Rastreo de contactos, un punto débil en el combate a la pandemia
Esta herramienta ha ayudado a que países como Corea de Sur controlen la pandemia. En Ecuador no hay un sistema articulado por el Ministerio de Salud o alguna otra entidad nacional.
Personal del Ministerio de salud y vigilantes comunitarios recorren el sur de Quito, el 15 de julio de 2020.
MSP
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Los epidemiólogos consultados por PRIMICIAS coinciden en que el rastreo de contactos es una de las principales herramientas para evitar la dispersión del virus SARS-CoV-2 entre la población. Junto al uso constante de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado de manos.
Esa estrategia es muy eficiente porque permite identificar a las personas en riesgo de contagio, por el contacto directo y cotidiano con un paciente infectado, apunta Alberto Narváez, epidemiólogo de la Universidad Central.
Este seguimiento es importante cuando los contagios en un territorio están en crecimiento, como ocurre actualmente en muchos países de Europa. La experiencia europea ha generado inquietud en América Latina, donde la primera ola fue devastadora en términos sanitarios y económicos.
La referencia en el rastreo de casos durante esta pandemia está en Corea de Sur, cuyo sistema se basa en dos pilares:
- Rastreadores van de casa en casa preguntando a las personas si tienen síntomas para practicarles una prueba y aislarlos si es necesario.
- El uso de la tecnología: una aplicación móvil, el uso de las tarjetas de crédito y la instalación de cámaras en los barrios ayudan a identificar los contactos de las personas que tienen Covid-19.
Falta de interés oficial
El problema en Ecuador -dice Narváez- es que no hay un sistema articulado de rastreo, manejado y monitoreado por el Ministerio de Salud.
"El Ministerio de Salud (MSP) abandonó el proyecto de rastreo de contactos que estábamos aplicando en Quito", dice el epidemiólogo de la Universidad Central.
El médico recuerda que 500 rastreadores, entre estudiantes, médicos y enfermeras, que se capacitaron virtualmente en el hospital Larkin de Miami y no pueden trabajar porque no tienen las herramientas necesarias.
"No tienen una línea de teléfono para hacer el seguimiento a los pacientes y sus contactos. Salud no tiene interés en que esta estrategia tenga éxito", dice.
El profesor de la Universidad de las Américas (UDLA), David Larreátegui, agrega que "el fraccionamiento del sistema de salud impide que exista una estrategia que permita aplicar el rastreo de contactos a escala nacional".
Según Larreátegui, el seguimiento de contactos y la disciplina ciudadana, podrían ayudar a minimizar una nueva alza en los contagios.
Por ahora, la pandemia está lejos de ser controlada. "No se sabe con certeza dónde están los contagiados y peor aún sus contactos", dice. El único intento que tuvo el Ministerio de Salud para rastrear contactos fue a través de la app ASÍ.
Sin embargo, las autoridades no han entregado información sobre el uso, o la eficacia de la herramienta, ni sobre el número de contactos que ha detectado, destaca Larreátegui.
PRIMICIAS solicitó la versión del Ministerio de Salud, pero no obtuvo respuesta.
Una estrategia aislada
Ante la falta de un sistema nacional de rastreo, el Municipio de Quito sumó a 200 rastreadores comunitarios que utilizan un teléfono para comunicarse con los casos positivos que aparecen en la ciudad.
El objetivo es que el paciente recuerde la mayor cantidad de personas con las que tuvo contacto para alertarlos de que pudieron hacerse contagiado. Los contactos son sometidos a pruebas diagnósticas y al aislamiento.
Según la Secretaría de Salud, los rastreadores monitorean los casos positivos y a sus contactos en toda la ciudad. En función de la gravedad de la sintomatología, una de las 34 brigadas móviles que tiene la institución llega a los domicilios para realizar pruebas PCR o solicitar atención médica en un hospital.
El epidemiólogo Alberto Narváez dice que la Universidad Central tiene previsto capacitar a unos 200 líderes barriales para que también se conviertan en rastreadores en parroquias del norte y sur de la ciudad.
Los 'supercontagiadores'
Una investigación publicada por el diario El País explica que la necesidad de rastrear los contactos se debe a que la mayoría de contagios de Covid-19 son producidos por pocas personas (supercontagiadores) en eventos concretos como una reunión familiar.
Es por eso que se torna importante controlar los eventos en los que se detectaron los contagios, además de conocer los clústers, que es como se denomina a los grupos de personas donde se originan los contagios.
La dificultad de este método es que exige mucha rapidez. Si pasan más de tres días desde la aparición de síntomas hasta la prueba y el aislamiento, el rastreo dará pocos frutos, refiere la publicación.
Los otros contagiados por el 'supercontagiador' serán más difíciles de localizar y habrán tenido muchas oportunidades de transmitir el virus.
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