Llega la recompensa de las largas filas para 228 'soldados azules' de Emaseo
De los 18.000 postulantes, la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) eligió a 228 que calificaron para el cargo de ayudantes de recolección. El 17 de octubre recibieron sus contratos indefinidos.
Durante la entrega simbólica de los contratos indefinidos.
Emerson Rubio / PRIMICIAS
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Para ser un 'solado azul' se necesita "vocación de servicio, compromiso con la ciudad y entereza para vencer obstáculos", dice Francisco Poveda, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) de Quito, frente a un auditorio que revienta en aplausos.
Del otro lado, están las 228 personas que obtuvieron el cargo de ayudantes de recolección y servicios de aseo, a ellos Emaseo los llama 'soldados azules' en alusión a sus uniformes y a la defensa que hacen día a día por la limpieza de Quito.
El 17 de octubre de 2022, sus familias los acompañan durante la entrega simbólica de los contratos indefinidos en el Teatro Nacional Sucre, en el Centro Histórico.
No fue sencillo conseguir el empleo, evocan los hermanos Jordy y Deysi Chango.
Ellos fueron parte de los 18.000 postulantes que hicieron largas filas en Emaseo, el 14 y 15 de julio de 2022, para dejar sus hojas de vida.
Esa masiva convocatoria ocurrió luego de que la empresa abriera la convocatoria que desnudó la cruda realidad de la falta de empleo que adolece el país. En Ecuador, 5,7 millones de personas no tienen un empleo adecuado.
Muchos de los flamantes contratados llevan años buscando trabajo sin resultado, como Deysi, una madre soltera de 27 años que debió aceptar contratos ocasionales durante 36 meses.
"Gracias a Dios ya tenemos trabajito", dice Jordy, de 24 años, después de fundirse en un abrazo con Geovanny Chango, su padre y el presidente de los recicladores de Quito, en los pasillos del teatro. Están contentos con la oportunidad y tienen claro cuál es su responsabilidad.
Es una oportunidad
Les dicen 'soldados azules' porque su uniforme es azul. Además, porque sus jornadas son extenuantes. De lunes a viernes trabajan ocho horas y los fines de semana, cinco. Descansan apenas un sábado y domingo al mes. Su salario, sin horas extras, es de USD 527.
Para obtener el puesto, el proceso, al que los flamantes 'soldados' califican como transparente, tardó cuatro meses. Hubo pruebas de conocimiento, físicas y entrevistas.
El 23 de septiembre se publicó la matriz con los nombres de quienes obtuvieron más de 75 puntos sobre 100. Los ganadores del concurso al mérito.
"Ninguno está aquí porque es pana del alcalde o del gerente", señala en su intervención el alcalde Santiago Guarderas, quien presidió el evento.
Se enfrentan a la discriminación
Daniel Collaguazo, de 32 años, confiesa que sí fue un proceso bien "ajetreado". "Eran colas que no tenían fin solo para postular", recuerda del día en el que entregó su carpeta. Pero sabe bien que los retos no terminan con haber conseguido un contrato indefinido.
Ahora, su vocación se vuelca a las calles, donde deberán barrer (recorren hasta 3,5 kilómetros por día), recoger los desechos de la gente y enfrentarse a la discriminación, lamenta Collaguazo, quien estudió hasta el tercer trimestre de la carrera de Electromecánica.
"La gente piensa que porque estamos con uniforme y pagan impuesto puede discriminarnos", señala el hombre que durante dos años no tuvo trabajo.
Blanca Morales, de 38 años, coincide con Collaguazo: "hace falta llegar a la conciencia de las personas".
Ella no trabajó seis años, pues no encontró dónde. Las puertas se le cerraron después de laborar en la Fundación Mosquera. Hoy, acompañada de sus familiares, no deja de sonreír, pues sabe que un ingreso mensual fijo aliviará su economía.
Las mujeres no se amilanan
Con los 228 nuevos integrantes, Emaseo cuenta con 1.661 'soldados azules'. Aunque antes se pensaba que era un trabajo solo para hombres, las mujeres han ganado un rol importante en la recolección de basura. Así lo cree Mónica Rodríguez, de 39 años.
La mujer ha trabajado para la empresa de aseo desde hace dos años y medio, pero con contratos ocasionales.
Esta vez, para conseguir uno indefinido, debió concursar como todos los demás. Obtuvo 100 puntos, así como su compañera Lidia Narváez, quien considera que en el mundo de la recolección de basura aún hay "machismo".
Ambas han demostrado que son capaces de cumplir con el trabajo. Incluso con los obstáculos: "La gente nos margina", lamentan.
Además, en Quito, no todos los ciudadanos saben cómo deshacerse de sus desperdicios. En ocasiones, encuentran vidrios o jeringas que ponen en riesgo a los recolectores.
Pero lo olvida cuando recuerda que tiene empleo y que gracias a este ha conocido la ciudad. "Me siento feliz", concluye.
La primera orquesta de Emaseo toca de fondo. Todos se abrazan, aplauden, el alcalde Guarderas baila; los familiares, todos engalanados, dejan el teatro.
Mientras tanto, los 'soldados azules' se alistan para su primer día en su nuevo empleo.
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