Profesionales se reinventan para enfrentar el desempleo que provocó la pandemia
El profesor de natación, Christian Rojas, durante una clase privada de natación, el 8 de enero de 2021.
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Desde que empezó la emergencia sanitaria en el país, alrededor de 591.000 contratos laborales terminaron, según los datos que maneja el Ministerio de Trabajo. Los empleos perdidos corresponden a obreros, choferes, maestros y, en general, a profesionales de distintas ramas que pasaron al desempleo.
Muchos apostaron por los más variados emprendimientos para generar ingresos para sus hogares. Los maestros, por ejemplo, hallaron en la tecnología una aliada para dictar cursos o talleres particulares.
Entre la tecnología y el uso estricto de medidas de bioseguridad para las actividades presenciales, los cursos privados se han convertido en una opción para mantener la economía familiar, al menos mientras la economía se recupera.
Christian Rojas, un entrenador de natación con 22 años de experiencia, es un reflejo de estos emprendimientos docentes. En medio de la pandemia fue despedido del colegio en el que trabajó por seis años.
La falta de ingresos fijos hizo que tampoco pueda pagar el arriendo de la piscina en la que daba clases particulares con las que redondeaba sus ingresos.
Con las alternativas habituales cerradas decidió dar clases particulares a domicilio. Además, con el dinero de su liquidación más un crédito bancario construyó una pequeña piscina en su casa para ofrecer cursos a quienes no tienen piscinas en sus conjuntos, edificios o casas.
Para minimizar el riesgo de contagio, Rojas utiliza una mascarilla y un visor durante toda la clase.
Los niños también deben cumplir con un protocolo de bioseguridad. Deben lavarse las manos y permanecer con la mascarilla hasta ingresar a la piscina.
El emprendimiento, dice este profesor, ha crecido en los últimos meses. Pasó de tener cinco estudiantes a más de 20 cada semana. Rojas cree que esta forma de sustento se mantendrá hasta que las personas puedan vacunarse, pues "la mayoría aún tiene miedo al virus".
Clases de guitarra y artes por Zoom
El profesor de guitarra David Sandoval y el pintor Jorge Morales también tuvieron que modificar su metodología de enseñanza y adaptarse para subsistir.
Sandoval fue despedido de la academia de música en la que trabaja, pues el lugar cerró por falta de alumnos.
Las clases a domicilio y mediante el uso de plataformas digitales fueron la alternativa que encontró. Hasta el momento son pocos los estudiantes, pero cree que el negocio tiene potencial mientras la gente busque alternativas de aprendizaje seguras para sus hijos.
Para ingresar a los domicilios de sus estudiantes, Sandoval practica una especie de ritual. Se cambia de zapatos, se lava las manos con alcohol en gel y usa dos mascarillas.
Entre las disposiciones que tienen sus alumnos están mantener dos metros de distancia y usar mascarilla mientras dure la clase.
El pintor Jorge Morales tuvo que familiarizarse con la tecnología a sus 63 años. Por su edad y su condición de persona vulnerable, decidió dar clases a través de las plataformas digitales.
Aunque dice que la enseñanza presencial es la ideal, sostiene que "en los actuales momentos se debe aprovechar la tecnología".
Hace pocos meses retomó las clases presenciales, pero "con estrictas medidas de seguridad". Por ahora, el número de estudiantes es mínimo, pero confía en que la normalidad empezará a volver pronto.
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