Pablo Robayo, el profesor que busca computadoras usadas para sus alumnos
En medio de la pandemia Pablo Robayo tiene una misión: conseguir 120 computadoras para que sus alumnos puedan seguir las clases virtuales. Hasta el momento, ha recaudado 30 equipos.
Computadoras recibidas por el proyecto solidario Nur Tech
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"La razón de ser de la educación es transformar la sociedad. En nuestras manos está tener un delincuente o un ser que contribuya a la sociedad". Con ese pensamiento, Pablo Robayo comenzó a recolectar computadoras para los alumnos de informática que no tienen una.
Robayo, coordinador de la carrera de desarrollo de software en un instituto en Quito, notó de que el inicio de las clases virtuales en la Sierra para el ciclo 2020-2021 era un problema para los alumnos.
Esto ocurría porque gran parte de ellos no tenía un computador, o compartía un equipo entre varios hermanos. Es más, muchos únicamente usaban un celular para hacer las tareas.
De hecho, según datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), en 2019 solamente cuatro de cada 10 ecuatorianos tenía acceso a una computadora.
"En 2019, el porcentaje de personas que utilizan computadora disminuyó 9,0 puntos porcentuales a nivel nacional y en el área urbana; y 9,3 puntos en el área rural", señala el INEC.
Robayo hizo su propio estudio en el "Instituto Superior Tecnológico de Turismo y Patrimonio Yavirac", donde es profesor. Se dio cuenta de que necesitaba 120 computadoras para sus alumnos.
Al principio, requerían 20 computadoras para los alumnos de desarrollo de software, pero luego se amplió el mapeo a otras áreas como la de turismo y se llegó al número final.
La campaña "Nur Tech"
Por capacidad y aforo, el uso del laboratorio de computación del instituto no era una solución real para el problema. Por ello comenzó su campaña en redes sociales, para lo cual bautizaron a su programa como Nur Tech.
"Nur es una palabra persa que significa luz. Es la luz de Dios, la luz de la sabiduría", expresa Robayo.
Las primeras dos computadoras que recibieron fueron donadas por 'La Chico'. Ella es una tuitera que hizo una colecta similar para equipar un aula virtual en los páramos de Riobamba. Luego se unió el colegio Rousseau de Quito.
Cada equipo es revisado, formateado y cargado con programas antes de llegar a sus nuevos dueños. Los más viejos o dañados son "canibalizados" para armar uno nuevo.
Así, de donación en donación, han conseguido entregar 30 equipos y buscan muchos más, por lo que siguen receptando ayuda.
Según Robayo, en Quito y Guayaquil deben existir al menos 20.000 equipos en desuso. "Es un equipo que fue reemplazado y que a estos usuarios avanzados no les sirve, pero en hogares de escasos recursos significan continuar los estudios o no", dice el docente.
Los ubers y los tecnos
A la iniciativa de Nur Tech se sumó otro profesor, Hernán Mejía y el alumno Daniel Vaca. Ellos son los encargados de limpiar, reparar, actualizar los equipos. Se los conoce como 'los tecnos', por la misión concreta que hacen.
Del otro lado están 'los ubers', como se llaman a los voluntarios que van a retirar las donaciones. Ellos llevan los equipos a 'los tecnos' y luego las entregan a los beneficiarios finales.
Entre 'los ubers', están Robayo, su esposa y un hermano.
"Nunca vamos solos con las computadoras, por seguridad", sostiene el maestro.
Al equipo se sumaron Andrea Ocaña, con su esposo, y Stella Maris Crespo en Guayaquil, que reciben las computadoras, las formatean y las donan en Chongón.
"Es nuestro granito de arena para la sociedad. Es satisfactorio ver que se les da la posibilidad de seguir con sus estudios", finaliza Robayo.
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