Pacientes crónicos: sobrevivir con escasa atención y altísimo riesgo
Personal médico de Solca enseña a los pacientes sobre el correcto lavado de manos, el 31 de marzo de 2020
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Quienes padecen cáncer, lupus o deben realizarse diálisis todas las semanas enfrentan serias dificultades para acceder a sus tratamientos. La pandemia del coronavirus los afecta de distintas maneras.
Sonia tiene 55 años y hace poco tiempo le detectaron un tumor cerebral. Debía estar en tratamiento especializado, pero la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca), mantiene operativa solo el área de emergencia, en Guayaquil.
Consulta externa está cerrada para evitar la expansión del coronavirus. Desesperada Sonia buscó atención particular y logró operarse, pero en ese proceso contrajo Covid-19 y falleció.
Ese es el escenario que se quiere evitar, asegura Guido Panchana, director médico de Solca. "Un paciente oncológico con Covid-19 es un paciente grave que probablemente necesita cuidados intensivos", advierte.
Y las camas en cuidados intensivos no son suficientes.
A eso se suma otra complicación. El 30% de la plantilla de Solca está contagiada y debe cumplir cuarentena. "Con esa baja, es imposible mantener operativo el hospital en un 100%".
Panchana reconoce que la suspensión del servicio es una medida extrema. Hay pacientes que han visto interrumpido su tratamiento de quimioterapia y radioterapia o se les aplazó una cirugía.
"Esos tratamientos afectan al sistema inmunológico, así que contraer Covid-19 puede resultar muy peligroso", señala el directivo.
Hidroxicloroquina para tratar el lupus
Otro efecto de la pandemia la sufren las personas con lupus, una enfermedad que hace las defensas del cuerpo ataquen a células sanas. A pesar de eso, con un tratamiento adecuado los pacientes pueden desarrollar una vida normal.
El problema radica en que el tratamiento más habitual usa hidroxicloroquina, una medicina de venta libre que se compró indiscriminadamente en el país, luego de que surgieron noticias que se la estaba usando en tratamiento experimentales contra el coronavirus.
"Cuando la gente lo supo se lanzó a comprar por si acaso. Y ya no hay medicina para la gente que sí la necesita", cuestiona Gabriel Orihuela, presidente de la fundación Pacientes Ecuador, una entidad que ayuda en personas con lupus.
"Pacientes en todo el país que no la encuentran. Cuando alertamos las farmacias empezaron a exigir receta. Pero ahora, por las restricciones de movilidad que hay, los pacientes no pueden acudir donde sus doctores para que les renueven la receta", explica Orihuela.
Tampoco hay cloroquina, porque ocurrió algo similar.
La fundación impulsa una campaña para que el Ministerio de Salud garantice a las personas con lupus acceso al medicamento.
Clínicas de diálisis sin recursos y con absentismo
Otra situación difícil viven pacientes con necesidad de diálisis, un procedimiento que debe realizarse tres veces a la semana. "Hemos visto un absentismo del 15%.
No sabemos qué ocurrió con esos pacientes", se lamenta Cristina Freire, vocera de las clínicas de diálisis de Guayaquil.
A eso se suma un viejo problema: que el Estado aún no les paga las facturas de julio, agosto y septiembre de 2019. "No tenemos recursos para comprar trajes de protección para nuestro personal y mascarillas para los pacientes si es que no las tienen", señala.
Las clínicas se adaptan a las restricciones, pero sin recursos, y con deudas a los proveedores sus opciones son limitadas. "Entendemos la emergencia pero quisiéramos que por lo menos un mes se pague", insiste Freire.
La idea sería ir a ver a los pacientes a sus domicilios para extremar los cuidados ante un posible contagio. Pero sin dinero eso resulta imposible.
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