Los llamados ‘ciclones’ afectarán más seguido a Ecuador por El Niño
El oceanógrafo peruano Gino Passalacqua, especializado en ciencia climática y meteorología, predice “lluvias considerables” entre noviembre y febrero en Ecuador, debido a El Niño. Además, anticipa mayor facilidad de formación de ‘ciclones’ como Yaku.
Vista del ciclón Yaku, una inusual depresión tropical, formado a finales de febrero de 2023 frente a la costa sur de Ecuador y al norte de Perú.
NASA
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Se espera por ahora un fenómeno de El Niño moderado. Pero la incidencia del calentamiento global llena de incertidumbre a los oceanógrafos, pues las anomalías de temperatura en el mundo se pueden traducir en eventos extremos e incluso en ‘ciclones’.
Así lo considera el oceanógrafo peruano Gino Passalacqua, quien ofreció sus perspectivas y predicciones del evento climático este miércoles 27 de septiembre de 2023 en Guayaquil.
El doctor en oceanografía, especializado en ciencia climática y meteorología, predijo “lluvias considerables” entre noviembre y febrero en Ecuador, debido al fenómeno de El Niño, en un foro organizado por el Municipio de Guayaquil.
Además, habló de una mayor facilidad de formación de depresiones como el “mal llamado ciclón Yaku”, que produjo intensas precipitaciones sobre las costas de Ecuador y Perú, en marzo de 2023.
Yaku fue una muy inusual depresión tropical, aunque mayoritariamente llamada “ciclón”, que impactó a Ecuador y el norte de Perú a inicios de marzo pasado.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) lo describió como un “ciclón de características tropicales no organizado”, algo no visto desde 1983 o 1998, justamente durante intensos fenómenos de El Niño en la región.
“El calentamiento global aumenta en un 7% la humedad. Y la atmósfera tiene más energía, lo que se puede traducir en más precipitaciones e impactos más serios (con El Niño)”.
Gino Passalacqua, oceanógrafo
Passalacqua es autor de un estudio que determinó que, debido al calentamiento global, las condiciones para que se generen depresiones tropicales serían cada vez más fáciles, al igual que eventos El Niño y La Niña "más energéticos, más fuertes, más frecuentes" a futuro.
“Esto quiere decir que depresiones tropicales (como Yaku) se repetirán más seguido y, probablemente, con mayor intensidad. Todo el sistema tiene más energía, lo que facilita que se reúnan las condiciones”, indicó el científico.
Entre esa serie de condiciones para la formación de estos 'ciclones' está el incremento anómalo de los vientos y de la temperatura del mar frente a las costas, dijo.
Cambio climático empuja a El Niño
Según la visión de Passalacqua, el evento de El Niño será atípico, porque todo el planeta está bastante cálido y se registra calentamiento extremo, tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico norte.
Ese “ruido” que aporta el cambio climático a la circulación normal del fenómeno puede repercutir en eventos extremos o en un comportamiento inusual de El Niño, de ahí también un nivel de incertidumbre en las predicciones.
Hay mucho más calentamiento general con respecto a los fenómenos del 82-83 y 97-98, indicó el oceanógrafo, por lo que no se puede establecer comparaciones. “El cambio climático tiene un empujón sobre El Niño”, dijo Passalacqua. "Nos va a pegar fuerte", consideró.
“El Niño se comporta diferente por el cambio en la situación climática global”.
María del Pilar Cornejo, doctora en meteorología y oceanografía
En ciudades como Guayaquil se esperan inundaciones por desbordes, inundaciones pluviales, deslizamientos o movimientos de masas y aumento del nivel del mar.
La meteoróloga y oceanógrafa ecuatoriana María del Pilar Cornejo coincidió en que existe incertidumbre respecto a los posibles impactos, pero llamó a prepararse para el peor escenario.
“Así sea un Niño débil el impacto se puede amplificar por el nivel de vulnerabilidad. Y podemos tener inundaciones por el aumento del nivel del mar, aunque no llueva”, señaló Cornejo.
Así, los lugares que se inundaron en marzo y abril pasado, lo más probable es que se vuelvan a inundar con El Niño, advirtió.
Guayaquil, zonas vulnerables
En Guayaquil, la zona más vulnerable es el noroeste (Ciudad de Dios, Monte Sinaí, Socio Vivienda 2), donde se espera que el nivel del agua cubra entre 40 centímetros hasta 2,80 metros tras las lluvias, según los registros históricos.
Fernando Cornejo, presidente de la Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad Segura EP, indicó que el noroeste hace parte de las zonas priorizadas, por lo que se limpian 42 canales de aguas lluvias.
Se trata de un plan de intervención que inició en junio y que tiene un avance del 77,57%. Además, Segura EP integró y capacitó a 170 comités comunitarios de gestión de riesgo, cada uno con hasta 30 personas, en las zonas vulnerables.
El presupuesto de la Municipalidad para enfrentar la emergencia es de entre USD 17 millones y USD 25 millones y el contingente de respuesta es de más de 2.000 funcionarios de diversas dependencias, entre ellos bomberos, policías municipales y agentes de tránsito.
Cornejo también mencionó la activación de 123 equipos logísticos de Obras Públicas y 20 camiones 'hidrocleaners' para afrontar la emergencia y atender calles o sectores inundados.
Entre las zonas vulnerables también se encuentran sectores del suroeste (al margen del estero salado) y en el norte de la ciudad (en sitios como Urdesa Central, Miraflores, Samanes y Sauces).
En al menos nueve centros de atención municipal, acondicionados como albergues temporales, se podrá atender a 1.500 damnificados, de ser necesario.
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