Cuenca: Siete datos casi inverosímiles del Pase del Niño Viajero
Desde el origen de su nombre, pasando por los personajes icónicos, hasta las escenas más surrealistas. Estos son algunos datos curiosos del Pase del Niño Viajero de Cuenca.
La imagen del Niño Viajero de Cuenca en el Monasterio del Carmen.
Página web Visit Cuenca/Fundación Turismo para Cuenca.
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El Pase del Niño Viajero es la expresión religiosa y cultural más importante de Cuenca, que convoca a miles de personas cada 24 de diciembre. Para este domingo, se prevé la presencia de 100.000 asistentes.
Esta tradición, que inició en 1961, se ha convertido en un día de fiesta y no solo para los creyentes. Muchas personas asisten simplemente para admirar las pintorescas escenas que movilizan a la capital azuaya el día previo a Navidad.
Los asistentes al Pase del Niño Viajero incurren en grandes gastos para mantener ciertas tradiciones. Invierten en trajes, joyas, caballos, decoración de los carros alegóricos, chicha, pan y abundante comida.
1. El origen de su nombre
El centro del Pase del Niño Viajero es una imagen del Niño Jesús, que mide 30 centímetros y tiene casi 200 años de antigüedad. Fue tallada por un escultor local entre 1820 y 1830.
En 1961, el arzobispo Miguel Cordero, cuya familia fue propietaria de la imagen, hizo un periplo con la escultura por lugares religiosos: Tierra Santa, el río Jordán, Roma, El Vaticano.
A su regreso a Cuenca, una mujer muy devota del Niño Jesús, Rosa Pulla, exclamó: “Ya viene el Viajero”. Y la imagen se quedó con ese nombre.
2. Un 'Viajero' que casi nunca sale
Desde su primera propietaria, Josefa Heredia, esta imagen ha pasado por varios dueños, hasta llegar al Monasterio del Carmen de la Asunción, donde hay una escultura que la gente puede mirar.
Pero esta imagen no es la original. Es una de las dos réplicas que tienen las religiosas. La imagen original está muy resguardada y solo sale del claustro dos veces al año, para el pregón del pase y para el 24 de diciembre.
La segunda escultura es la que visita las comunidades y las instituciones públicas, días previos al Pase del Niño. La tercera imagen es la que el público puede ver, se encuentra en la calle Padre Aguirre, en el Monasterio del Carmen.
3. Un Niño con rango de general
El Niño Viajero es muy importante para las instituciones públicas de Cuenca. Tan grande es su rol, que tiene como padrinos a la Policía y el Ejército, que se turnan cada año ese encargo.
Esta es la primera imagen religiosa del país que ha sido designada con el rango de General de la Policía.
También ha tenido el privilegio de vestir el uniforme de los granaderos de Tarqui, el equipo especial de militares que forman parte de la escolta presidencial.
Según las normas militares, ese traje no está destinado para cualquier soldado, solo los mejores tienen el privilegio de portarlo.
4. Un traje caro y buscado
Hay un personaje que se ha convertido en un ícono del Pase del Niño y no se trata del Niño Jesús, la Virgen María o los Reyes Magos. Son los mayorales. Representan a los campesinos que eran los empleados más importantes de las haciendas de Azuay y Cañar.
Los mayorales son los personajes que, "socialmente, adquieren mayor importancia", según detalla Susana González en el libro El Pase del Niño. Se destacan por su lujosa indumentaria y el arreglo de los caballos.
El costo del alquiler de un traje de mayoral supera los USD 50 y la elaboración de la vestimenta puede llegar hasta los USD 300.
Además, la decoración de los caballos requiere de una fuerte inversión, porque están cargados de alimentos, dulces, frutas, artesanías, ofrendas, entre otros artículos.
5. 10.000 litros de chicha
La devoción al Niño Viajero lleva a los cuencanos a hacer grandes esfuerzos. Hay una familia que desde hace 40 años se pasa días enteros preparando chicha para miles de extraños.
Se trata de la familia Pulla. La costumbre inició con Cesáreo, hijo de Rosa Palomeque, considerada una de las iniciadoras del Pase del Niño.
Como cada año aumentan los asistentes al gran pase, la familia -ahora comandada por Patricia Pulla- procura fermentar más chicha. En 2023, entregarán 10.000 litros a los asistentes.
6. Cholos, diablos y hasta Ben 10
El Pase del Niño Viajero es una gran fiesta llena de escenas pintorescas. No solo hay pasajes bíblicos que recuerdan el nacimiento de Jesús. También se puede encontrar postales bastante surrealistas.
En un mismo espacio conviven un Niño Jesús vestido de policía, ángeles, pastores, reyes magos, con diablo humas, cholos, otavaleños, jóvenes vestidos de curiquingues o un hombre que baila con un chancho hornado en los hombros. Mientras unos cantan villancicos, otros bailan el tucumán, al ritmo de música folclórica.
De vez en cuando aparecen Superman, Batman o Ben 10, en medio del enojo de quienes dicen que "eso no tiene nada que ver con Navidad".
Y no falta algún extranjero vestido de Papá Noel. Incluso, en épocas de campaña electoral, hay políticos repartiendo propaganda.
7. Hornado, cuy y más comida
En el Pase del Niño abunda la comida. Los carros alegóricos y caballos están cargados de platos típicos, como el hornado y el cuy. También llevan pan, frutas y golosinas.
¿Qué pasa con toda esa comida después de más de seis horas de desfile? Al caer la tarde, era común ver a familias enteras reunidas en los parques o plazas comiendo lo que llevaron para el Pase.
Esa tradición se mantiene vigente, pero ahora la mayoría se reúne en una casa para compartir luego de la gran pasada.
Con estas tradiciones, Cuenca le dice a Ecuador y al mundo 'Feliz Navidad'.
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