Oleaje en Ecuador es un fenómeno "anormal", según el Inocar
Ecuador vive tres fenómenos simultáneos: fuertes lluvias, erupción del volcán Cotopaxi y un oleaje anormal que proviene del norte y que puede provocar olas de más de dos metros de altura.
Técnicos de la Secretaría de Gestión de Riesgos inspeccionan los daños provocados por el oleaje en Salinas, Santa Elena, el 12 de enero de 2023.
Secretaría de Gestión de Riesgos
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No tienen una relación entre sí, pero en el país ocurren tres fenómenos naturales de manera simultánea: oleaje, lluvias intensas y la erupción del volcán Cotopaxi.
El fenómeno particular que arribó hace unos días a las costas ecuatorianas es un oleaje que se originó por mal clima en el noroeste del Pacífico y que impacta en las costas de Norteamérica, Centroamérica y ahora en la sudamericanas.
Se trata de “olas de periodos largos que tienen mucha energía y por eso causan un efecto anómalo en una costa con el arribo de una ola”, explica el Giorgio de la Torre, coordinador de Asuntos Oceanográficos del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar).
Es decir, olas de más de 2,5 metros de altura que llegaron a causar daños en algunas ciudades del Litoral que no están preparadas para este tipo de eventos naturales, como en Santa Elena, que al ser una península, su exposición es mayor.
El fenómeno es anormal, porque lo común es que la dirección de este oleaje provenga del sur del continente y “los oleajes que llegan desde el norte no suelen tener tanta intensidad y son de períodos cortos, y se diseminan en el trayecto”, dice de la Torre.
El oleaje empezó el 17 de enero y el efecto intenso se mantendrá hasta el 20 del mismo mes. Después de ese día se prevé que disminuya “y entonces la altura de la ola será meno”, añade.
Alerta por lluvias intensas
Las lluvias llegaron con casi un mes de retraso a la Costa ecuatoriana. El motivo es el fenómeno de La Niña, que lleva tres años influyendo en el clima del país.
“Se está debilitando el fenómeno de La Niña y puede entrar en un periodo neutro”, explica Luis Núñez, analista de Pronósticos del Inamhi.
Es decir, "que el océano no influye en los patrones de comportamiento de las precipitaciones. La época lluviosa se dará en la zona de convergencia subtropical, como es normal en la región costera y en la interandina, y el nivel de precipitación tendrá los parámetros esperados", añade.
Pero aunque La Niña esté debilitándose, su influencia ha provocado lluvias de alta intensidad en Esmeraldas, Santo Domingo y Los Ríos, donde ya se excedió la precipitación esperada.
Por ejemplo, en Los Ríos llovió 150 milímetros en dos días, la cantidad que llueve en todo el mes de enero, según los registros de los últimos 30 años.
“Tenemos dos niveles de amenaza en este momento previstos para los próximos cinco días”, advierte Núñez.
“El nivel amarillo, que cubre gran parte del país porque hay diversos ingresos de humedades de varias zonas, que afectarán a la Amazonía y a la región interandina”, añade.
Y el naranja, que es un nivel de riesgo más alto y “está enfocado en la parte interior de la región costera, pegada al callejón interandino”, explica Núñez.
Volcanes y océanos
Pero antes de estos fenómenos naturales, el 20 de octubre de 2022, el volcán Cotopaxi inició su proceso de erupción que se mantiene hasta ahora.
“Estamos en un escenario dos de cuatro, en el que se evidencia una emisión de ceniza y gases, pero persiste la incertidumbre, porque al ser un proceso natural puede haber cambios”, explica María Fernanda Naranjo, vulcanóloga del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica.
El proceso eruptivo de los volcanes pueden estar conectados con el cordón del Pacífico y la interacción de las placas tectónicas que generan liberación de energía.
Pero la experta aclara que “una cosa es el comportamiento de los océanos y otra es la dinámica volcánica y la sísmica”.
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