrenta tres grandes problemas con el tratamiento de la basura en Quito:
- La falta de espacio en el área conocida como cubeto, que es donde se deposita la basura y que luego es rellenada con tierra. Además de la demora en el proceso para la construcción de un nuevo cubeto en El Inga.
- La falta de tratamiento de lixiviados en el actual relleno, que son los líquidos que produce la descomposición de los residuos.
- La dificultad de encontrar un terreno para la construcción de un nuevo relleno sanitario de la ciudad.
El primero es el más preocupante porque el cubeto 10, que es el que recibe las 2.200 toneladas de basura que produce diariamente la ciudad, ya no tiene capacidad para más desperdicios.
Hernández admite que "ese cubeto, prácticamente, terminó su vida útil y actualmente estamos haciendo disposición en áreas aprovechables que tiene el relleno".
La funcionaria se refiere a los espacios que se usan en situaciones de emergencia cuando los cubetos se quedan sin espacio.
La Emgirs tiene previsto seguir utilizando esta metodología de emergencia, al menos hasta 2023, cuando entraría a operar el cubeto 11, el último del actual relleno sanitario. El problema que es que el proceso para construirlo ni siquiera ha empezado.
Hernández dice que la empresa municipal trabaja en la creación de los parámetros técnicos que permitan empezar la fase precontractual.
El concejal y miembro del directorio de la Emgirs, Eduardo del Pozo, afirma que esas áreas aprovechables solo pueden recibir la cantidad de basura que produce Quito durante unos ocho meses. Él considera urgente la construcción del cubeto 11.
La concejala Andrea Hidalgo, también miembro del directorio de la Emgirs, asegura que además falta transparencia. "He solicitado información en reiteradas ocasiones y solo he recibido silencio como respuesta".
Quienes no guardan silencio son los 10.000 habitantes de las comunidades que viven en los alrededores del relleno.
Uno de sus representantes, Leonel Ramírez, asegura que "los olores de la basura llegan hasta las comunidades y han ocasionado problemas de salud en niños y en personas de la tercera edad".
Lixiviados, sin tratamiento desde 2019
En el relleno sanitario de Quito permanecen almacenados más de 143.000 metros cúbicos de lixiviados que no han recibido tratamiento desde el último trimestre de 2019.
En agosto de 2021, la Emgirs adjudicó un contrarto de USD 4 millones al Consorcio Green Globe para tratar 182.500 metros cúbicos de lixiviados.
Pero han pasado más de siete meses y ese proceso no inicia. La gerenta de la Emgirs, Silvana Hernández, explica que la empresa ya instaló la planta de tratamiento y "está haciendo los últimos ajustes para vaciar las piscinas en las que están los lixiviados".
Mientras tanto, los 400 metros cúbicos diarios que producen las 2.200 toneladas de basura son tratados parcialmente por la propia Emgirs.
Sin embargo, la empresa municipal no tiene los permisos del Ministerio del Ambiente para descargar los lixiviados al río Inga. "Lo que hacemos es utilizarlos en tareas de riego en el mismo relleno. Lo que no usamos se almacena en las piscinas", dice la funcionaria.
Ante las fuertes lluvias que ha soportado la Quito en las últimas semanas, la Emgirs tuvo que construir una piscina extra para depositar los lixiviados y evitar un posible derrame.
Con esta medida, la entidad quiere evitar una nueva multa como la que recibió el 28 de enero de 2022, cuando el Ministerio del Ambiente le impuso una sanción de USD 127.500 al ser declarada responsable de infracciones ambientales.
Según la autoridad ambiental, "se verificaron hallazgos e incumplimientos a los planes de acción, planes de manejo ambiental y licencia ambiental".
Además, indica que "se demostró que sus plantas de tratamiento no funcionan adecuadamente, pues en varias inspecciones en distintos periodos de tiempo, dichas plantas se encontraban paralizadas".
Hernández dice que la Emgirs está adecuando sus procesos para cumplir con las normas ambientales y que el ministerio le permita descargar los lixiviados tratados al río Inga.
Nuevo relleno sanitario
Otro problema que enfrenta la Emgirs es la búsqueda del terreno para la construcción del nuevo relleno sanitario.
Los cálculos de la entidad apuntan a que ese nuevo relleno empiece a operar en 2024. "Parece mucho tiempo, pero en realidad es poco por lo que conlleva la contratación de las obras y su ejecución", admite Silvana Hernández.
Según la gerenta de Emgirs, "manejamos tres opciones para la ubicación del nuevo relleno sanitario. No podemos adelantar cuáles son porque no queremos anticipar problemas con los habitantes de esos sectores".
Lo que sí dice es que la actual administración municipal "dejará escogido el lugar para que la próxima alcaldía implemente el modelo de gestión sobre el manejo de la basura".
Hernández considera que el nuevo relleno debería convertirse en un complejo ambiental en el que la basura sea tratada de forma responsable. "Actualmente, solo recuperamos el 1% de los desechos para alguna actividad productiva, lo ideal sería aprovechar al menos el 20%", explica.
El concejal Eduardo del Pozo dice que la situación que atraviesa el relleno demuestra que ha habido falta de planificación por parte de la Emgirs.
"El cubeto 11 ya debería estar funcionando, mientras se elige la ubicación del nuevo relleno".
Eduardo del Pozo
El concejal dice que tampoco se ha definido lo que el municipio quiere hacer con la basura cuando termine la vida útil del actual relleno. "Vamos a seguir enterrando la basura, vamos a incinerarla o vamos a tratar de sacarle provecho para beneficio de la ciudad", se pregunta.
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