El profesor Vaca sobrevivió al olvido y a la masacre en la Penitenciaría
El profesor Iván Vaca estuvo dos meses en una celda del pabellón 5 de la Penitenciaría, donde se produjo la masacre de 119 personas el 28 de septiembre de 2021.
El profesor Iván Vaca celebra el habeas corpus concedido por un juez en Guayaquil, el 26 de octubre de 2021.
Twitter de José Luis Macas
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Fueron noches sin dormir. El estruendo de los disparos y los gritos de los prisioneros, que suplicaban por sus vidas ante los ataques de bandas delincuenciales en el pabellón 5 de la Penitenciaría del Litoral, lo tenían aterrado.
El 28 de septiembre de 2021, cuando comenzó la masacre en ese centro carcelario, donde murieron 119 personas, el profesor Iván Vaca, de 81 años, estaba internado en el Hospital Guayaquil por problemas cardíacos.
Pero regresó a la cárcel dos días después, cuando los enfrentamientos entre los detenidos continuaban y las autoridades pugnaban por controlar a los violentos.
Vaca cumplía una sentencia de 5 años de cárcel por la muerte de un motociclista en un accidente de tránsito en 2017, compartiendo celda con peligrosos delincuentes en el mismo pabellón donde Tiguerones y Lobos masacraron a sus rivales Choneros.
La Penitenciaría se convirtió en su casa desde el 21 de agosto de 2021, luego de un largo proceso judicial.
Ni su edad ni las 8 enfermedades graves que padece -entre ellas Parkinson, diabetes, malformación cardíaca, glaucoma y daño renal crónico- impidieron que se enfrentara a la justicia por la muerte de Andrés de la Torre, de 47 años.
Por su estado de salud, Vaca debía tener una dieta especial, pero había días en los que ni siquiera les daban de comer, en especial cuando se producían los amotinamientos. En el de septiembre, pasó tres días sin probar alimentos.
Esto empeoraba su situación, ya que de las tres medicinas diarias que debía tomar para la diabetes, en la cárcel solo tenían una. Su corazón latía al ritmo de las balas que se disparaban en los pabellones de la Penitenciaría.
Su última hija, Ivana, cuenta que Vaca "estaba preocupado, pasó días sin dormir, desesperado porque no sabía qué podía pasar en cualquier momento".
Cuando no tenía que protegerse de las balaceras, Vaca mataba el tiempo conversando con sus compañeros de celda.
Añoraba a los 10 hijos que tuvo en tres compromisos y recordaba días felices en la Academia Naval Almirante Illingworth (ANAI), en Guayaquil, donde dio clases por 50 años.
Al final, ahí no hay casi nada que hacer. En esas charlas, y en medio de la crisis carcelaria, se le ocurrió grabar un video para enviar un cariñoso mensaje a su familia.
"Estoy listo para lo que venga, si debo salir, lo haré estoicamente. Son tropezones que da la vida, hay que aprender a levantarse de la caída", les dijo. Esa imagen, que se viralizó en redes sociales, fue su boleto de salida de un infierno al que no quiere regresar.
Sus exalumnos, entre ellos el jurista Lenin Duque, decidieron tomar su caso y buscar el indulto gubernamental, una propuesta que surgió como alternativa para reducir el hacinamiento en la Penitenciaría, que en la actualidad alcanza el 60,20%.
El habeas corpus
La Defensoría Pública presentó un pedido de habeas corpus para Vaca y de inmediato un juez pidió que se elaborara un informe médico como medida cautelar.
El argumento del defensor público fue que la Penitenciaría no cuenta con los insumos para hacer los análisis requeridos, por lo que hace una semana, el profesor fue trasladado al Hospital Monte Sinaí, en Guayaquil, donde permanece estable.
Una vez que se le concedió el habeas corpus, el 26 de octubre, Vaca debe esperar tres días hasta que se realice un informe técnico de la casa donde cumplirá los 4 años que le quedan de condena.
La vivienda que habitará con uno de sus hijos y su nieta está ubicada en el sur de Guayaquil y tendrá custodia policial las 24 horas. Solo podrá salir por una emergencia médica.
El abogado Duque aclara que Vaca "no está libre, hay una sentencia ejecutoriada que debe cumplir".
Cuenta que el Servicio de Atención a Privados de la Libertad (SNAI) propuso su traslado a la cárcel de Tungurahua, donde existe un pabellón para personas con enfermedades crónicas.
"Se consultó al SNAI si en ese pabellón puede estar una persona sentenciada por tránsito con delincuentes de alta peligrosidad, pero no supo responder".
Lenin Duque, abogado del caso.
Por eso el juez no consideró el planteamiento del SNAI y aceptó el habeas corpus, un proceso constitucional de inmediata resolución.
Vaca también deberá pagar USD 80.000 a la familia del motociclista fallecido como parte de los daños causados y la Asociación de Exalumnos de la Academia Naval ya trabaja para conseguir los fondos.
El "profe", como le dicen sus estudiantes, cosecha lo que sembró, haberles enseñado que solo el amor al prójimo construirá una sociedad justa y solidaria.
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Iván Vaca, de 81 años, está en la Penitenciaría del Litoral por un accidente de tránsito. En ese mismo complejo operan líderes de peligrosas bandas.
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