El panorama de la delincuencia y la inseguridad en 2021
Videoconferencia del mando policial para evaluar el estado de la seguridad en el país, el 15 de diciembre de 2020.
Flickr / Ministerio de Gobierno
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Los análisis nacionales e internacionales coinciden. Pese a que, en un inicio, la pandemia por el Covid-19 disminuyó notablemente los casos de muertes y robos en la mayoría de países, el desconfinamiento supone una nueva aceleración de casos que se alargará hasta 2021.
El informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) sobre el impacto del coronavirus en el mundo criminal, por ejemplo, proyecta un crecimiento de la inseguridad en todo el mundo.
Para esto utiliza la teoría de la tensión que sostiene que los problemas socioeconómicos que afectan a un gran estrato de la población, especialmente al más vulnerable, tienen el potencial de crear una atmósfera de presión que impulsa a las personas a cometer delitos.
En Ecuador el Ministerio de Gobierno ratifica que los escenarios de seguridad no son favorables. La afirmación consta en el proyecto Fortalecimiento de la Policía Nacional para operaciones del orden público y seguridad ciudadana, que se lanzó en plena pandemia y está en ejecución.
El Gobierno planteó invertir USD 15,8 millones, ya que la desaceleración económica mundial causaría un incremento en los niveles de pobreza y desempleo. Lo que, a su vez, aumentaría los índices delincuenciales y problemáticas de orden público.
Seguridad interna
En cuanto a los niveles de inseguridad y violencia interna, Ecuador cierra 2020 con las peores cifras de los últimos seis años. Estos indicadores se miden, principalmente, con la tasa de muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
Luego de años de una tendencia a la baja, desde 2019, Ecuador empezó a subir nuevamente la cifra de homicidios intencionales. Y en 2020, tras el confinamiento por el Covid, la tasa bordeó los siete puntos.
Daniel Pontón, docente y experto en seguridad, confirma que la perspectiva en temas de seguridad es adversa. El analista encuentra tres principales razones para que esto suceda.
En primer lugar, Pontón considera que fue un error suprimir el Ministerio del Interior y juntarlo con la Secretaría de la Política en el ahora llamado Ministerio de Gobierno.
Así, dice el catedrático, se dividen esfuerzos y la seguridad pasa a segundo plano.
La segunda razón tiene que ver con el tema presupuestario. Si bien la Policía y las demás instituciones de seguridad han recibido sus asignaciones normales y están funcionando, no han sido beneficiarias de fondos de inversión para mejorar.
Finalmente, están los efectos relacionados con la pandemia. Pontón subdivide este puntos en dos.
El primero es el tema psicosocial: las personas tienen mucha ansiedad y eso genera intolerancia, radicalismos e incrementa la agresividad. Por otro lado, hay una crisis económica y la falta de empleo provocado por la emergencia sanitaria.
Narcotráfico y crimen organizado
La presencia del narcotráfico en Ecuador también se ha incrementado en 2020.
Hasta mediados de diciembre, la Policía Nacional incautó más de 130 toneladas de distintas sustancias. Superando a las 81 toneladas decomisadas en 2019 y las 110 que se capturaron en 2016, año que tenía el récord hasta la fecha.
Mario Pazmiño, coordinador del Observatorio Ciudadano de la Política de Seguridad (OCSI) y exjefe de inteligencia militar, explica que el narcotráfico no se detendrá en 2021 y se prevé que el volumen de envíos hacia Europa, Centroamérica y Norteamérica siga creciendo.
Esto, por la ubicación geográfica de Ecuador, que tiene en su frontera norte a Colombia, uno de los mayores productores de cocaína del mundo. Incluso, durante la pandemia, los productores lograron optimizar su producción y ahora cultivan tres veces al año, cuando antes lo hacían en dos ocasiones.
Por esta razón, está ingresando más droga al país y esta debe ser transportada hacia las pistas clandestinas en distintas provincias de la costa y hacia las ciudades portuarias.
Las propuestas
El complicado panorama en términos de seguridad deberá ser asumido, no solo por las actuales autoridades gubernamentales, sino también por el nuevo Gobierno que asumirá el mando el 24 de mayo de 2021.
Dentro de sus planes de Gobierno, la mayoría de los candidatos presidenciales abordan, aunque de manera superficial, el tema de la inseguridad y el crimen organizado.
Los planes se centran más en promover la reactivación económica y generar empleo. Los expertos aseguran que a mayor estabilidad económica menor será la delincuencia y la violencia en el país.
De manera transversal a la campaña, y en relación con los temas de seguridad, además ha aparecido nuevamente en el debate nacional el porte universal de armas de fuego.
Dos de los 16 candidatos presidenciales, Guillermo Lasso y Lucio Gutiérrez, han hablado de la posibilidad de permitir que la población se arme para su defensa personal.
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