Familiares y amigos despiden a Paola Roldán en una ceremonia privada

'Mi dulce despedida' fue el nombre del homenaje con el que amigos y familiares despidieron a Pola Roldán el miércoles 13 de marzo de 2024, dos días después de que se confirmó su muerte.

Pese a que Roldán logró la despenalización de la eutanasia, una lucha a la que dedicó los últimos meses de vida, no pudo acceder a este procedimiento porque en Ecuador aún no se ha normado su aplicación.

El lugar elegido para la ceremonia fue uno que escogió la misma Paola: una hacienda en medio de la naturaleza con amplios espacios verdes, árboles y animales. No quería que su último adiós sea en un cementerio entre lágrimas y lamentos.

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Desde las primeras horas de la mañana, decenas de personas llegaron hasta la hacienda La Balbanera, ubicada en la parroquia Pifo, en el nororiente de Quito.

El acceso al lugar fue restringido. Para ingresar, los asistentes debían presentar un video que la familia Roldán envió la noche anterior a su círculo más cercano.

Entre las 09:50 y las 13:15, más de 100 personas ingresaron a la hacienda, que estaba adornada con flores de colores, fotos de Paola y rosas de viento.

El homenaje arrancó pasadas las 12:30 con una ceremonia espiritual denominada 'sound bath' o baño de sonido, en la que se utilizan cuencos de cristal u otros materiales, y que sirve como terapia de relajación.

Si bien el ingreso a la hacienda fue limitado, "el padre de Paola permitió que el evento se transmita por su cuenta de Instagram", dijo una fuente que estaba en el lugar.

En la transmisión se pudo ver que los asistentes cumplieron uno de los pedidos más importantes de Paola: no vestir de negro, sino de blanco o de colores vivos, pues consideraba que su muerte es solo un paso más en la vida.

También se instaló un micrófono para que amigos y familiares relaten las experiencias y anécdotas más relevantes que vivieron junto a ella.

"Lo hecho por Paola evitará el sufrimiento a muchas personas", dijo uno de los asistentes en referencia a la despenalización de la eutanasia.

Está previsto que el homenaje termine pasadas las 17:00 con una misa, que se celebrará en la misma hacienda.

Paola Roldán murió tras cuatro años de padecer esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Una enfermedad degenerativa y sin cura que la mantuvo postrada en su cama atada a un respirador mecánico y con un 95% de discapacidad.